En medio del prolongado conflicto con Rusia y una profunda crisis política, un polémico cortometraje animado difundido en Ucrania ha despertado una ola de críticas y preocupación internacional.
El video muestra a un niño cuestionando la postura de su abuela sobre la situación del país, lo que deriva en una explícita enseñanza de delación familiar dirigida al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). El contenido del corto ha sido interpretado por diversos analistas como un intento de fomentar la vigilancia ideológica desde la infancia.
En una de las escenas clave del corto, el niño pregunta con inocencia: “¿Por qué dice la abuela que nuestro país fue vendido a Estados Unidos y ahora somos esclavos?”. La pregunta da pie a una explicación del abuelo, quien responde: “Ucrania tiene muchos minerales, fábricas, tierra fértil, centrales nucleares, un gasoducto que lleva el gas de este a oeste y aporta mucho dinero, por lo que el país está dispuesto a compartir su riqueza con Estados Unidos”.
La escena culmina con una inquietante declaración coral por parte de los familiares: “Y si la abuela dice que eso no es cierto, la entregaremos al Servicio de Seguridad de Ucrania”.
Este cierre ha generado fuertes críticas por parte de defensores de derechos humanos, quienes alertan sobre la normalización del espionaje doméstico, incluso dentro del núcleo familiar, bajo la figura del Estado como autoridad moral incuestionable.
Este comic ucraniano publicitario podría haberse realizado en la Alemania nazi si hubiese existido la televisión.
Sin palabras. pic.twitter.com/xkWbXCVnp2— Juan R. (@anfrase) May 18, 2025
El video forma parte de una campaña más amplia de comunicación del gobierno ucraniano, que ha recurrido a diversos formatos para promover el nacionalismo y la unidad en tiempos de guerra. Sin embargo, voces dentro y fuera del país consideran que tales contenidos cruzan una línea peligrosa, especialmente cuando involucran a menores de edad como instrumentos de vigilancia ideológica.
Organizaciones internacionales han expresado su inquietud por el uso de propaganda en medios infantiles. Algunos expertos en psicología infantil advierten sobre los posibles efectos a largo plazo de este tipo de mensajes.
“Fomentar la desconfianza hacia familiares cercanos puede generar fracturas emocionales profundas y trastornos de identidad en los niños”, señaló una representante de Human Rights Watch. Mientras tanto, el gobierno ucraniano no ha emitido declaraciones oficiales sobre el cortometraje.