Esta determinación implica que el Pro no tendrá presencia visible: no habrá camisetas amarillas, ni en actos ni en los materiales proselitistas. Los primos Macri concentrarán sus esfuerzos en otras áreas, aunque seguirán atentos al desarrollo político desde un costado más discreto.
Mauricio Macri, impulsor esencial del acuerdo, siente satisfacción pero no comodidad con este nuevo escenario. Según su entorno, reconoció que la alianza fue políticamente necesaria, especialmente de cara al futuro más allá de Juntos por el Cambio, aunque no tiene expectativas optimistas sobre lo que pueda surgir de esta unión.
Por su parte, Jorge Macri —quien expresó dudas hasta último momento— aceptó el pacto con La Libertad Avanza (LLA), pero optó por mantenerse alejado de la campaña y priorizar su labor como jefe de Gobierno. Su enfoque está claramente puesto en la gestión, más que en la arena electoral.
Ayer tuvimos una buena primera reunión con Karina Milei.
El PRO cerró un acuerdo para acompañar el cambio que está en marcha en todo el país. Creemos que esta decisión de ir juntos en varias provincias refleja un reclamo de muchos: unir fuerzas, priorizar en lo que estamos de… https://t.co/CsUdjKkXaH
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) August 8, 2025
La alianza no contempla la presencia de ambos dirigentes en actos proselitistas, salvo quizás alguna foto institucional con Karina Milei. Ello responde tanto a la estrategia de los libertarios como al distanciamiento político que mantienen con ellos -en particular, Jorge Macri ha sido objeto de críticas privadas por parte de Javier y Karina Milei-.
Mientras tanto, Mauricio Macri será más visible en el ámbito internacional, participando en charlas y actividades con la Fundación FIFA. A nivel doméstico, deja la candidatura porteña en manos de su mano derecha, Fernando de Andreis, quien ya se prueba el traje para ocupar un lugar en la Cámara de Diputados por la Ciudad de Buenos Aires.
La movida confirma que el protagonismo proselitista queda en manos de La Libertad Avanza (LLA), bajo un esquema donde la campaña se tiñe de violeta -el color distintivo de los libertarios-, y el Pro se resigna a un papel secundario, tanto simbólico como operativo, en esta etapa preelectoral.