La Justicia otorgó un golpe al Gobierno al respaldar la solicitud de Telecom Argentina en la contienda por la adquisición de los activos locales de Telefónica. La Sala III de la Cámara Civil y Comercial Federal aprobó la apelación de la compañía y, de forma contundente, instruyó a la Secretaría de Comercio a no implementar nuevas acciones que obstaculicen la integración de dichas operaciones.
A fines de marzo el Gobierno había dispuesto que durante seis meses la empresa de telecomunicaciones se abstuviera de integrar a su estructura o tomar decisiones sobre los activos locales de Telefónica.
“Hoy, la Sociedad fue notificada de la resolución que resolvió: conceder con efecto suspensivo la apelación de Telecom Argentina y ordenar al Secretario de Industria y Comercio que se abstenga de disponer cualquier medida que sea contraria al efecto suspensivo”, informó Telecom en una comunicación enviada el jueves a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
La apelación fue interpuesta tras la decisión del Ejecutivo de posponer temporalmente la fusión entre las dos empresas el 21 de marzo. Esta determinación, respaldada por “posibles repercusiones en la competencia”, detuvo abruptamente una transacción que había sido anunciada solo unas semanas antes, el 24 de febrero, por un valor de u$s1. 250 millones.
El Gobierno había advertido que, si se llevara a cabo, la fusión podría provocar una concentración del 61% en el sector de telefonía móvil, del 69% en telefonía fija y hasta un 80% en los servicios de Internet residencial en ciertas áreas del país.
El propio presidente Javier Milei fue uno de los primeros en expresar su rechazo público a la fusión: “Podría dejar el 70% de los servicios de telecomunicaciones en manos de un solo grupo económico”.
El anuncio sobre el acuerdo de compra se realizó tras un proceso acelerado iniciado por Telefónica España, con JP Morgan actuando como intermediario. También mostraron interés en los activos América Móvil (Claro), la francesa Iliad, la estadounidense Liberty Global y la operadora Tigo (Millicom). No obstante, fue Telecom la que finalmente concretó el acuerdo. Para llevar a cabo esta operación, la compañía optó por financiamiento a través de préstamos de u$s1.170 millones proporcionados por un consorcio encabezado por BBVA, Deutsche Bank, Santander e ICBC.
La asunción del control fue inmediata. Ese mismo día, Marcelo Tarakdjian -CEO de Telefónica Móviles Argentina- comunicó a los empleados que “el nuevo accionista tomará las riendas de la operación a partir de mañana” y presentó su renuncia. Su reemplazo fue Gabriel Speratti, un exejecutivo de Microsoft, Nokia y American Tower.
Desde un enfoque empresarial, esta adquisición representó un avance natural en el proceso de concentración del sector: ya en 2017, Telecom había absorbido Cablevisión, lo que inició su transformación en un operador convergente de telecomunicaciones y contenidos.
La transacción también trajo implicancias estructurales: entre Personal y Movistar, el nuevo grupo pasaría a concentrar más de 41 millones de líneas móviles sobre un total estimado de 60 millones en todo el país. A eso se suman los vínculos históricos de ambas empresas con la antigua EnTel, cuya infraestructura volvería a estar bajo un mismo paraguas privado, aunque regulado.
Por ahora, la disputa se encuentra en el ámbito legal. La decisión que beneficia a Telecom detiene la implementación de las limitaciones impuestas por la Secretaría de Comercio, lo que podría facilitar que el grupo continúe con su plan de crecimiento, al menos hasta que se alcance una resolución definitiva del asunto.