La modificación del Código de Planeamiento Urbano permitió la instalación de industrias en la Ciudad. Ahora, la actual administración busca incorporar empresas a su perfil industrial.
La idea es tener un polo farmacéutico (en Villa Lugano); uno del libro (en La Paternal); uno de producción audiovisual (en Colegiales); uno para instalaciones de televisión (en zona Sur); una industria del ocio (en Parque Roca y el Parque de la Ciudad); uno automotriz (en el Autódromo); una informático para desarrollo de software (en Barracas); y otro de servicios de estudio ambiental (en el Parque Indoamericano).
Se trata de recuperar el tejido urbano, económico y social de la Ciudad. La zona sur es ideal porque hay mucho espacio y lo que llaman “buena accesibilidad”: cerca del centro y de Ezeiza (con los accesos a las autopistas a mano).
Según datos del Gobierno, en la Ciudad hay 13.362 fábricas, de las cuales 2164 son textiles; 2055, imprentas; 1747, de alimentos; y 1171, pequeñas metalúrgicas (1.171).
Poco más del 70 por ciento de estos emprendimientos se ubican en Soldati, Pompeya y Barracas. Entre 1993 y 2004, el 40 por ciento de las industrias de la Capital cerró. El proceso de desindustrialización y desempleo afectó sobre todo a Balvanera, Mataderos y Pompeya.
El Polo IT Buenos Aires será el primer polo informático porteño. Ubicado en un predio de más de 25 mil metros cuadrados, en Barracas, reunirá a más de 80 empresas que desarrollan software y servicios informáticos.
El convenio firmado entre el gobierno de la Ciudad y el ministerio de Producción prevé la conformación de equipos de trabajo interdisciplinarios conformados por representantes de la Dirección de Tecnología (en representación del Gobierno), Telefónica SA (que tiene la propiedad) y el Polo IT (las empresas que forman parte del emprendimiento), para asccionar en conjunto, diseñar y planear.
El fundamento es concentrar en un mismo lugar a las empresas que forman parte del Polo de manera que puedan interactua (el sector privado), pero también los centros de investigación y desarrollo (universidades e instituciones científicas) con el sector público.
De esa manera, se busca la reducción de los costos operativos, porque al interactuar, las empresas adquieren nuevos conocimientos y obtienen mejores respuestas. El Polo IT Buenos Aires ya recibió un subsidio de la Dirección de Tecnología (de 20 mil pesos) para el despliegue conceptual del proyecto.
La Dirección de la Industria de la Ciudad presentó un proyecto de ley para otorgar el estatuto de “industria” y no de servicio (como figura en la normativa que rige) a la actividad de desarrollo de software. Esto disminuye la carga impositiva para las empresas y permite obtener un fondo para solventar actividades.
En ese sentido, la Dirección de Tecnología porteña trabaja en la programación de cursos de capacitación para dos mil jóvenes que se dictará en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
El 70 por ciento de las empresas generadoras de software del país están radicadas en la Ciudad. El Polo permitirá la transferencia de los adelantos y de los procesos para su aplicación inmediata por el sector productivo.
Instalado y en etapa de producción, funciona como un consorcio de empresas que vincula la iniciativa privada con la estatal, un administrador controla el grupo, una asamblea de copropietarios y un consejo de administración para los propietarios. Funciona en la ex fábrica Suchard, de Villa Soldati, en Rabanal 3220.
Con una inversión que superó los dos millones de dólares para la compra de la propiedad, el edificio, donde funcionó desde 1982 y durante más de 20 años la fábrica de chocolates, tiene una superficie de casi 22 mil metros cuadrados descubiertos y 25.600 metros cuadrados cubiertos distribuidos en diez pisos. El 80 por ciento son depósitos y superficie industrial (en tres plantas) y el 20 por ciento restante son oficinas desplegadas en cuatro pisos.
Con espacio para cuatro empresas más, las trece que actualmente funcionan en esas instalaciones fueron elegidas por concurso público, por medio de un llamada a licitación y de presentación de proyectos.
Se privilegiaron las “empresas pymes industriales no contaminantes”, que trabajaban en la Ciudad y que tenían la capacidad de generar empleo. Se estima que creará unos 500 puestos de trabajo “efectivos”, que incluyen mano de obra cooperativa y empresas recuperadas, además de la incorporación de personal no calificado de la zona, de seguridad y mantenimiento.
