El gobierno de la provincia de Buenos Aires que conduce María Eugenia Vidal está conmocionado. La fuga de Víctor Schillachi, Martín y Cristian Lanatta fue como chocar contra una pared. Las sorpresas, no gratas, que se sucedieron los días posteriores a la fuga la convencieron de que se enfrentan a enemigos muy poderosos. “Es como estar rodeado de caníbales”, le dijo a Noticias Urbanas un político bonaerense del Pro.
Según pudo saber este medio, en las últimas horas se conoció una noticia que los sacudió como ninguna otra. Las primeras pesquisas de los investigadores abocados a la captura de los tres prófugos dejaron al descubierto graves fallas en las áreas de Inteligencia de las fuerzas de seguridad provinciales y nacionales.
“Esto es inconcebible. Pero lo más preocupante es que es imposible que ningún área de Inteligencia tuviera algún dato de lo que estaba por pasar. Eso no sucede nunca. Siempre alguna fuerza conoce o tiene un mínimo indicio de que algo está por suceder. Acá lo que hubo fue un ocultamiento de información a la gobernadora”, le dijo a NU un comisario retirado de la policía Bonaerense.
Ese ocultamiento tiene un fundamento. Los tres evadidos ya habían intentado huir del penal de Sierra Chica. “Una vez que las fuerzas de Inteligencia del Servicio Penitenciario y de la policía conocen ese antecedente se abocan a vigilar con más énfasis los movimientos de los reclusos. En definitiva, se los controla y vigila más. Se monitorean sus pasos, con quiénes hablan y quiénes los visitan. Por eso, es imposible que no hubiera alguna presunción de lo que estaba por suceder, ya que no se trataba de tres presos comunes”, agregó la fuente consultada.
Es más, para los investigadores de la fuga es inaudito que tampoco supiera nada la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). “Se están haciendo los tontos”, llegó a decir un funcionario de Cambiemos ante tanto desconocimiento de lo que iba a pasar.
Los presos estaban encerrados en un penal de máxima seguridad. Y debido a la acusación pública que habían realizado contra el exjefe de Gabinete nacional, Aníbal Fernández, debían ser vigilados de cerca. Eso es lo que se hace habitualmente. Pero nada de eso sucedió. Con más razón.
Una vez que se conocieron los detalles de la fuga, las propias autoridades del gobierno bonaerense tomaron nota de la complicidad del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en la evasión. Eso está claro. Este hecho desemboca en una segunda certeza: hubo soborno a varios integrantes del SPB. Pero, a medida que la investigación avanza, se cree que los sobornos no se detuvieron en los penitenciarios.
“Los prófugos no sólo tuvieron excesivas libertades para fugarse, sino que también gozaron de esas mismas facilidades en las horas posteriores a la fuga. Esas primeras horas son fundamentales para poder encontrarlos. Si se les dan tantas facilidades, se les está concediendo una ventaja muy importante. Y todo hace que sea más difícil encontrarlos. Es como si todos tardaran en actuar a propósito y eso no es casual”, señaló un investigador de la Policía Federal.
El dato que se conoció este miércoles termina de confirmar lo dicho en el párrafo anterior. La policía de la provincia confirmó que un hombre fue demorado en Quilmes, acusado de haber colaborado con los evadidos.
Al allanar la casa del hombre se secuestró una camioneta negra, muy parecida a la que se observa en los videos de la fuga, que fue utilizada por Schillachi y los hermanos Lanatta para fugarse.
Aunque se desconoce el nombre del detenido, se confirmó que era una de las personas que visitaba asiduamente a Schillachi en la cárcel.
Lo que más sorprendió a los policías que lo detuvieron, es que este hombre dijo que los prófugos lo visitaron el domingo a la mañana para pedirle algo de plata. Se habían escapado el sábado por la noche y el domingo por la mañana recorrieron la zona de donde eran oriundos y visitaron a un amigo sin ningún inconveniente. Aunque parezca irreal, es cierto.
“Todo esto es un mensaje para Vidal. Le están marcando la cancha de una manera salvaje. La fuga es un papelón, debido a la facilidad con la que se fueron. Y encima ahora se descubre que visitaron a un amigo como si estuvieran de paseo. Es una tomadura de pelo demasiado grande”, manifestó el integrante de la Federal.
El dato sobre la visita de los evadidos a un amigo de Quilmes empieza a dejar mal parada a la Policía Bonaerense, que supuestamente debía estar abocada a la búsqueda de tan importantes prófugos.
Noticias Urbanas viene contando, hace días, los interrogantes que generó el caso. Lo que más asusta es que con el correr de las horas los mismos se multiplican y todo indica que nada va a cambiar.
