Sin brújula: el PJ bonaerense encara dividido el tramo final hacia las urnas

Sin brújula: el PJ bonaerense encara dividido el tramo final hacia las urnas

No hay articulación entre los sectores liderados por Axel Kicillof y Cristina Kirchner.


A menos de tres semanas de las elecciones provinciales, el peronismo bonaerense enfrenta una campaña sin un mando unificado, con agendas y mensajes distintos entre el gobernador Axel Kicillof y los referentes más cercanos a Cristina Kirchner. La superposición con el inicio de las actividades para los comicios de octubre ha intensificado una interna que, según un dirigente, ha dejado a la campaña “totalmente partida” y sin un clima propicio para una estrategia común.

La principal diferencia se evidencia en el discurso. Mientras Kicillof concentra sus esfuerzos en la contraposición de su “Estado presente” con la “destrucción del Estado” que atribuye al gobierno de Javier Milei, el sector del kirchnerismo más duro insiste en la importancia de la figura de Cristina Kirchner. “Nosotros queremos sacar la mayor cantidad de votos para ganar. Y creemos que es necesario explicarle claramente a la gente esa situación, porque la única que puede ponerle un freno a este Gobierno es Cristina y la metieron presa”, argumentó una fuente alineada con la exmandataria.

La falta de coordinación se refleja en las agendas de los candidatos. Kicillof encadena actos de inauguración y entrega de viviendas y patrulleros, especialmente en el conurbano, mientras referentes como la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y el candidato Facundo Tignanelli se mueven con planes propios. Esta fragmentación llevó a un referente bonaerense a lamentar que “está todo partido y cada uno hace lo que quiere. Va a haber señales de unidad, actividades conjuntas, pero no hay clima ni tiempo para acordar una campaña unificada”.

La tensión también se hizo pública con el pedido de Mendoza a la Junta Electoral para que se incluyera la foto de los tres primeros candidatos en la boleta, lo que la visibilizaría a ella junto a Verónica Magario y Tignanelli. Este reclamo, que no fue respaldado por el gobierno provincial, evidenció el descontento interno. Tras desistir de la vía judicial, Mendoza publicó un duro mensaje que pareció ser una crítica indirecta al entorno de Kicillof.

A pesar de las diferencias, el peronismo comparte un objetivo crucial: ganar la elección provincial para sentar un precedente favorable de cara a los comicios nacionales. “Sin septiembre no hay octubre. Ahora todo al 7. El mejor lanzamiento nacional es ganar el 7”, aseguraron allegados a Sergio Massa, quien tiene candidatos estratégicos en las listas. La participación de Cristina Kirchner, en tanto, sigue limitada a posteos en redes sociales o saludos en actos, sin una presencia activa en el territorio.

La campaña de este año, con el desdoblamiento de la elección provincial y la superposición con la nacional, ha generado un escenario inédito. “Hasta ahora mandaba el referente nacional, ahora el candidato a legislador se acopla al acto del intendente”, distinguió un dirigente. En este contexto, las disputas internas por la estrategia y la preponderancia de cada sector se han hecho evidentes, poniendo a prueba la capacidad del peronismo para articular una respuesta unificada ante un panorama electoral complejo.

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