En el marco de la causa que se inició después de las denuncias que presentaron tanto el Gobierno de la Ciudad como la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura porteña por los supuestos hechos ilícitos que se registraron en el Jardín Botánico, Carlos Cosentino, ex director del establecimiento e investigado de la causa, habló con NOTICIAS URBANAS. "Quedé preso de una situación", fue su postura a la hora de explicar como se desarrollaron los acontecimientos que derivaron en su alejamiento del puesto que ocupaba desde hacía cuatro años.
La causa, a cargo de la jueza Graciela Berdión de Crudo, se inició después de que aparecieran una serie de filmaciones del programa GPS en las que se veía a dos empleados del Botánico (Roberto Oscar Logiudice y su esposa Graciela Baultrin) cobrando una cifra de dinero por permitir a un grupo de fotógrafos llevar a cabo una sesión de fotos dentro de las instalaciones. Dos ex empleados, Alberto Barrientos y Juan Marcos Neyra, denunciaron también otros hechos ilícitos, entre los que se encontraba el enterramiento de restos óseos humanos dentro del predio, hecho que comprobó luego la policía científica.
Para el antiguo titular del Jardín Botánico, la situación aparece poco clara. "Aún hay que ver el crudo de las filmaciones, que la jueza solicitó y todavía no se entregaron", afirma, alegando que entre estas versiones y las editadas puede haber significativas diferencias. Cosentino aseguró igualmente que, en el caso de que se comprueben las acciones de los implicados, él no se hallaba al tanto de que esto se llevara a cabo. "En cuatro años nunca nadie me dijo nada", continuó, agregando que "el jardinero (por Barrientos) nunca habló conmigo ni con nadie antes de hacer la denuncia".
En igual sentido, señaló lo "llamativo" de que en una investigación previa de la fiscalía no se hubiesen encontrado restos humanos mientras que cuando fueron los ex jardineros a señalar el lugar donde buscar "sí apareció algo". En cuanto a la presencia de los restos en el Botánico, su ex director negó todo conocimiento sobre el hecho.
Acerca de su reemplazante, el arquitecto Félix de Alzaga, aseguró que "es una persona capaz". "Él está como interventor hasta tanto se resuelva la situación", agregó. También consideró que es muy pronto para sacar conclusiones acerca de las circunstancias que lo llevaron a la situación en que se encuentra: "Cuando termine el juicio podré ver que opinión merece".
Mientras tanto, la sala VI de la Cámara del Crimen porteña le concedió la exención de prisión bajo caución juratoria, es decir que lo libera de pagar los 50.000 pesos que se le habían impuesto de fianza. "Ninguna cifra tenía sentido", se defendió Cosentino, quien también informó a NU que, hasta la fecha, "la jueza no me ha llamado". "Me presenté en el juzgado a los dos días, me puse a su disposición. Me sorprendió la actitud de la jueza", concluyó el entrevistado.
