Las Gladiadoras: “Nuestra diferencia con el plantel masculino son las oportunidades”

Las Gladiadoras: “Nuestra diferencia con el plantel masculino son las oportunidades”

En una entrevista exclusiva con NU, dos jugadoras del plantel femenino de Boca se animaron a contar su vida como mujer en el mundo del fútbol.

PH: Lucas Bustos.

“¿Qué hacen las minas jugando?”, dijo un hombre indignado, junto a dos hijos, aquel sábado 9 de marzo donde Las Gladiadoras jugaban en la Bombonera por primera vez. Historia. Eso hacían.

“El fútbol no es para minas”, decían. Y lo dicen algunos aun. Algo de razón en eso hay: el fútbol no es para mujeres… como lo es para los hombres.

Estudian, trabajan, viajan más de cuatro horas diarias para entrenar en Casa Amarilla. O en Ezeiza. O en Geba. No tienen contratos millonarios ni viven en lujo, tampoco tienen igual prioridad de entrenamiento si los hombres tienen que hacerlo. “En parte es lógico, ellos son el alma del club”, justifican ellas, aludiendo que si es así es por la desigualdad de oportunidades. Ante esto, aunque pareciese, no, no son de inferiores. Juegan en primera.

La desventaja de condiciones en el fútbol femenino y el abismo que las separa de las condiciones del plantel masculino les recuerda que aun pagan el pecado de ser mujeres y pisar terreno “de hombres”.

Y es cierto: “el fútbol no es para minas”. El fútbol es para mujeres como Abigail Chaves y Caterina Taker, quienes recibieron en Casa Amarilla a Noticias Urbanas.

Desde muy chicas ellas aprendieron a transpirar la camiseta y a vivirla condenadas al sacrificio por pasión sin contención social. Esto quedó reflejado cuando, ante la consulta de cuáles puertas aun se cruzan cerradas, Abigail repreguntó: “¿Y cuáles están abiertas?”.

El fútbol no es para minas. Las mujeres son el fútbol, también. La diferencia radica en eso: las puertas cerradas bajo las siete llaves de un sistema machista y patriarcal, pero que las chicas no se cansan de golpear. Hoy las reglas de juego están cambiando, y por eso desde este medio conversamos con ellas, para conocer a las mujeres que pelean por esa camiseta azul y amarilla que aman sin eufemismos, sin privilegios. Para saber cómo es el día a día y la intimidad de la mujer en el fútbol.

En este miércoles 3 de abril se cumple el 114º aniversario de Boca y las Gladiadoras se convierten en parte impostergable de la celebración xeneize.

-¿Cómo llegaron a ser parte de las Gladiadoras? ¿Cuándo les picó el bichito del fútbol?

-Abigail: Yo el bichito del fútbol creo que lo tengo incorporado desde que soy muy chiquita, porque siempre seguí más a mis hermanos varones que a mis hermanas, y ellos eran buenos jugando a la pelota. Entonces, yo jugaba con ellos, pero hasta que tuve 12 años ya que no me dejaron jugar más con ellos porque decían que yo ya entraba en la adolescencia y que era un deporte de hombres, que tenía que dejar de jugar. Así que dejé de jugar porque incluso mi mamá me lo había prohibido porque me insistía con que era un deporte de hombres. En ese momento yo era muy chiquita y lo tuve que aceptar, pero igual después me empecé a escapar para ir a jugar al fútbol.

Yo iba a la vuelta de casa a jugar con amigos y cuando mi mamá pasaba, algún amigo avisaba y yo me sentaba, simulando solo ver el partido.

-Caterina: Yo, lo contrario. Soy la mayor en la familia y la única mujer. Cuando era chica, como mi viejo era futbolista yo quería acompañarlo a jugar a la pelota siempre. Arranqué jugando en el barrio pero siempre con el apoyo de mi viejo, en casa somos una familia de futboleros. Encima, yo me anotaba en todos los deportes que había: handball, voley, etc.

Lo que sí, mi viejo quería que mis hermanos sigan porque ellos iban a tener más futuro que yo en el fútbol, pero la vagancia de ellos de no querer viajar a los entrenamientos les costó el abandono. Ellos habían hecho una prueba y habían quedado en San Lorenzo, pero se terminaron cansando de viajar, porque vivimos en José C. Paz.

-Y ahora que creciste y jugás en primera, ¿qué dice tu familia, Abi?

-Mi mamá lo aceptó cuando vine acá a Boca, porque yo siempre había jugado en la calle, nunca en un club. Y cuando me propusieron venir a hacer una prueba en Boca, mi mamá no se enteró sino recién cuando ya la había hecho y quedé. Y como yo estaba por cumplir 18, ella sabía que yo ya podía decidir por mí misma. Y ahora me re apoya.

