Julio Piumato: “No hay margen para ajustar en lo social”

Julio Piumato: “No hay margen para ajustar en lo social”

El postulante del moyanismo detalla sus propuestas y dice que "la situación es muy delicada" para el gobierno que venga. Critica a los "pautaperiodistas" y sostiene que a Nisman lo mataron.


Julio Piumato, secretario general de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), cree que para el próximo Gobierno “no pinta un escenario fácil”, por lo que se necesita “voluntad política”. Y dice que el papa Francisco “representa lo que falta en el país: coherencia y humildad”.

Como precandidato a diputado nacional por el Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo, explica las razones por las que, a su entender, el ciudadano debería votarlo en las PASO del 9 de agosto: “Decimos que si la gente quiere defender su bolsillo, su salario; los jubilados, su jubilación; si queremos que se pueda vivir con dignidad, mi trayectoria y conducta, y la de toda la lista, son garantía de eso”, afirma. “Tiene que haber un cambio en la constitución del Congreso. Tiene que dejar de ser una escribanía del gobierno de turno y pasar a ser el lugar en el que se debatan las ideas con fervor. El Congreso tiene que votar leyes que le cambien la vida a la gente. Y si se avanza con políticas de ajuste, que haya voces que los defiendan”, agrega.

–¿A quién va a votar para presidente?
–A nosotros no nos convence ninguno de los candidatos. No están claras las propuestas sobre los temas centrales, como son la lucha contra la corrupción, el narcotráfico, la pobreza y el hambre. O la situación del Poder Judicial, las políticas de trabajo para jóvenes, las jubilaciones y, obviamente, la salud y la educación. Hay que salir del relato e ir a la Argentina real. Al gobierno que venga, si se hace cargo de estas propuestas, lo vamos a acompañar, sea quien sea. Y si el que surge va por un camino inverso, le daremos pelea desde el Congreso.

–Pero no definió aún a quién votará.
–No, y no soy solamente yo. En todo el país hay un montón de gente que aún no definió su voto, porque no hay propuestas claras. Nosotros queremos la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción y narcotráfico. Tenemos acciones concretas sobre la confiscación de los activos: no solamente hay que meter presos a los corruptos y a los narcos sino que hay que golpearlos donde les duele.

–¿Qué expectativas tiene para el 9 de agosto? En las PASO porteñas hubo muchos precandidatos que no sortearon el piso electoral.
–Lo sabemos, pero estamos muy satisfechos con la campaña, por la reacción de la gente. Y el trabajo de cortar boleta es paso a paso. Estamos muy confiados. Somos muy optimistas y queda poco. Después queda octubre, pero, por ahora, queremos pasar las PASO.

–¿Competir solo en la categoría de diputados nacionales es más complicado?
–Podría ser más cómodo competir con la boleta entera, pero lo del Parlasur es una gran estafa. Estamos eligiendo representantes para dentro de seis años, creando una burocracia política más. Y acá no hay que darle de comer a los políticos, hay que darle de comer a la gente que tiene hambre. Lo que tiene la Argentina es que es un país tan inmensamente rico que, a pesar de que se roban todo, siempre hay una nueva oportunidad. Nosotros planteamos una ética diferente, el tercer candidato es Gustavo Vera, que dio muestras de cómo combatir a las mafias. Hay que ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace.

–Vera fue precandidato a jefe de Gobierno en la Ciudad, ¿lo votó?
–Yo lo voté en las primarias.

–Luego él apoyó a Lousteau, incluso hicieron campaña juntos, ¿coincidieron ahí?
–No, no coincidimos.

–En uno de sus spots habla del periodista Diego Brancatelli, ¿qué piensa del llamado “periodismo militante”?
–Él jugó el papel de malo, es su personalidad. Y es esa visión de hostigar y defender lo indefendible, tratar de embarrar la cancha, lo que genera rechazo. Después, el periodismo militante es una mentira. Hoy hay una visión de que el militante es un mercenario. Que el que se metió, se salvó, porque tiene solución para él pero no para el conjunto. Nosotros tenemos el concepto de que nadie se realiza en una sociedad que no se realiza. Para mí hay periodismo pautado, los “pautaperiodistas”, que trabajan para quien pone dinero.

–En su escritorio hay estampitas del papa Francisco y usted suele nombrarlo mucho. ¿Cómo siente que él haya pedido que no lo usen para hacer política?
–Perfecto, iban todos a sacarse fotos con él. Yo estuve el 4 de agosto del año pasado con él y mucho tiempo después subí la foto. Nosotros nos sentimos identificados con su palabra y su acción. Me parece bien lo que dice, lo han usado demasiado, pero nosotros siempre confiamos en él, porque muestra lo que hace falta en el país: coherencia, humildad y compromiso con los humildes.

–Su campaña pide votar con el bolsillo, ¿cómo ve el tema económico de acá a fin de año?
–La inflación es terrible. La situación es muy delicada. Estaba previsto un escenario tranquilo, pero se está enturbiando. Hay problemas y dicen que el gobierno que viene va a tener que ajustar. Nosotros creemos que hay que ajustar la corrupción, un montón de cosas, pero lo social no se puede ajustar. No hay margen para ajustar en lo social.

–¿Usted coincide con los que dicen que el país es una bomba de tiempo a punto de explotar o con los que creen que hay bases sólidas sobre las cuales poder construir con modificaciones?
–Ni con unos ni con otros. No hay bases sólidas, no se construyeron proyectos estratégicos donde alguien diga “de uno a diez puntos, vamos en cuatro, pero estos cuatro puntos los construimos”. Acá está todo para hacer. No pinta un escenario fácil para el próximo gobierno, pero soluciones hay, se necesita voluntad política.

–Cambiemos de tema para el final. ¿Sigue sosteniendo que a Alberto Nisman lo mataron? Y si es así, ¿quién cree que lo mató?
–No lo sé. Pero yo lo dije en el primer momento: el Gobierno es responsable por acción u omisión. Por acción hay que demostrarlo, pero la teoría de los actos propios creo que compromete al Gobierno, que tiene que explicar lo inexplicable. Nisman tenía conexión con la SIDE y el Gobierno, su fiscalía está en Plaza de Mayo, era más un ministerio que una fiscalía. Y por omisión, porque había hecho una denuncia muy grave, se decían muchas cosas y al Gobierno es a quien más tenía que interesarle la seguridad de Nisman, y el edificio Le Parc, donde vivía y murió, fue casi una zona liberada. El Gobierno tendría que ser el más interesado en esclarecer, pero está haciendo todo lo contrario.

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