El cabo de la Gendarmería, Héctor Guerrero, ha sido convocado a declarar en indagatoria el próximo 2 de septiembre. Se le acusa de haber lanzado la granada antidisturbios que impactó en la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo, causándole heridas graves durante una manifestación de jubilados.
Las imágenes de los medios de comunicación indicaron que el disparo del equipo antidisturbios se realizó casi en línea recta, y que la granada lanzada desde la posición de la Gendarmería impactó en la cabeza del fotógrafo, quien se encontraba agachado capturando una toma.
Sin embargo, el Gobierno sostiene que no hubo irregularidades en la actuación de los gendarmes. Horas después del incidente, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró que el proyectil fue lanzado “como indican los manuales” e hizo un gesto que imitaba un disparo a 45 grados, tal y como se enseña en los entrenamientos. La lesión dejó a Grillo, quien trabaja como freelance, en un estado crítico. Estuvo hospitalizado durante casi tres meses en el hospital Ramos Mejía, de los cuales pasó 55 días en terapia intensiva por las múltiples fracturas de cráneo y la pérdida de masa encefálica ocasionadas por el disparo. El 3 de junio de 2025 fue dado de alta y trasladado al Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, donde sigue su proceso de recuperación.
La jueza Servini informó que la hipótesis sugiere que el proyectil que causó las lesiones de Grillo provino “del personal de la Gendarmería Nacional Argentina que se encontraba en la intersección de la avenida Yrigoyen y la calle Solís, específicamente del cabo primero Jesús Héctor Guerrero”.
El escrito de la jueza ordena “la realización de una pericia técnica con el objetivo de reconstruir el disparo que hirió gravemente a Pablo Grillo el 12 de marzo del presente año, la cual será encomendada a la División Balística de la Policía de la Ciudad, que deberá designar a los peritos/personal para llevar a cabo dicha pericia y solicitar la colaboración de la División de dicha fuerza de seguridad que considere necesaria”.
Pablo Grillo, fotógrafo e hincha de Independiente, hoy recibió un disparo de gas lacrimogeno en la cabeza cuando sacaba fotos en la marcha y en estos momentos está peleando por su vida.
Mucha fuerza para el y su familia. pic.twitter.com/4G9e3gj3Zu
— Nico Rubinetti (@nicorubinetti) March 13, 2025
Se busca determinar la trayectoria del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo, desde su origen hasta el punto de impacto, así como su velocidad, la posición del arma al momento del disparo y el ángulo de salida del proyectil.
La querella presentó un análisis fotográfico de la secuencia del disparo, que se llevó a cabo a partir de la recopilación de material audiovisual de diversas fuentes. Asimismo, se realizó una reconstrucción por parte de los peritos científicos Rodolfo Guillermo Pregliasco y Martín Onetto, junto con el cineasta Alejo Fraile. Este estudio, presentado por los acusadores particulares, concluye que el disparo de la granada que impactó en la cabeza de Grillo se efectuó de manera irregular, es decir, con un ángulo de tiro horizontal, dirigido hacia el fotógrafo y sin ningún rebote.
Según el informe, no se trató de un incidente inusual o extraordinario, ya que las imágenes capturadas ese día mostraron numerosos disparos realizados por diferentes efectivos con la misma modalidad. En este caso, a solicitud del fiscal Eduardo Taiano, Servini requirió al Ministerio de Seguridad que le envíe “todas las actuaciones llevadas a cabo a raíz del operativo desplegado por las fuerzas el 12 de marzo”, así como todo el “marco normativo” aplicable, incluyendo “protocolos y reglamentos”, además de la orden para iniciar el operativo.
Adicionalmente, se solicitó que se detalle el tipo de “armamento no letal” que se utilizó ese día y las correspondientes “guías de actuación” que regulan su uso. La granada que impactó a Grillo, diseñada para dispersar manifestantes, debió ser lanzada de tal manera que su trayectoria formara una parábola pronunciada. La denuncia que da origen a la investigación sobre los hechos es una de las dos activadas por la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional), junto con otras actuaciones, como la denuncia presentada por la familia de Grillo.