También entendió que la femineidad no se pierde por jugar al fútbol, y que la estética no cambia.

 

-¿Desde dónde vienen para entrenar?

-Caterina: Yo hoy sigo viviendo en José C. Paz, viajando en colectivo y tren. Tengo dos horas y media de viaje.

-Abigail: Yo vivo en Villa Adelina. Son 45 minutos en moto, u hora y media en auto o transporte público.

-Ahora que la AFA va a profesionalizar el fútbol femenino, ¿les va a facilitar el día a día? 

-Abigail: Como está planteado el profesionalismo, no va a cambiar mucho, porque no es que vamos a poder vivir de esto. No es ni siquiera un sueldo básico. Está muy bueno que se haya instrumentado esta decisión, pero es tener un aumento de viático, por así decirlo.

-Caterina:

Lo que vamos a cobrar con la profesionalización, ni se asoma a equipararse lo que gana el plantel masculino que juegue en la B o la D. Cuesta mucho.

-¿En qué otros aspectos se diferencia su plantel con el masculino en cuanto a lo operativo?

-Abigail: Ellos tienen la prioridad en los entrenamientos y en todo. Si ellos están entrenando, nosotras con suerte podemos entrar al club. ¿Tienen miedo de que los secuestremos? No tiene lógica. Como mucho nos acercamos a saludarlos, como hacen ellos si nos cruzan. Nosotras ya los conocemos, entonces no hay ninguna que se desespere por ir a saludarlos, por ejemplo.

Todos somos Boca, lo único que cambia es que ellos son hombres y nosotras mujeres, nada más. Los dos estamos jugando al mismo deporte, en el mismo club, solo que ellos tienen más acceso y más posibilidades. A nosotras nos toca remarla desde abajo para llegar al menos al subsuelo.

-Caterina: Esto no es culpa de ellos igual, sino de los de arriba. Porque ellos charlan lo más bien con nosotras e incluso muchas veces se quedan viendo nuestros entrenamientos.

 

-Ahora que “Las Gladiadoras” ya son más conocidas, que las conoció mucha más gente después de haber jugado en “el Templo”, ¿notan una diferencia en el trato del público?

-Abigail: Sí, hay más banca. Aunque lo de la Bombonera quedó ahí, ni se planteó la posibilidad de poder jugar ahí de nuevo.

-Caterina: Previo a ese partido igual teníamos mucha gente que nos seguía ya. Es más, en los clásicos acá, la gente que no entraba a la cancha se trepaba a los árboles para verlo. Ahora hay un aumento de banca, y es lindo, porque te brindan cariño y apoyo, alientan mucho, incluso desde las redes sociales.

Nosotras no ganamos millones, ni vivimos de esto. Nosotras la luchamos muy fuerte para hacer esto, y eso es porque sentimos la camiseta de verdad. Es nuestra pasión. Hace unos años ni cobrábamos, veníamos solo por amor a esto. Y veníamos igual.

 

-¿Por qué Boca?

-Caterina: Yo no arranqué a en Boca. Comencé mi carrera en San Lorenzo, donde estuve nueve años y luego pasé al fútbol chileno. Allá, cuando estaba jugando en pleno torneo me surgió la posibilidad de venir a Argentina para jugar en Boca, supe que el técnico estaba interesado en mí. Me habló, se dio la posibilidad de eso que veía tan lejano, porque siempre vi a “Boca campeón”, inalcanzable, y nunca imaginé que iba a jugar acá.

Yo allá estaba trabajando, cobraba y tenía todas las comodidades que me había brindado Chile pero lo sacrifiqué por amor a esta camiseta. Y una que es hincha del club, lo siente más profundo todavía. Y desde el 2016 que estoy acá.

-¿Son conscientes de que están haciendo historia?

-Caterina: Sí, se va sintiendo. Con el pasar de los años y los partidos, las cosas que les vamos dando al club se van notando. Siempre soñamos con ganar la Libertadores, lograrla es un sueño. Siempre quedamos a un pasito.

-Abigail: Yo creo que estamos haciendo el hincapié, pero yo no pienso que estemos haciendo historia. Ninguna busca hacer historia, queremos disfrutar lo que hacemos.

Lo de la Bombonera estuvo buenísimo, pero fue como “sacarse las ganas y ya está”, no cambió nada. Es más, todas quedamos re manija de querer volver ahí.

 

-Ustedes también han inspirado la creación del grupo “Feminismo Bostero”, donde otras chicas debaten sobre las formas de violencia machista que sufren en el contexto del CABJ. ¿Qué pueden decirles a esas chicas que encuentran al fútbol como un campo hostil para ellas y no se animan a entrar?

