Lo que Edward Snowden vio como agente de la CIA y de la NSA lo ha marcado para siempre. Las prácticas de esas dos agencias de inteligencia estadounidenses, lo horrorizaron a tal punto que arriesgó su vida al filtrar una enorme cantidad de documentos clasificados y se convirtió en un traidor para su país.
La intensidad del espionaje que los gobiernos llevan a cabo sobre sus ciudadanos y la búsqueda de medidas para sortear esa invasión han sido sus obsesiones desde entonces. Han pasado cuatro años de aquello y Snowden, desde su refugio en Rusia, se ha propuesto una nueva tarea: proteger a los periodistas de los espías.
Según publicó el martes Wired, el exagente está trabajando en toda una serie de medidas que, las fuentes, los periodistas y los medios para los que trabajan podrán implementar protegerse de la actividad de los espías. Todo pasa por la Freedom of the Press Foundation, una pequeña organización en la que Snowden ejerce como presidente desde hace poco más de un año.
El objetivo es que esa institución se convierta en una “fábrica de armas” antiespionaje para periodistas. El proyecto más complejo es el que Snowden está desarrollando junto al hacker Bunnie Huang, y que consiste en una modificación del hardware de iPhone, con la que pretenden conseguir que el dispositivo modificado detecte si en su interior existe alguna especie de malware que transmite los datos a fuentes externas.
Pero ese no es el único proyecto en desarrollo. Mano a mano con Fred Jacobs, el artífice de la aplicación de mensajería encriptada Signal, trabajan en el desarrollo de una aplicación que permitirá ocultar información sensible y hacerla visible mediante una combinación de claves que no estarán en manos de una sola persona, sino de varios integrantes del equipo periodístico en cuestión.
La joya de la corona de los proyectos de la fundación es SecureDrop. Se trata de un sistema que permitirá a los periodistas de todo el mundo guardar, transferir y publicar datos filtrados. Ha sido adoptado por decenas de medios, entre los que están The Guardian, The New York Times y The Washington Post.
El nuevo proyecto no es el único motivo por el que el nombre de Snowden ha estado en los periódicos en las últimas semanas. La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y su presunto entendimiento con Vladimir Putin dieron alas a los rumores de que Rusia podría entregar a Snowden a las autoridades estadounidenses “como un regalo”.
Uno de los abogados del exagente lo ha desmentido, pero descifrar los movimientos entre las dos potencias es casi tan difícil como protegerse de sus redes de vigilancia.