FdT: a pesar de las desconfianzas, Kiciloff podría retener la Provincia

FdT: a pesar de las desconfianzas, Kiciloff podría retener la Provincia

Opinión.


Hay algunas paradojas en esta política poco lineal que vivimos en la Argentina. Una de ellas –solo como ejemplo- se ve reflejada en una encuesta de Zubán, Córdoba y Asociados que muestra que la visión negativa del gobierno nacional aumenta en los encuestados a casi al 70 por ciento y una mayoría encuestada del 75 por ciento estaría a favor de un cambio de gobierno, sobre 1.300 casos a nivel país. Estos números recabados en el trabajo de enero por dicha consultora serían lapidarios si la Argentina no fuera un país impredecible y muy particular en su estructura política.Pero como la dinámica de la misma depende a veces de cuestiones absolutamente centrales como el combate a la inflación, aumento de precios o inseguridad, tanto como de detalles infinitamente más pequeños (declaraciones o rencillas internas) que sin embargo influyeron emocionalmente en el resultado,

El oficialismo del Frente de Todos (FdT) se encuentra inmerso en una combinación de ambas, donde los temas centrales y las internas (grandes o pequeñas) se combinan y no permiten generar un escenario claro de avance de una propuesta que vaya única proyectando en los inicios de este año electoral a los referentes que deben defender la misma.

La cumbre (sin albertistas) de Merlo dejó en claro dos cosas: la primera es el encarecido pedido de no entorpecer el esfuerzo que se está haciendo desde el Ministro de Economía con Sergio Massa, por mantener a flote la posibilidad de la continuidad del gobierno, con las ya cansadas rencillas, tanto de dirigentes alineados en el kirchnerismo y en La Cámpora, como los que aún quedan alineados en la trinchera del Presidente, Alberto Fernández, hoy con más capacidad de daño que de construir.

El segundo tema, es que a pesar que los indicadores medidos a los que hacíamos referencia al principio de esta nota, que no son para nada favorables al gobierno nacional, la posibilidad de retener la provincia de Buenos Aires para el Frente de Todos está al alcance de la mano, siempre y cuando la economía no se detenga (algo que parece poco probable, al menos en una magnitud importante) y se confirmen dos decisiones políticas: que Axel Kiciloff sea el candidato a la reelección por el oficialismo y que los libertarios no arruinen su construcción y se mantienen como tercera fuerza competitiva, complicando así las chances de Diego Santilli (principal espada de Juntos por el Cambio), que hasta hoy -medidos como coaliciones con múltiples candidatos- está todavía muy lejos del gobernador, unos diez puntos por detrás aunque todavía falte mucho.

Tomando en cuenta que la elección será simultánea tanto en las PASO como en las generales, para cargos provinciales y nacionales, y que la Provincia define todo en una sola vuelta, será absolutamente clave la conformación del lote de la primera competencia, las primarias, para ordenar positivamente a los tres espacios. Una mala decisión en esa parrilla podría alterar o complicar los aviones. Por ejemplo, si Axel Kiciloff saltara a la PASO presidenciales por deseo de Cristina Fernández de Kirchner, o si Javier Milei no presentara candidato en el distrito dejándole la cancha abierta a José Luis Espert. Esas posibles alternativas podrían cambiar el mapa electoral y los resultados posteriores.También la UCR, sin candidatos de renombre (Maxi Abad), pero con un aparato interesante como el que potenció a Facundo Manes hace dos años,

La contienda bonaerense si bien siempre es importante, esta vez puede darle el aire al Frente de Todos para consolidar un territorio al que considere propio, ya su vez recortar las derrotas que pueden llegar a tener en otras provincias de las denominadas “grandes” de la Argentina, como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza.

Hablando de las provincias de la zona centro hay que advertir por lo menos dos cuestiones que se están desarrollando en ellas, ambas con final incierto. Los peronistas no K, con Juan Schiaretti a la cabeza (están cerca Perotti, Rodríguez Saá, etc) intentan hacer pie en esta elección, quizás más para restar al rebaño del Frente de Todos que para ser una opción de poder real, al menos en esta elección.

Y lo otro que está sucediendo son los desacoples que sufren Juntos por el Cambio en varios distritos en donde preveían ganar cómodos y las desavenencias, egos y errores se acumulan hasta poner en riesgo esa victoria, como es el caso de Mendoza en donde el librepensador de Luján de Cuyo, Omar de Marchi, abandonó la campaña de Rodríguez Larreta e ir a poner en riesgo un armado provincial consolidado. En Neuquén y Córdoba pasan cuestiones bastante similares.

Los intendentes peronistas de la Provincia están confiados, aunque no ordenados al menos por ahora. Entienden que esta situación no debe escalar, que Máximo Kirchner (que pretende que Insaurralde sea su candidato en la Provincia) y Gabriel Katopodis acordarán reglas claras con el gobernador Kiciloff, que ellos pueden ser la garantía de ese acuerdo que beneficie a todos y que Sergio Massa será el MVP tanto en la Provincia como a nivel nacional. O también quizás sea el candidato, aunque él se resista a decirlo. Mientras, Cristina y Alberto lo miran con lupa, todos algo desconcertados. Pensarlo o escribirlo parece muy fácil, veremos que nos deja la realidad cuando llegue junio.

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