Si bien funcionan y se administran de forma autónoma dentro del terreno también hay un reglamento de “copropiedad” que expone las funciones de cada empresa, pero las normas son las mismas para los espacios comunes (vestuarios, sanitarios, depósitos, cocina, comedor, montacargas, espacio de carga y descarga, sala de máquinas y estacionamiento).
Delimitado por las avenidas Escalada, Fernández de la Cruz y la calle pública paralela a las vías del Ferrocarril Metropolitano (ex General Belgrano), la obra del Polo Farmacéutico producirá un incremento en la ocupación directa de 550 personas y el empleo indirecto de 800. La inversión se calcula en más de 138 millones de pesos, de los cuales 15 fueron asignados a la compra del terreno.
Las plantas farmacéuticas se construirán en un terreno de más de 82 mil metros cuadrados en donde se realizarán todas las obras de infraestructura necesarias para su funcionamiento: delimitación del perímetro, nivelación del terreno, construcción de accesos y calles de circulación interna, distribución de los servicios públicos y desagües de las parcelas, mantenimiento, iluminación y parquización.
Los trabajos tardarán 18 meses con una mano de obra de dos mil personas. Las once empresas que presentaron la iniciativa (Pablo Cassará, Química Montpellier, Purissimus, Penn Pharmaceuticals, Therabel Pharma, Aristón /Higaté /Spedrog y los Laboratorios Mar, Panalab Argentina, Domínguez, Omicrón) representan casi el nueve por ciento del volumen del mercado y poseen 2.100 puestos de trabajo estables.
La importancia económica de esta industria se da por su participación en el producto industrial (3,6 por ciento).
Enrique Rodríguez es ministro de Producción y presidente honorario de la Corporación Sur. Dice que la idea es “potenciar el perfil productivo de la Ciudad”. Para eso se encaran varios centros industriales o “polos”, que forman parte de una estrategia económica de desarrollo. En cuanto al Polo Farmacéutico, del cual ya se plantea su construcción, dice que hay que tener en cuenta que “es una de las industrias más importantes”. Ubicada en Villa Soldati, lindante con el Parque de la Ciudad y el Indoamericano, “es un emprendimiento que incluye la firma de una de las empresas de logística más importantes de Sudamérica. Y se está haciendo en un terreno donde vivía gente en muy malas condiciones y a las que se le dio una vivienda provisoria que luego será definitiva”.
En la ex fábrica Suchard está el Polo Industrial, constituido por un consorcio de trece empresas. “Es un edificio emblemático, donde ya están trabajando unas 450 personas. Es una experiencia inédita sin impacto en el barrio, donde todo fue previsto en las 44 hectáreas que se ocupan. Es una manera de reconstruir el tejido urbano de una zona del Sur”. Además, Rodríguez agrega que “aspiramos a tener también un polo de la imagen, de televisión y de la industria gráfica, que son industrias no pesadas. Y para eso trabajamos mucho con la Provincia”.
El Polo del Software es un convenio con Telefónica y cámaras de empresas. “Esperamos que por el nivel de educación que tenemos se dé un fuerte crecimiento en la exportación de materiales de software y que las empresas nucleadas se fortalezcan. Hace poco también se vendió un importante juego a Nintendo”.
Lo que se viene es un Polo del Libro “en un terreno que le pedimos a la Onabe en la Paternal. Es una importante industria cultural como el diseño gráfico, la del vestido y el software. Es más, estas industrias representan el 7,4 por ciento de la producción de la Ciudad. Entonces, queremos fortalecer la industria blanca”. Y agrega: “La industria de la imagen es muy importante porque se filman muchas películas y publicidades. Hay un movimiento interesante. Hace poco se filmó una publicidad en el Parque Roca: lo importante es que hubo 500 personas trabajando. Y esto se repite en todos los ámbitos porque son industrias con alta empleabilidad”.
“Para el Parque Indoamericano tenemos previsto un laboratorio que estudie el impacto ambiental, con una biblioteca, un centro de convenciones para tener un intercambio con el mundo y que funcione, en alguna medida, con energía solar. Son todas industrias de alto valor agregado”, explica el ministro.
Por último, señala que “estamos ampliando, triplicando, la capacidad de un centro de diseño en Barracas que incuba empresas. Es importante para el Estado desarrollar estas actividades”. La mayoría de las industrias están pensadas para la zona Sur: la zona norte y el centro los precios son muy altos y no se radicarán industrias en barrios residenciales o en el Casco Histórico: “Estas industrias, en Barracas, en Soldati, solucionan además un problema a estos barrios. Hay empleo a partir de una industria limpia con una arquitectura armónica. Y además ahí hay lugar y buena conectividad. Entonces trabajamos para cambiar la Ciudad y que sea una Ciudad con servicios y con industrias como las grandes ciudades del mundo, empezando desde el Sur, incluso en la construcción de cloacas, un trabajo que no se ve, o desde el Riachuelo que es un trabajo con Nación”.
