Unos 22 mil efectivos de fuerzas de seguridad se distribuyeron este jueves por la Ciudad de Buenos Aires a causa de la cumbre del G-20, y en lo que va de este jueves, la división Explosivos de la Policía de la Ciudad activó seis veces el protocolo de análisis y desactivación de bomba. Las amenazas terminaron siendo todas falsas.
En principio, una de las amenazas provino de un aviso anónimo desde Whatsapp en la intersección de las calles 9 de Julio y Marcelo T. de Alvear al mencionar que “desde un auto” habían arrojado “un explosivo”. Sin embargo, la policía dilucidó que se trataba de una pieza de motor de heladera.
El escuadrón antibombas también debió acudir a la calle Corvalán en Villa Lugano frente a la escuela de policía Juan Ángel Pirker por una vieja heladera de telgopor abandonada que tenía un pedazo de hielo a medio derretir y un cuchillo tipo Tramontina.
Y un caso similar sucedió en una sucursal del banco HSBC, en la calle Reconquista, donde un caño que salía del suelo y atado con cinta fue confundido con un explosivo.
Un cuarto caso trascendió en la estación Belgrano de la línea E de subte, lugar donde una valija abandonada comenzó a llamar la atención y terminó siendo estallada por los efectivos de seguridad.
Otra amenaza de bomba en el hospital Garrahan más explícito, ya que habían encontrado tres tubos azules atados con cinta con un medidor de tensiómetro que parecía un temporizador para simular un explosivo. Sin embargo, también resultaron ser falsas.
Finalmente, el colegio Lenguas Vivas, corrió con la misma suerte y sus autoridades se vieron obligados a reportar una amenaza con activación de protocolo.