Bogoliuk y Santoro espiaban a los animales sueltos

Bogoliuk y Santoro espiaban a los animales sueltos

Ramos Padilla aseguró, en la declaración indagatoria que le tomó al comisario Ricardo Bogoliuk que eso ocurrió.

Stornelli y D'Alessio no paran de acumular adversidades.

El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, indagó este miércoles 27 de febrero al comisario bonaerense retirado Ricardo Oscar Bogoliuk, que fue señalado por el detenido Marcelo D’Alessio como uno de los hombres a los que reportaba y de quienes recibía las órdenes para “ablandar” a posibles testigos, que fueran pasibles luego de ser convertidos en “arrepentidos”.

En su declaración indagatoria ante Ramos Padilla, a Bogoliuk -que saltó a la notoriedad pública cuando el exfiscal Alberto Nisman lo llamó para pedirle un arma- le leyeron las imputaciones en su contra, que él rechazó, alegando que “niego los hechos que se me imputan tal cual como me fueron descriptos y de acuerdo a la complejidad y por consejo de mi abogado no voy a responder preguntas”.

Asistido por el defensor oficial Ángel Moyano, Bogoliuk, que dijo trabajar en “consultoría de seguridad”, fue notificado de que se le atribuyen distintas conductas penales.

Entre éstas, el exoficial superior está sospechado de “haber tomado parte de una estructura delictiva dedicada a la realización de operaciones de inteligencia e investigación sobre determinadas personas a los fines de su coacción, intimidación y extorsión para obtener -en forma indebida- réditos económicos y otra clase de prestaciones o beneficios indebidos, como la obtención de declaraciones no voluntarias en causas judiciales y en programas periodísticos de un testigo, denunciante, arrepentido o entrevistado y el armado de causas en perjuicio de abogados u otras personas que podían afectar o turbar los planes buscados por la organización”.

Luego, se le informó que “entre las actividades que desarrolló esa organización y en las que él participó, se cuenta la exigencia ilegítima de dinero -por parte de otro integrante de la organización: Marcelo Sebastián D’Alessio- a Pedro Etchebest de trescientos mil dólares estadounidenses (U$ 300.000) para no ser involucrado en una causa que tramitaba el Dr.Carlos Stornelli“.

Luego, se le informó al exoficial de policía que, además del testimonio del propio D’Alessio, el juzgado cuenta con llamadas de whatsap referidas a la operación. El juez le advirtió además que cuenta con prueba de otras operaciones, como las que desarrollaron contra PDVSA y contra Marcelo Brusa Dovat, a las que agregó otras, como los informes de inteligencia que realizaron sobre los periodistas que integran el panel del programa televisivo “Animales Sueltos”, cuya fuente de investigación fue el periodista Daniel Santoro, “a quien D’Alessio señala -en sus reportes de inteligencia- como su ‘amigo’ y que también le era reportada al -entonces- agente de la AFI Bogoliuk”.

Luego, el juez le comunicó al detenido oficial que lo tiene implicado en la operación de inteligencia que se le realizó a Marcelo Brusa Dovat, a quien “la organización investigó -y a través de maniobras de espionaje- encontró y ‘ablandó’ para que brinde una declaración no voluntaria ante periodistas -tales como Daniel Santoro- y el fiscal Stornelli, entre otros”.

En este punto, el juez le advirtió a Bogoliuk que “su participación surge, entre otras pruebas, no solo del intercambio de chats donde se habla del caso, sino también del modo en que D’Alessio le reporta sobre el avance de esas operaciones a Bogoliuk, a la par que lo hacía con el periodista Daniel Santoro y el Fiscal Carlos Stornelli“.

Leídas estas imputaciones, se le informó a Bogoliuk que éstas provenían de la denuncia de Etchebest; de las declaraciones testimoniales del hijo de éste, Matías Albano Etchebest y de Diego Giménez; de “las actuaciones de diligencias realizadas por la Prefectura Naval Argentina”; de transcripciones telefónicas; de actuaciones relacionadas con la orden de allanamiento y de otras actuaciones policiales relacionadas con todas las operaciones que forman parte de la imputación.

Frente a las imputaciones, Bogoliuk -que fue detenido el lunes 25 de febrero último junto con el excomisario Aníbal Degastaldi- se negó a declarar, mientras que Moyano -su defensor- pedía conocer los legajos de la acusación contra su cliente.

Todas estas actuaciones forman parte de la causa que por estos días se está dando en llamar los “cuadernos de las coimas”.

La pluma de Clarín negó todas estas acusaciones y calificó a D’Alessio sólo como “una fuente”, asegurando que en todo lo demás fue “engañado”.

Voceros de la AFI, por su parte, reconocieron que el expolicía estuvo “contratado para acciones específicas secretas” entre el cuatro de mayo y el 31 de diciembre de 2017″. A la vez, reconocieron que en esa dependencia no se descarta que Bogoliuk conserve alguna credencial, que utilizó para favorecer las operaciones en las que se encuentra envuelto.

Como último dato extraño, el 28 de diciembre de 2010, tres delincuentes armados ingresaron a la casa del ya excomisario Aníbal Degastaldi y le sustrajeron un millonario botín, consistente en tres lujuriosos relojes Rolex, alhajas, dinero, una computadora y el auto de otro comisario, a quien Degastaldi estaba despidiendo en ese momento en la puerta de su casa de la calle Pagano al 700, de la localidad de Moreno. ¿Quién era ese amigo de Degastaldi? El comisario Bogoliuk, dueño de un Volkswagen Bora, en cuyo interior había una pistola Glock que los delincuentes, por alguna razón, no se llevaron consigo.

Tiempo antes, tras llevar adelante carreras en las que no decayeron nunca las sospechas sobre el accionar de ambos comisarios, un investigador relacionó a ambos con la línea policial que lideraba el mítico comisario Mario Naldi. El fin de las carreras de Bogoliuk y Degastaldi se produjo por la mano de una resolución que firmó de su puño y letra el entonces ministro de Seguridad de Felipe Solá el 31 de marzo de 2006, que los eyectó de la fuerza junto con otros 114 oficiales.

Sorpresas te da la vida, hubiera recitado Rubén Blades.

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