Una alta fuente de la Casa Rosada reconoció a NOTICIAS URBANAS que "es muy complicado para el Estado Nacional cumplir con el cronograma dispuesto por el jefe de Gobierno de la Ciudad, no es falta de voluntad sino de tiempo", sostuvo en relación al decreto que firmara Aníbal Ibarra y que fijó los comicios para el próximo 8 de junio. Las dificultades abarcan también a la Justicia Electoral Nacional, ya que ese mismo día se eligen diputados nacionales por la Capital Federal y además sobre ellos recae la competencia en la instrumentación del comicio.
El apuro de Ibarra por polarizar la elección distrital con Mauricio Macri ha logrado más rechazos que adhesiones en todo el espectro político, que va constituyendo una masa crítica respetable a medida que pasan los días, aunque esto ya reside en el terreno de las conveniencias partidarias.
Pero si desde el poder político nacional -léase Ministerio del Interior- como desde la Justicia Electoral se confirmara que les es prácticamente imposible cumplir con los requisitos formales de garantizar la legalidad -y los dineros- de la elección nacional y la de la Ciudad en tiempo y forma, podría haber un corrimiento de la fecha para todos los plazos. Algunos hablan de 60 días. Es decir que la fecha probable del comicio en la Capital pasaría a ser el 8 de agosto.
A esto hay que agregarle algunas discrepancias que ya se han planteado entre la Justicia Electoral Nacional y el Tribunal Superior de Justicia local, ya que ambos comparten la legalidad de la eleccción, cada uno en su rubro. El otro problema es la certeza de la necesidad del ballotage en la elección nacional, lo que mantendría -en el mejor de los casos- todo el aparato electoral federal ocupado hasta 20 días antes de la elección porteña, siempre y cuando no se produzca ninguna presentación judicial por parte de alguno de los competidores.