Qué importa más, ¿el futuro o el pasado?

Qué importa más, ¿el futuro o el pasado?

Opinión.


Un punto alto del oficialismo en esta elección es haber podido mantener cierta calma en los mercados locales en comparación con las turbulencias aparecidas en marzo de 2018.  Si bien los indicadores no acompañan para mantener una visión optimista, la inflación no se ha desbocado nuevamente y el dólar hasta hoy, a un costo financiero altísimo, sigue dentro de los parámetros previstos por las autoridades y el FMI.

La vigencia política de la propuesta se logró con una campaña intensa, algo agresiva desde el principio, muy bien preparada tal cual lo hace este espacio político desde su creación, en la cual sobresale el juego de memoria de sus principales figuras, la potencia mediática que tiene el mensaje, el control y conocimiento de los hábitos de la población en una segmentación ajustada, donde cada uno encuentra lo que pretende escuchar. La necesidad de polarizar con el liderazgo anterior – Cristina Fernández de Kirchner- está dada como la única premisa irrenunciable que puede garantizar un resultado positivo en esta elección de tres rondas.

“Volver al pasado o llegar al futuro” es la propuesta sintética de Juntos por el Cambio.

Son realmente pocos, alrededor de un 25%, los sufragios que obtendrá Juntos por el Cambio por la positiva. Pero el liderazgo de Macri se ha mostrado muy interesante y casi sin fisuras en los sectores antiperonistas y antikirchneristas. Resistió incluso de manera impecable y sin costos el ingreso del senador Miguel Pichetto en la fórmula, como si éste no viniera del peronismo.

Así las cosas, los sectores que más lo apoyan son curiosamente los que más conflictos tuvieron con el anterior gobierno -por cualquiera de las situaciones conocidas-, más que por los aciertos propios en esta primera presidencia de Mauricio Macri. Son realmente pocos, alrededor de un 25% los sufragios que obtendrá Juntos por el Cambio por la positiva. Pero el liderazgo de Macri se ha mostrado muy interesante y casi sin fisuras en los sectores antiperonistas y antikirchneristas. Resistió incluso de manera impecable y sin costos el ingreso del senador Miguel Pichetto en la fórmula, como si este no viniera del peronismo. Es más, potenció a Juntos por el Cambio.

El conocimiento de la figura de Macri en el concierto internacional, su buena imagen en los países occidentales y su capacidad -desgastada ahora- para obtener dinero de los mercados y luego políticamente del FMI, es otra de las razones que le permiten a éste seguir siendo competitivo en un país que sumó una nueva frustración a las otras ya vividas.

Mientras tanto, del  otro lado de la polarización avanza Alberto Fernández integrando un engendro inteligente -Todos – que pretende generar una alternativa sustentada en los votos duros de la ex Presidenta, pero que exceda ese techo – a partir de su moderación y la de Massa – incorporando sectores medios que ya habían abandonado el voto a los K, volcados al macrismo hasta ahora.

Sin ella no se puede, con ella no alcanza, es la frase que acuñó quien quiere ser Presidente a partir de Diciembre. Y allá van…

Dejando de lado la típica y mal vista exposición sindical, la fórmula, sin embargo, hace eje en esa temática: la destrucción masiva del trabajo, del salario y de las jubilaciones. “Cuando baja el consumo baja la producción” es el lema de cabecera de Alberto Fernández, quien por primera vez fue vitoreado en Rosario como le sucede a un líder.

De a poco, la amalgama que pretendieron realizar desde un principio va tomando forma en este Frente, a horas de las PASO. Los primeros movimientos fueron difíciles, desconectados y con algunas contradicciones, bien aprovechadas por el oficialismo. Tres cabezas y tres bunkers no son fáciles de coordinar en política. Se realizó de arriba hacia abajo y recién arranca. Hoy la estética, los modos, los discursos y hasta las apariciones públicas lograron una coherencia creciente hacia la búsqueda del objetivo.

Quizás la mejor definición fue de Felipe Solá, cuando explicó este miércoles que el mayor acierto no era transitar por la ancha avenida del medio, si no la unión en una propuesta de todas las visiones del peronismo y sus aliados que coincidieran en esta etapa. “Esa es la gran avenida” concluyó el ex gobernador.

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