Después de la firma del convenio entre las partes que participan de este Polo, Gobierno-Teléfonica-empresas del Polo, y según la carta de intención, se calcula que en marzo tiene que estar el acuerdo para la disposición del predio, que por ahora es de Telefónica. Es por eso que las partes se reúnen todos los viernes para avanzar en la compra-venta del inmueble y en la conformación de una entidad que administre el Polo. Le resta al Gobierno, a través del Ministerio de Producción, ver si el monto que proponga Telefónica (todavía no tasó el terreno) sobre el predio es accesible y se adapta al presupuesto que maneja. Pero Telefónica tiene la intención de vender el terreno y además de seguir ligada al proyecto de alguna manera. Y en eso están. Porque además Telefónica tiene ahí el troncal de fibra óptica para todo el país, lo cual puede ser positivo para el polo tecnológico.
El Polo del Software concentra alrededor del 70 por ciento de las empresas que producen software en el país. La Red Baitec es el espacio donde se desarrollarán los proyectos de base tecnológica y científica y que asesorará en lo económico, técnico, capacitación, seguridad y servicios. Es un emprendimiento de la Dirección General de Tecnología y que forma parte del programa “Buenos Aires Innova”. En el sistema productivo de este polo participarán profesionales de la UBA, el Conicet y la UTN. El titular de la Dirección de Tecnología, Hernán Bacarini, resaltó que “la idea es crear algo más que un lugar donde se congreguen emprendimientos productivos. Lo que buscamos es crear una interrelación, es decir que lo que produce una empresa tenga que ver con lo que elabora otra. También queremos crear intercambios, como rondas de negocios entre las empresas. En ese aspecto, sería algo muy parecido a lo que están haciendo las empresas recuperadas que actualmente están creando instancias de cooperación entre ellas”. No es la primera vez que se da esta experiencia de “incubar empresas”, aunque sí es la primera vez que lo encara un Gobierno. En los 90, pudieron desarrollarse en la educación pública, en las universidades nacionales del Litoral y de Luján. Algunas de iniciativas, entre otras, para el Polo del Software son la promoción de incubadoras biológicas y biotecnológicas.
Ubicadas entre las avenidas Escalada, Lacarra, Coronel Roca y Fernández de la Cruz, las 110 hectáreas del Parque de la Ciudad permanecen cerradas desde el 6 de noviembre de 2003. Fue el juez Roberto Gallardo el que decidió su clausura porque 12 de los 50 juegos presentaban “fallas técnicas graves” (cables sueltos, atraso tecnológico, falta de mantenimiento), luego de una denuncia de la Defensoría del Pueblo. El Gobierno subió la apuesta y decidió cerrar todo el predio. Es que en febrero de 2001, un operario del Parque murió al salir disparado durante un control del juego Hurricane y caer sobre una reja de seguridad. Primer problema para reabrir el lugar: la Ciudad enfrenta un juicio por daños y perjuicios.
Segundo problema: La demanda de Interama, la concesionaria original que, por acciones legales iniciadas en 1993, reclama 1.500 millones de pesos. El predio fue inaugurado por el intendente de la dictadura Osvaldo Cacciatore en 1977 con 90 juegos y una Torre Espacial de 220 metros de altura y de la que llegó a decirse que era el símbolo del triunfo de los militares sobre los montoneros. La licitación la ganó Parques Interama SA, hasta que en 1983, el intendente Julio César Saguier le sacó la concesión por considerar que la empresa no cumplió con lo pautado. Esta causa está estancada en la Corte Suprema.
Pese a los impedimentos legales, la idea sería llamar en marzo a un concurso de ideas a través de la Sociedad Central de Arquitectos para poder ponerlo en funcionamiento (no como parque de diversiones sino como lugar de esparcimiento) si se levanta la medida cautelar sobre el Parque. El interventor del predio Carlos Elías, y director de los parques Roca e Indoamericano, dice que el predio “está en condiciones de uso”, que el lago está limpio y parte del lugar parquizado e iluminado; y que para eso tuvo que cambiarles las funciones a los empleados: contadores pintando canteros, boleteros barriendo, ingenieros cortando el pasto y así. Es que, este año, el 95 por ciento de los 10 millones de pesos del presupuesto destinado a esta repartición se destinará al pago de sueldos.