El lunes, en el debate de GH 07, se vivió un momento de hondura. El conductor del envío, Mariano Peluffo intentó echar paños fríos sobre el recordatorio de una televidente (Claudia), quien vaya a saber empujada por qué solidaridad (¿de género?) criticó la posición que años atrás tuvo Rial con Marcelo Corazza, sometido a una cámara oculta, supuestamente practicando comercio sexual con otro hombre.
Todo empezó a raíz de una consulta sobre la "intimidad" de los protagonistas. "Claudia" recordó entonces a Corazza. Peluffo, conductor de reemplazo, mostró reflejos y dijo que esa cámara estuvo "arreglada" desde un principio. El silencio rebotó hasta en el cementerio.
Como el ruido que alguna vez dejó oir -sin querer- la mítica María Amuchástegui, que en un derrape gimnástico en vez del crujir de los huesos, inmortalizó ese mal con mala prensa que se llama aerofagia.