En la audiencia del papa con la Presidenta, y ante el inconveniente que sufrió la mandataria previo a la reunión con el sumo pontífice, éste se refirió a la lesión y bromeó sobre “qué mala pata” tuvo CFK.
La jefa de Estado bajó del automóvil oficial que la trasladó a la Residencia Santa Marta con manifiestas dificultades para caminar por la férula y fue ella misma la que contó a los periodistas que por el esguince llegó tarde a la audiencia con el exarzobispo de Buenos Aires.
En su charla con el papa, Cristina aclaró que se trataba de “un esguince de primer grado”.
Luego, cuando le presentó al Papa a los integrantes de la delegación nacional que la acompañó al Vaticano, aclaró que Marcelo Ballesteros, jefe de la Unidad Médica Presidencial, fue “el médico responsable de atender el percance”.
“Se le efectuó una resonancia magnética nuclear en el Hospital Universitario Umberto I” de Roma, en donde se determinó “el diagnóstico de esguince de tobillo izquierdo”, se aclaró.
El comunicado añade que, tras estas placas, “se indicó el tratamiento correspondiente y se inmovilizó la articulación con una férula”