-Abigail: Yo creo que no solo desde el punto de vista del fútbol, en todos los sentidos de la vida hay que perseguir los sueños. Porque sino, ¿qué razón tenés para vivir? Tener un objetivo es la razón de levantarse todos los días y lucharla, siempre.

-Caterina: Si algo se intenta y no llegás, hay que volver a intentarlo, y seguir. En todos los ambientes hay muchas cosas que aguantar y soportar, el fútbol no es la excepción para las mujeres, pero no hay que dejarse asustar.

-¿De qué hablan en el vestuario de mujeres?

-Caterina: Usualmente del partido. Solemos ponemos música, que es algo que no suele faltar. Si ganamos nos quedamos festejando. Venimos festejando bastante porque por suerte venimos jugando muy bien. Desde la segunda fecha que el promedio de los partidos terminan siendo de 4-0.

-Se llevan bien entonces entre ustedes. Se entienden en el juego.

-Abigail: Somos todas compañeras, pero no somos todas amigas, como en todos lados. Lo importante es que nos llevamos bien dentro de la cancha y no se notan las diferencias. Y creo que esto tiene que ver también porque empezamos a tener terapia juntas para tener más unión.

-Caterina: Cómo se vienen dando los partidos influye mucho también, nos da más confianza. Los últimos partidos venimos metiendo entre 5 y 7 goles, lo cual refuerza al grupo. Sabemos que estamos haciendo las cosas bien y que vamos por el buen camino, entonces eso nos relaja un poco.

Foto de archivo.

-¿Estuvieron así de relajadas cuando fueron al “Templo”?

-Caterina: ¡No! Había mucha ansiedad, las chicas estaban muy nerviosas. Porque además fue el único partido que se televisó también. Eso es importante, porque había ya jugado San Lorenzo-Huracán y nadie se enteró de nada. La gente quedó contenta, se la escuchaba que decía que ojalá se le dé un poco más de participación al fútbol femenino.

-Abigail: Lo que pasa es que si vos vas nerviosa ahí no lo disfrutás. A mí me pasó que es es el día de hoy que todavía recibo un montón de mensajes preguntándome cuándo volvemos a jugar allá, a todas. Eso quiere decir que hicimos bien las cosas. De hecho, después de nuestro partido, nos quedamos en la tribuna a ver el partido de los chicos, y se juntó un montón de gente a pedirnos fotos, autógrafos, y todo esto sucedió porque nos dieron la oportunidad de poder darnos a conocer y que vean cómo jugamos. Creo que hasta ahora nunca sentí algo así.

 

-¿Tienen banca del plantel masculino?

-Abigail: Sí, ellos no son los que se ponen en tercos, son los directivos de arriba. Una entiende que ellos son la base del club y que por eso tienen prioridad siempre.

Lo que pasa es que hay que entender que nosotras no estamos en igualdad de condiciones que ellos, que no se nos abren las mismas puertas ni se nos dan las mismas posibilidades. A nosotras nos falta visualizarnos.

Yo no te digo que visualicen todos los partidos, pero al menos uno cada tres, y las cosas cambiarían mucho. Incluso los sponsors se van a acercar más, que es lo que tienen que lograr. Tenemos todo, es cuestión de que nos den la oportunidad, nada más. Porque si no sale de ellos, no vamos a poder nunca cambiarlo nosotras solas por más que pongamos todo el esfuerzo. Necesitamos la ayuda.

-Caterina: Sumando a lo que dice Abi, hay mucha gente que nos pregunta por qué ahora que no juega el masculino no se le da la posibilidad a las chicas de que jueguen en la Bombonera, si no la está utilizando nadie. También es una posibilidad de poder demostrar que nos podemos seguir dando a conocer, y juntar mucha gente. Muchas personas nos escribía a todas para saber cómo comprar entradas o si le podíamos conseguir algunas para venir a ver el partido. Hay mucha gente que no pudo acceder a las entradas para ir a ver el partido ese sábado.

-¿Cómo es el trato de los técnicos y dirigentes para con ustedes?

-Caterina: Bien, el técnico nuestro viene hace su trabajo y se va. No es que se queda compartiendo algo. Sí nos llevamos un poco mejor con el preparador físico que es más dado y se lleva bastante con el equipo.

En cuanto a los dirigentes, como Florencia, está mucho más presente. Conoce cada lío y complicación que tenemos, es la que está atrás de todo ayudándonos.

-Abigail: Lo que necesitamos en el fútbol femenino es que no haya interés propio para que crezca, porque si ponen trabas o quieren sacar su propio provecho de esto estamos al horno.

 

-¿Con qué otras puertas cerradas se encuentran ustedes en el día a día como jugadoras?

