?Rapsodia, Complot, WAMANA, Ayres, Vitamina, Paula. En ninguna me puedo comprar un pantalón. Es algo que no entiendo. Como puede variar tanto un talle 48 de la marca Ver a cualquiera de las marcas que nombré al principio. Sinceramente ya ni me indigna. Sé que hago mal pero lo tomo como algo "lógico". Ninguna de esas marcas tiene toma a mi cuerpo como modelo. Pareciera que ser gorda implica tener que vestirse como una señora. Conseguir un pantalón se ha convertido en una odisea y algo que debería ser divertido -a que mujer no le gusta hacer shopping y verse linda- a mi me deprime?. De esta manera, Gabriela Chang, administrativa, 30 años, describe como algo tan normal y hasta placentero como comprar ropa se convierte en una empresa tortuosa cuando el cuerpo no se adapta a ciertas medidas que determinan arbitrariamente cuales son dignos de portar cierta marca y cuales ni siquiera pueden elegir.
La ley de talles, surge en la ciudad como un intento de paliar esta situación a todas luces discriminatoria y que como una máquina macabra, pide cada vez mas cuerpos escuálidos, personas que pesan menos de 50 kilos y no ?entran? en pantalones talle small, para describir parte de la atrocidad.
La norma que garantiza que se fabriquen y vendan prendas adecuadas a los distintos tipos de cuerpos, y que fue ley en 2009, todavía no había sido implementada y recién la semana pasada se publicó en el Boletín Oficial. Allí, se establece que la autoridad de aplicación de la norma será la Dirección General de Fiscalización y Control dependiente de la Agencia Gubernamental de Control.
Ahora, Noticias Urbanas pudo saber que las marcas, aún tendrán 180 días de margen para adecuarse a la norma que garantiza la existencia de un mínimo de ocho talles correspondientes a las medidas corporales normalizadas según las normas IRAM de la Serie 75.300 y sus actualizaciones. Esta disposición incluye "los establecimientos comerciales cuya actividad principal, accesoria u ocasional sea la venta, fabricación o provisión de indumentaria".
Sin embargo, la letra chica parece dejar lugar a vacíos. Tanto que, según adelantó a Noticias Urbanas el autor de la norma, el ex diputado Facundo Di Filippo, llegarán a la Justicia solicitando la nulidad de la regulación, porque va contra el sentido mismo de la ley. ?Presentamos un recurso de amparo ante la Justicia Contenciosa Administrativa para que se reglamente y la pelea de fondo es que consideran talle a la combinación de dos medidas diferentes por lo cual una remera L con dos medidas de busto estampadas en la etiqueta puede considerarse como dos talles pero claramente es uno solo?, se queja el actual titular del Colectivo por la Igualdad. Para Di Filippo, esa permisión es ?para favorecer al sector textil que no quiere reconvertir su producción?. ?Y hasta esta la discusión de fondo entre lo que se paga y lo que cuesta producir, un pantalón que debería salir 50 pesos y sale 500, y la sombra de los talleres clandestinos detrás de todo?, remarca. Y agrega que con estas zonas grises ?se permite que los establecimientos comerciales, fabricantes e importadores, sigan sin ofrecer la cantidad de talles necesaria para no incurrir en el tipo de conducta discriminatoria que la ley intenta evitar?.
Para el exdiputado, el tema en cuestión es grave ya que se desprotege ?la salud, la igualdad y la dignidad de los porteños que no pueden disponer de algo tan básico como comprarse ropa sin que sea una peregrinación?.
A principios de 2012, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires encabezada por Alicia Pierini, también tomó cartas en el asunto instando al Ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, para que se asigne instrucciones ?precisas y urgentes? a la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad Buenos Aires para que proceda a reglamentar la Ley de Talles. ?En la Ley de Talles (nº 3.330) quedó supeditada su entrada en vigencia a partir de los 180 días de su reglamentación, sin que se le haya fijado plazo alguno al Ejecutivo local para que ejecute dicha reglamentación. Por ello, la Defensoría señaló que se observa una excesiva dilación y ostensible demora en el trámite reglamentario?, detalló Pierini a NU.
