El ATP es un acierto, pero inexplicablemente las pymes quedan afuera

El ATP es un acierto, pero inexplicablemente las pymes quedan afuera

Lo cobraron cerca de 250 mil empresas. Pero en junio, muchas se quedarán afuera, en especial, Pymes.


El Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción significó en mayo una inversión por parte del Estado de 27 mil millones de pesos para que más de 250 mil empresas pagaran el 50 por ciento de los salarios de 1,3 millones de trabajadores en blanco. El 93,4 por ciento de las empresas tienen hasta 25 trabajadores y generan el 39,6 por ciento del empleo registrado. Sólo el 0,1 por ciento de las empresas que solicitaron ATP emplean a más de 800 trabajadores, que conforman el 12,7 por ciento del empleo registrado.

Adicionalmente, las empresas que emplean de 25 a 100 trabajadores representan el 5,3 por ciento de los beneficiados con ATP y éstos representan al 23,3 por ciento de los beneficiarios del programa. Las empresas que emplean de 100 a 800 trabajadores son el 1,2 por ciento y éstos representan el 24,4 por ciento de los trabajadores registrados.

 

Interferencias en la línea

En junio, al detectar una serie de movimientos financieros ligados a la especulación, mediante los cuales muchas empresas vulneraron el espíritu del programa, el Estado ajustó los requisitos para los que continúen recibiendo el beneficio en este mes.

Los empresarios que inscribieron a sus trabajadores en junio –no era así en mayo- deberán abstenerse de realizar algunas operaciones comerciales, tales como recomprar acciones, adquirir títulos en pesos para venderlos en moneda extranjera o comprar divisas o girar utilidades a sus accionistas. Esto, en vista de que el programa cubre la emergencia y no puede generar utilidades por sí mismo.

 

Los expulsados del paraíso de la crisis

De todos modos, esta decisión debería ser revisada y ajustada, porque muchas Pymes que cumplieron los requisitos en el primer mes fueron descalificadas en mayo y, por lo tanto, expulsadas del programa. De esta manera, los únicos beneficiados en esta segunda etapa son hasta ahora algunos sectores empresariales que no se encuentran en crisis terminal. Éstas son, entre otras, las productoras de alimentos, las de insumos de salud y de limpieza y los más ricos, que pueden adaptarse a cualquier coyuntura y ocultar las operaciones que el programa prohibe expresamente para seguir cobrándolo, una posibilidad que les permite parasitarlo y utilizar un dinero que no necesitan para sobrevivir, sino para prosperar en la crisis.

 

Los que cobran, pero no necesitan

La propia AFIP creó un formulario online para que los otros empleadores, los que no necesitan el dinero, puedan renunciar al programa y realizar sus operaciones en blanco de movimiento de fondos, tal como lo hacen habitualmente. Aclaración: estos pagos no tributan al fisco, al contrario de las Pymes y de casi todos los argentinos, que deben tributar por casi todas sus operaciones. Otra aclaración: entre los que renunciaron al programa en este segundo capítulo está Techint, que demostró de esta manera que con su nivel de inversión puede soportar la coyuntura, al contrario de tantas Pymes, que apenas logran subsistir, cuando no quebraron.

En el principio, las restricciones que imponía el acceso al programa ATP se aplicaban a las empresas de más de 800 trabajadores, pero el 93 por ciento de las que lo solicitaron no llegaban a ese nivel de empleo, por lo que las condiciones cambiaron, aunque sea inexplicable que las empresas más chicas no califiquen.

En realidad, en un contexto financiero de tasas cada vez más bajas e inflación cada vez más alta, muchas empresas apelan a la especulación y a la compra o venta de divisas para cubrirse ante la posibilidad de una devaluación. Esto muestra que los recursos financieros y no la productividad forman parte de la “herencia recibida”. Y además, esta característica forma parte del corazón de la crisis, también heredada.

El problema adicional de los últimos días es que el Ministerio de Producción aún no efectivizó los pagos de junio (salarios de mayo). Paralelamente, muy pocas empresas recibieron la validación, por lo que la mayoría aún no sabe si cobrará el beneficio este mes. Fuentes gubernamentales aseguraron que en los primeros días de la semana que comienza el ocho de junio comenzarán a efectivizar los pagos, los empresarios se quejan de que no tienen información acerca de ello y de que “la cara con nuestros empleados la ponemos nosotros”.

De todos modos, esta decisión debería ser revisada y ajustada, porque muchas Pymes que cumplieron los requisitos en el primer mes fueron descalificadas en mayo y, por lo tanto, expulsadas del programa. De esta manera, los únicos beneficiados en esta segunda etapa son hasta ahora algunos sectores empresariales que no se encuentran en crisis terminal.

¿Víctimas de la propaganda?

De todos modos, hasta el último día de mayo, no menos de 110 empresas habían renunciado al programa ATP, atentos a la restricción para rendir utilidades y, en especial, ante el temor por una presunta injerencia futura del Gobierno en sus compañías. Entre éstas militan varias empresas internacionales, que reciben permanentes pedidos de sus casas matrices para el giro de fondos en divisas o que deben comprar productos en el extranjero o que deben cubrir créditos tramitados ante las ventanillas de bancos internacionales.

 

En resumen

El Poder Ejecutivo dio por cerrado el programa ATP en mayo, que asistió a 193.158 empresas. En junio, girará casi 72 mil millones de pesos para paliar los desastrosos efectos una crisis lacerante. Los beneficiados serán más de un millón y medio de trabajadores, cuyas claves bancarias ya fueron validadas..

Más allá de una grieta, que no alcanza sólo al ámbito político, sino que afecta a todas las instancias de la sociedad, el cambio de época se nota con gran claridad, más allá de que los beneficios deberían alcanzar a más sectores.

De todos modos, ahí nomás, el futuro espera, agazapado.

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