Mauricio Macri fue quien creó el gabinete más numeroso en la historia argentina, en especial por el desdoblamiento de lo que en su momento fue el Ministerio de Economía, para subdividirlo en varios sectores que quedaron bajo el paraguas de la cartera de Hacienda y Finanzas, tras la retirada de Alfonso Prat Gay.
Pero, como ya es propio del estilo del actual Presidente, recalcular las estructuras y objetivos del país es algo que tiene planeado para el “segundo semestre” de este año.
Luego de las elecciones de octubre, un puñado de los 23 ministerios que encabeza Marcos Peña y que colideran Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, se reducirán a “secretarías”.
Los espacios hasta ahora postulados para esta degradación es el ministerio de Turismo, liderado por el cordobés Gustavo Santos, y pasaría a ser un “Ente” como funciona actualmente en la Ciudad.
Esto le reduciría poder de maniobra y fuerza a un sector que genera empleo genuino y que es uno de los pocos espacios que puede equiparar las desventajas laborales y económicas de las llamadas “economías regionales” de todo el país. Es decir, es uno de los pocos ministerios que tiene tamaña oportunidad de alcanzar a cada rincón del país y beneficiarlos a través de las ventajas del turismo. Si hay turismo, hay comercio; y si hay comercio, hay empleo.
Lo mismo sucedería con el actual ministerio de Andrés Ibarra, el de Modernización, lo cual significaría también la reducción de empleados.
Por otro lado, en pos de achicar el número de ministros, podrían fusionarse carteras como Educación con Ciencia y Tecnología, y los ministerios de Trabajo y Producción.
Incluso, se habla de que en Defensa no haya un reemplazo de Julio Martínez –quien se postuló como candidato en La Rioja- sino que haya otra fusión, esta vez de Defensa con el ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich.
Otros ministros como el de Comunicaciones, Oscar Aguad y el de Salud, Jorge Lemus, están en observación, no tanto para eliminar los ministerios sino para hacer un recambio de nombres. Además, se está hablando de achicar el ministerio del Interior y reducir el número de secretarías de la cartera de Rogelio Frigerio, de las más amplias del gabinete.