El Pasaje Discépolo podría transformarse en peatonal

El Pasaje Discépolo podría transformarse en peatonal

El legislador porteño Carlos Campolongo propuso que el Pasaje Enrique Santos Discépolo se convierta en una peatonal en la que se desarrollen actividades turísticas y culturales. El proyecto de ley, presentado la semana pasada en la Legislatura de la Ciudad, recoge una iniciativa de los vecinos, docentes y comerciantes de la zona


De prosperar un proyecto de ley del diputado de la Ciudad de Buenos Aires Carlos Campolongo (Fuerza Porteña), el Pasaje Enrique Santos Discépolo se convertirá en una calle peatonal y en un centro de atracción histórico, cultural y turístico. La iniciativa parlamentaria fue presentada la semana pasada en la Legislatura porteña y se basa en una idea que los vecinos, docentes y comerciantes de los alrededores vienen pregonando a través de la recolección de firmas.

Este extraño pasaje, que nace en la avenida Callao -casi esquina Lavalle- y muere en la avenida Corrientes -a pocos metros de Riobamba-, era parte del recorrido del primer ferrocarril de la Ciudad, que fue inaugurado el 29 de agosto de 1857 y que tenía su estación central en los terrenos en donde hoy se ubica el Teatro Colón.

Esta línea, que transitaba una extensión de diez kilómetros, partía de la "Estación del Parque", cruzaba luego la actual plaza Lavalle y se dirigía por la calle Lavalle hasta la avenida Callao. Desde allí, las locomotoras "La Porteña" y "La Argentina" tomaban un pequeño atajo -conocido como la "Curva del Oeste"- sobre los terrenos de Josefa de Quintana y cerca de los hornos de ladrillos "Del Bayo", para acceder a la avenida Corrientes que, luego de un pequeño trecho, abandonaban para dirigirse al oeste por la actual calle Bartolomé Mitre.

Luego de un par de años, la "Curva del Oeste" tomó el nombre de Pasaje Rauch, en homenaje al general que luchó con Lavalle. En la década del ’80, este rincón de la Ciudad pasó a llamarse "Enrique Santos Discépolo".

"Esta ‘Calle curva’ -expresó Campolongo-, constituye una pintoresca anomalía dentro del ‘damero’ de nuestras calles. Cuando el transeúnte recorre esta curiosa callejuela porteña, debería recordar el paso de la primera máquina pionera, hace casi un siglo y medio. Además presenta un interesante perfil morfológico, coronado en sus extremos por edificios tan particulares como lo son los del ex Banco Mercantil Argentino y el de propiedad horizontal proyectado por el arquitecto Andrés Kalnay. Cuenta, también, en su recorrido, con una de las entradas de la Escuela Normal Superior N° 9, cuyo edificio data de 1884, institución forjadora de tantas generaciones de maestros y con el Teatro El Picadero, exponente de arte y de lucha, a través de lo que se conoció como Teatro Abierto".

CULTURA Y DICTADURA

Teatro Abierto se inauguró el 28 de julio de 1981 bajo la iniciativa de Osvaldo Dragún y, durante los dos primeros meses, se representaron 21 obras cortas, escritas especialmente para el ciclo por otros tantos artistas argentinos. El contenido y forma de las funciones cristalizaban un proyecto de resistencia cultural al discurso oficial de la última dictadura militar.

El 6 de agosto de 1981, los militares intentaron acallar a los artistas que se expresaban en el ciclo Teatro Abierto con la colocación de tres bombas incendiarias que destruyeron parte de la sala del Picadero. Pero el efecto producido fue el contrario al esperado: 48 horas después del atentado, el grupo organizador, constituido por Osvaldo Dragún, Roberto "Tito" Cossa, Jorge Rivera López, Luis Brandoni y Pepe Soriano, acompañados por el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y por el escritor Ernesto Sábato, informaron a la prensa su decisión de continuar con el proyecto.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...