La Línea F de subtes, proyectada por ley hace más de dos décadas para unir los barrios de Palermo con Barracas y cuya obra permanece postergada, volvió a tomar protagonismo esta semana tras la decisión del Gobierno porteño de adjudicar la licitación para el diseño del futuro recorrido, la ubicación de las estaciones y el impacto urbanístico de la obra.
La apuesta de la administración local apunta a que la línea comience a funcionar, en una primera etapa, en 2031. Para ello, se movió en dos frentes: la contratación del servicio de consultoría integral para el proyecto de arquitectura e ingeniería y la convocatoria a una “manifestación de interés” para tantear potenciales interesados en ejecutar la obra.
La historia de esta línea de subte, pensada con una extensión de más de 9 kilómetros a través de cinco Comunas de la Ciudad, nació en 2001, cuando la Legislatura sancionó una ley -la 670- que autorizó al Poder Ejecutivo porteño a ampliar la red de transporte a partir de la construcción de tres nuevas trazas.
En el caso de la Línea F, disponía un recorrido bajo las avenidas Montes de Oca, Juan de Garay, Entre Ríos-Callao y Las Heras y contemplaba once estaciones: Brandsen, Constitución, Cochabamba, Chile, Congreso, Tucumán, Santa Fe, Recoleta, Hospital Rivadavia, Parque Las Heras y Plaza Italia. Sin embargo, la obra nunca avanzó, pese a los numerosos anuncios oficiales ocurridos en los últimos 24 años para su concreción.
Entre tantas idas y vueltas, una de las situaciones más recordadas es la postergación en 14 oportunidades de la vigencia del llamado a licitación para la elaboración del servicio de estudios técnicos, que se dio entre 2019 y 2022 y que, finalmente, fue dado de baja.
Meses atrás, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, reflotó el tema durante la campaña electoral y comunicó la decisión de construir la Línea F de subtes. Por entonces, desde la oposición interpretaron que la medida respondía a lograr un golpe de efecto, con miras a los comicios legislativos y, sobre todo, al tener en cuenta que los anteriores anuncios, durante otras gestiones, habían quedado truncos.
A través de resoluciones publicadas en el Boletín Oficial, comenzaron a producirse algunos de los movimientos ideados desde la sede de Gobierno en el barrio de Parque Patricios, para progresar en las cuestiones técnicas a propósito de la Línea F.
Así fue como se lanzó el llamado a licitación, que finalmente fue adjudicado el lunes 28 de julio, para la contratación del proyecto de arquitectura e ingeniería del futuro trazado subterráneo. La ganadora fue la Unión Transitoria (UT) conformada por las firmas UPU-IATASA-ATEC.
Por un monto establecido en $2.207.720.484 y por un plazo de 18 meses, la UT deberá elaborar los pliegos técnicos de la Línea F, en los que quedarán definidas las cuestiones relativas al “procedimiento constructivo e impacto urbanístico, las estaciones y los centros de trasbordo”, entre otros aspectos técnicos.
De manera simultánea, la cartera de Infraestructura lanzó una convocatoria a una “manifestación de interés” para los potenciales interesados en llevar adelante la obra. Al respecto, el jefe de Gabinete, Gabriel Sánchez Zinny, en una visita a la Legislatura, dijo que recibieron presentaciones de unas 20 empresas.
De acuerdo con estimaciones oficiales, antes de fin de año se concretará el llamado a licitación para la obra de la primera etapa, con el objetivo de que en el segundo semestre del 2026 puedan comenzar los trabajos. La futura línea transportará a unos 300.000 pasajeros diarios.
Estará equipada con la última tecnología en materia de sistema de señales y será provista de coches 0 km, con aire acondicionado. El proyecto incluirá, además, la construcción de una cochera y un taller en superficie para mantenimiento liviano y pesado. La primera etapa, que irá de Barracas hasta la conexión con la línea D, a la altura del barrio de Balvanera, demandará una inversión estimada en 1.050 millones de dólares, con material rodante incluido.

Críticas de la oposición porteña y un pedido de informes
La reciente adjudicación por parte del Gobierno porteño para la contratación del servicio de consultoría para desarrollar el proyecto fue cuestionada por el bloque de Unión por la Patria. La presidenta de la bancada, Claudia Neira, cuestionó que haya quedado fuera del proceso la empresa estatal SBASE que, en rigor, tiene a su cargo la administración de la red de subtes y que el tema lo coordine el Ministerio de Infraestructura.
Para la diputada, esta decisión no fue casual, sino que la atribuyó a que SBASE había contratado en dos oportunidades la realización del proyecto de arquitectura y diseño. “La construcción de la Línea F fue puro humo, como dijimos en la campaña. No tienen idea dónde hacer el trazado, de dónde van a sacar el financiamiento, ni los plazos realistas de obra”, arremetió.
En la sesión ordinaria del tres de julio, a instancias de un proyecto consensuado por el arco opositor, quedó aprobado un pedido de informes al Gobierno porteño para que, en un plazo no mayor a 30 días, responda sobre una serie de “aspectos vinculados con las diversas etapas relativas a la construcción de la Línea F de subtes”.
Entre los requerimientos, figuran la necesidad de contar con documentación sobre “el estado de avance en la elaboración de los pliegos y memorias técnicas para obras civiles, electromecánicas y del material rodante”, así como conocer “si ya se han realizado los estudios de impacto ambiental respectivos y el presupuesto estimado para la realización de las obras y cómo se financiará”.
También demandaron información sobre la posibilidad de que haya modificaciones a la traza original de la línea, prevista en la ley 670/01 y el detalle en torno al número de estaciones que se prevé construir en la primera etapa y la determinación de su ubicación.