-Abigail: ¿Hay alguna abierta? (risas) A mí se me complicó muchísimo, ahora que crecí y tengo más responsabilidades, tengo que hacer muchos sacrificios y dejar de hacer un montón de cosas para venir a entrenar. Me he perdido cumpleaños de mi mamá, hermanos, o mi propio cumpleaños, y nosotras llegamos tarde a casa siempre. En mi caso es muy raro que pueda compartir almuerzo, merienda o cena con mi familia.

Yo el estudio este año lo tuve que postergar porque no me da el día. Antes a la mañana me iba a estudiar, después me iba a trabajar, después venía a entrenar, y sumale el tiempo que tenemos de viaje. Porque no es solo una cuestión física todo esto, sino que hay que mantener la cabeza fría para hacer todo esto, encontrar el tiempo para estudiar, concentrarse en el entrenamiento… y todo eso te va quemando de a poco. Y no lo disfrutás como se debería.

 

-Se escuchó mucho justificar que las mujeres no juegan en las canchas oficiales de cada club porque “es muy grande para ellas” o que deberían jugar menos tiempo. ¿Es así?

-Abigail: Si supiesen en las canchas en las que hemos jugado, las canchas oficiales son un lujo.

-Caterina: Nada que ver. Jugamos en la misma cancha.

Nosotras leíamos comentarios que decían que íbamos a arruinar la cancha si jugábamos en la Bombonera, se dice cada disparate con tal de poner palos en la rueda…

 

-¿Con qué tipo de público se encuentran en las redes ustedes?

-Abigail: Yo recibo mucho cariño. Recibo muchos mensajes de apoyo que, en lo personal, me dan fuerza y confianza para seguir. Eso se lo agradezco un montón a la gente. Yo me voy de mi casa a las 7 de la mañana y no llego hasta las 23.30 de la noche, y llega un momento que frenás y te cuestionás qué estás haciendo. De repente entro a Instagram y me encuentro con mensajes que me llegan al corazón. Quiere decir que todo el esfuerzo tiene recompensa, a alguien estoy llegando.

-Caterina: Nos contactan hasta mamás que quieren que hagamos videos para los cumpleaños de 15 de sus hijas que nos siguien o les gusta el fútbol. Son cosas lindas que te regala la gente. Pero críticas a nosotras no solemos recibir. Cada tanto igual leés un “mejor vayan a lavar los platos”, pero ni nos calentamos, ni respondemos.

-Abigail: A comentarios ignorantes se les hacen oídos sordos.

 

-¿Van a mejorar las condiciones del fútbol femenino?

-Abigail: Falta mucho, pero hay pequeñas cosas que van creciendo de a poco. Va a llevar tiempo.

-Caterina: Ya hay un gran paso dado que es que la Selección femenina ya tenga su propio vestuario en el predio de AFA. De a poco se van dando estas cosas. Ojalá se le siga dando importancia al femenino, que vean que somos iguales que el masculino y se nos abran también las puertas para demostrar que estamos capacitadas.

-¿Cuál es su sueño?

-Abigail: Llegar a vivir del deporte y cambiarle la vida a mi familia, especialmente a mi mamá.

-Caterina: Lo mismo. Sacar a mi mamá de donde está viviendo que para mí sería muy importante por cómo se dieron las cosas en mi casa. Quiero darle lo que sea para que pueda estar bien y deje de sufrir malos momentos.

 

-Del lado de afuera de la cancha: ¿Este avance que está germinando en el fútbol femenino es también gracias al movimiento feminista o a cuál otro factor/es?

-Abigail: Sí, el rol de la mujer está pesando muchísimo más en todo sentido. Ahora la mujer se hace escuchar. Antes éramos objetos, pero ahora no hay dudas: las mujeres pisamos fuerte. No somos más las tontas que tenemos que cumplir las cosas dichas por un hombre.

-Caterina: Estamos demostrando que ya no nos pueden pasar por arriba así nomás, sino que somos todos iguales, que merecemos lo mismo.

Ahora estamos dejando huella y demostrando lo que somos. Ojalá siga creciendo todo esto. No vamos a aflojar.

 

-¿Quieren mencionar algo en particular?

-Caterina: Quiero agradecer la nota, y a la gente que nos sigue y nos apoya, siempre con cariño. Eso nos llena mucho de fuerza.

-Abigail: Lo mismo, quiero agradecer a todos. A veces me pasa que me llegan tantos mensajes que no puedo responder todos, pero juro que me encantaría. Estoy tan agradecida por eso, porque me llenan tanto el alma, me han salvado muchas veces del abandono.

 

*Fotografía por: Lucas Bustos IG @luke.boost. 

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