Escalada sin freno: la boleta de gas promedio pasó los $50.000

Escalada sin freno: la boleta de gas promedio pasó los $50.000

Así fue para los usuarios de ingresos medios y altos.


La factura promedio mensual de gas natural a través de redes para usuarios residenciales alcanzó por primera vez los $50.000 en junio de 2025 a nivel nacional. Este aumento fue impulsado por los nuevos cuadros tarifarios aprobados en ese mes, que actualizaron tanto el cargo fijo como el cargo variable. Los hogares de ingresos altos (usuarios N1) pagaron, en promedio, $61.220; los de ingresos medios (usuarios N3), $51.752; y los de ingresos bajos (usuarios N2), $46.674, de acuerdo con un informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP (UBA – Conicet).

El incremento se debe a la implementación del nuevo sistema de tarifas con estacionalidad, establecido por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), lo que conlleva aumentos significativos en comparación con meses previos.

Asimismo, dichos aumentos se aplicarán sobre el incremento estacional del consumo, provocado por la llegada del invierno.

En el caso de los usuarios N1, que no acceden a subsidios estatales, la factura media a nivel país fue la más elevada del sistema, con Tierra del Fuego a la cabeza: allí, una familia con ingresos altos pagó $190.290 (antes de descuentos). Le siguieron Santa Cruz Sur ($175.403) y Chubut Sur ($101.123). En el otro extremo, los usuarios N1 con menores facturas se localizaron en Tucumán ($28.651), La Puna ($31.631) y Salta ($31.655).

Los usuarios de ingresos bajos (N2), beneficiarios de subsidios más amplios, también enfrentaron incrementos. La factura promedio nacional fue de $46.674, pero con importantes diferencias regionales. En Tierra del Fuego, ese monto ascendió a $129.909, mientras que en Santa Cruz Sur llegó a $119.996, siempre antes de descuentos. En contraste, las ciudades con los menores valores fueron La Puna ($23.233), Tucumán ($24.873) y Salta ($25.254).

En cuanto a los usuarios N3, que corresponden a hogares de ingresos medios y reciben subsidios parciales, la factura mensual promedio alcanzó los $51.752. Nuevamente, Tierra del Fuego lideró el ranking con un valor de $158.775, seguida por Santa Cruz Sur ($144.652) y Chubut Sur ($82.693). En el otro extremo, se destacaron otra vez La Puna ($25.195), Tucumán ($26.154) y Salta ($26.494), como las zonas con menores niveles de facturación.

Composición de la tarifa

Además de las variaciones entre regiones y niveles de ingreso, la estructura de la factura final difiere según el tipo de usuario. En términos generales, los usuarios N1 asignan el 51% del total al costo del gas, el 27% al Valor Agregado de Distribución (VAD) y el 22% a impuestos.

Para los usuarios N2, la distribución es ligeramente diferente: el costo del gas representa el 46%, el VAD el 33% y los impuestos el 22%. En cuanto al segmento N3, la composición es similar a la de N2, con un 46% destinado al gas, 32% al VAD y 22% a tributos.

A diferencia de la tarifa eléctrica, la tarifa de gas es de competencia nacional, lo que conlleva una mayor complejidad en su cálculo. Actualmente, existen 30 precios diferentes del gas en todo el país, cifra que se eleva a más de 90 si se consideran las subzonas tarifarias, la tarifa social y los beneficios proporcionados por la Ley de Zonas Frías.

Convergencia entre usuarios N2 y N3

Un aspecto notable que emerge del análisis es la relativa convergencia en los montos pagados por los usuarios N2 y N3. La diferencia entre estas dos categorías es de apenas $1.275. Esta proximidad se debe a dos factores clave: en primer lugar, ambos grupos abonan un mismo cargo fijo, que representa un valor considerable en relación al total; en segundo lugar, los límites de consumo subsidiado son semejantes y se ajustan a criterios estacionales.

A pesar de que hay diferencias en el porcentaje de bonificación en el costo del gas (65% para N2 y 50% para N3), estas no generan grandes disparidades durante los meses de mayor consumo, como junio, dado que el componente subsidiado predomina en el consumo promedio. Sin embargo, las diferencias pueden ampliarse en los meses de menor demanda (meses “valle”), donde el subsidio tiene un impacto relativo menor.

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