El 29 de agosto de 1995 una mujer embarazada de gemelas, desde hacía 36 semanas, ingresó a la Maternidad Sardá (Parque de los Patricios) a las 9. Cerca de las 12, una de los bebas estaba muerta y casi 3 horas más tarde la otra niña nacía con "sufrimiento fetal agudo y asfixia perinatal" y "secuelas neurológicas de suma gravedad e irreversibles".
Una denuncia y 12 años después, la Cámara Nacional en lo Civil condenó al Gobierno porteño a pagar unos 1.500.000 de pesos a la niña y su madre, tras decidir que durante el parto los médicos no obraron de acuerdo a las circunstancias, convirtiendo a ambas en víctimas de mala praxis. 1.433.955 pesos serán para la menor y 278.080 pesos para su madre.
La joven de 12 años debe usar silla de ruedas, ya que no puede caminar sola por falta de equilibrio, no habla y presenta "desviación convergente de sus ojos". Los rubros que integraron la indemnización son, entre otros, daño moral y psíquico, incapacidad sobreviniente, pérdida de chance y "gastos futuros, por los tratamientos de kinesiología y fonoaudiología, terapia ocupacional, y la posibilidad de contar con un vehículo equipado para sus traslados a centros médicos".