Asimismo, desde el organismo de contralor se expresó que ?de este modo, no sólo se está vulnerando el efectivo ejercicio de los derechos contenidos en la Ley, sino que además se desdibuja la función del órgano legislativo de la Ciudad como representante de la voluntad popular, deteriorando la calidad institucional?.
Noticias Urbanas se contactó con fuentes del ministerio de Seguridad, quienes aseguraron que ante la requisitoria de la Defensoría ?se va a tratar de estar en línea con el pedido realizado ya que la agencia, en parte depende del ministerio?. ?Si bien es autárquica se va a tratar de estar en coordinación en este sentido?, especificaron.
BENDITA ESPERA
El cronograma que se extiende hasta 2018 para que las empresas y comercios de indumentaria se adecuen a la norma de forma total genera dudas en algunas organizaciones que pelean por la igualdad y contra la discriminación. ?Parece tener el objetivo de que nadie se acuerde de que existe la ley", dijo Monique Altschul, presidenta de la ONG Mujeres en Igualdad (MEI).
Y en declaraciones públicas señaló que ?si se sigue el esquema normativo, que entró en vigencia el 12 de abril, recién, entre 2016 y 2018, se estaría aplicando realmente la ley, entonces creo que lo que se hace es adecuarse sólo a los tiempos y necesidades de las empresas del sector". En el decreto también se establece que el talle se conforma mediante la combinación de una "medida principal" y una "medida secundaria", lo que para Altschul "es sumamente confuso para el público usuario".
Como botón de muestra, sirve el trabajo realizado por otra ONG internacional, AnyBody Argentina, que hasta ahora, solo pudo premiar a tres marcas líderes reconocidas con un sticker de AnyBody por contar con los talles adecuados: VER, Portsaid y Yagmour. "Sin ropa normalizada, las marcas pueden seguir ofreciendo un rango de 8 talles chicos o ropa con etiquetas mentirosas sin resolver el problema actual de la falta de talles más grandes", subrayaron desde la organización.
?También pasa con los chicos: mi hija tiene 9 años y es alta para su edad, pero de ningún modo tiene el tamaño de una chica de 14 y muchas, muchas veces le tengo que comprar pantalones, remeras o camperas de ese talle. Lógicamente, el precio es más alto que un talle 12 que vendría a ser el real de ella?, relata Virginia Poblet, periodista, poniendo sobre el tapete el costado económico de la ley.
A ella se suma María Perciavalle que relata su experiencia con una marca en particular: ?Yo soy petisita, con cola y cintura muy chica. Compré en Rapsodia durante varios años, hasta que el año pasado, fui a comprarme un jean del mismo modelo y talle del que llevaba puesto (cambiaba el color solamente) y no me entraba. En seguida pedí uno o dos talles más porque realmente veía que eran mínimos y me entraban a duras penas. Por supuesto el broche de oro fueron las caras de las vendedoras que se deleitaban con la situación y hacían juego con sus talles ínfimos de jean que les calzaban a la perfección porque demás está decir que eran casi modelos. Me fui indignada, obviamente que no compré más pero me pregunto que pasará con otras chicas que tengan más cola que yo si yo ni siquiera peso 50 kilos?.
El testimonio de Perciavalle, estudiante de 20 años muestra a las claras como además de las marcas, los compradores también son discriminados por quienes se encargan de venderlas.
Algo similar le sucedió a Soledad Futulis, cineasta. En el local Mue Bem del barrio de Belgrano: ?Le pregunté a una vendedora por dos tipos de bikinis, primero me miró de arriba abajo. Siempre el mismo: mmmm… y el ?No se si hay para vos…?. Me trajo dos de un modelo por las dudas y el más grande el otro, al decir de ?este más grande no hay?.
En algunos casos, la discriminación trata de mostrar una careta ?amable?. En otro local de mallas, Soledad se encontró con el ya típico ?No, para vos no hay? acompañado de un ?vendemos más para deporte, viste??. ?En la avenida Santa Fe en su mayoría no hay talles para todas. Algunas veces entrás y así como entrás, te miran de una manera como de "no se que hacés acá" y directamente nadie viene a atenderte. ?Hasta tuve que escuchar sugerencias del tipo ?tenemos que hacer algo de dieta? o bien ?arranquemos con el gimnasio?. Algo opresivo, casi dictatorial en materia de moda?.