Durante el fin de semana el ex presidente Mauricio Macri publicó en el diario La Nación una columna en la que cuestionó en durísimos términos al Gobierno de Alberto Fernández, acusándolo de violentar la división de poderes y la Constitución nacional, además de sumarse a las críticas por la gestión de la crisis sanitaria y defender la posición del Gobierno de la Ciudad en torno a la quita de coparticipación. El texto generó duras respuestas por parte de algunos sectores del oficialismo pero también fue cuestionado al interior de la alianza opositora Juntos por el Cambio (JxC), donde se lo vio como un intento desesperado de recuperar protagonismo ante la proyección nacional del Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.
El ministro de Defensa Agustín Rossi sostuvo que las afirmaciones de Macri “parecen sacadas de un libro de texto de Educación Democrática o Instrucción Cívica, materias que, en épocas de dictaduras militares, integraban la currícula de las viejas escuelas secundarias”. Luego criticó al ex mandatario por exigir una serie de principios que “no cumplió cuando fue presidente”: “Durante su gobierno, no hubo independencia de poderes, se persiguió a periodistas y medios de comunicación, se encarceló a opositores, se hizo inteligencia ilegal, se cerró virtualmente el Congreso, se colonizó el Poder Judicial, y la libertad de comercio y empresas estuvo restringida a sus amigos, completando una forma en el ejercicio del poder frívola, insensible e inmoral”.
Monzó, sobre Macri: “Él y los K dejaron un país hecho mierda”
La lectura que propuso el intendente de Merlo Gustavo Menéndez fue compartida también por sectores de la oposición: “Cual nene celoso de su hermanito, apenas el jefe de Gobierno de la Ciudad se plantó como el principal opositor, tuvo la irrefrenable necesidad de llamar la atención, mostrándose como el ‘gran rebelde’ anti cuarentena una especie de James Dean bastante venido a menos”.
Así, la carta de Macri, que sólo fue apoyada públicamente y compartía en redes por muy pocos referentes de la oposición más dura, contribuyó a multiplicar las tensiones dentro de la oposición. Especialmente porque implica una cantidad de posiciones “ultra”, más en sintonía con los banderazos anti cuarentena y sus consignas delirantes que con la búsqueda de diálogo político, que contrastan fuertemente con la defensa de la “moderación” que salieron a plantear dirigentes como el ex presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó el mismo día.
Más allá de que no hay dudas de que el texto no es exclusivamente de producción de Macri, hay dos hipótesis sobre los verdaderos autores: una es que fue producto del tándem Hernán Lombardi/ Fernando De Andreis y la es que las plumas son Marcos Peña/Hernán Iglesias Illia (quien está “ayudándolo” con su autobiografía). En cualquier caso, todos representantes del sector más intransigente del Pro.
Entre los esperables apoyos al texto se cuenta el de la titular del PRO Patricia Bullrich, quien planteó: “Es importante el debate sobre los valores del país. Cuando los pone en perspectiva ponderando la República, la democracia, la seguridad, el estado de derecho contra la idea de un decisionismo sin reglas y anómico, creo que plantea claramente el debate que Juntos por el Cambio representa”.
También el vicepresidente del partido fundado por Macri sumó sus halagos:
“Es muy bueno que luego de un silencio prudente de 10 meses, cumpliendo su compromiso de no poner palos en la rueda de la nueva gestión, haya hecho esta declaración. Lo que expresa representa lo que está sintiendo gran parte de la sociedad argentina. Macri tiene un compromiso constante con la realidad del país”.
Además, sumaron su apoyo algunos intendentes como Martín Yeza (Pinamar), Ezequiel Galli (Olavarría) y Francisco Ratto (San Antonio de Areco), a quienes Macri recibió el vienes pasado en su quinta Los Abrojos, en violación del aislamiento obligatorio que debía cumplir luego de su viaje.
En el resto de la alianza opositora, para quien Macri ya cumplió un ciclo y debe dar un paso al costado, el texto cayó decididamente mal. En la mayoría de los casos, se ocultó la ofuscación tras el discurso de que sus planteos en la columna ya los vienen haciendo otros dirigentes hace rato. El presidente de la UCR Nacional Alfredo Cornejo afirmó: “Hemos dicho varios de nosotros lo mismo que dice allí”. Lo mismo manifestó el titular de la bancada radical en Diputados Mario Negri: “No es ninguna novedad. Compartimos lo que dice. No hace ni bien ni mal en aparecer. Tiene derecho a hacerlo. Es el ex presidente”.
Desde sectores cercanos al Gobierno de la Ciudad, directamente consideran la publicación como una suerte de “ataque de celos” y una “payasada”, aunque no hubo críticas públicas al respecto. Aunque tampoco apoyo y difusión, está claro. Es posible que los sectores que se referencian con Horacio Rodríguez Larreta hagan algún planteo interno en la reunión de la mesa nacional de JxC que se llevará adelante este lunes, pero por el momento eligieron bajarle la exposición a una ruptura opositora que aparece como cada vez más evidente.
