El cierre de listas en la Capital encuentra a radicales y peronistas en una delicada posición. Luego de la ida de Daniel Scioli, el normalizado justicialismo no pudo recomponer jamás la fórmula que éste integraba con Alicia Pierini, y la mesa de los 20 (órgano de conducción provisorio) tomaría una decisión en las próximas horas. Una de las posibilidades que manejan es la de concurrir "colgados" de la boleta de Mauricio Macri en los rubros a diputados nacionales y legisladores porteños, pero esto no termina de convencer a la mayoría, que quizás analice otros formatos electorales esta misma noche.
Por otro parte, los radicales -de todos los sectores- que desfilaron por las oficinas de Ibarra, están ya acostumbrándose a que la vicejefatura que alguna vez soñó Cristian Caram no será para ni él ni para ningún otro correligionario. Ibarra no quiere saber nada con algo que huela a Alianza y lo máximo que haría por sus ex compañeros de ruta en esta etapa sería compartir las listas electivas.
Esto no convence a muchos boinas blancas -acostumbrados a reinados poderosos- pero la realidad no da para más. Así y todo deberán resolver antes que hacen con la interna que suele ser su deporte favorito pero en este caso no deja de ser una molestia más.
Salvo que surja una propuesta sorpresa en alguno de los dos campamentos tradicionales de la política argentina, los porteños no encontrarán el escudo peronista ni el radical cuando entren al cuarto oscuro, ya no en el rubro de jefe sino siquiera en el de vicejefe de la Ciudad de Buenos Aires.