La curva de contagios de coronavirus dentro de las villas porteñas ha crecido exponencialmente y supera ya los 500 casos confirmados. En paralelo, también fue noticia que la Villa 31 sufrió ocho días sin agua, y tres sin luz. Dicho barrio resulta ser solo un ejemplo, ante la similitud de condiciones en otros barrios de la Ciudad.
Lejos de estar a disposición los servicios básicos para mantener la higiene en los sectores más vulnerables, la falta de medidas preventivas por parte del Estado se suman al peligroso cóctel de precariedad habitacional y hacinamiento, por lo que las y los vecinos de la Villa 20 han armado un frente para proponer acciones propias ante las dificultades que el aislamiento social obligatorio y preventivo plantea.
Lorena Quevedo es trabajadora social, profesora de Educación Media y Superior de Trabajo Social, estudiante de abogacía y referente de este frente de vecinos de Villa 20 pertenecientes a distintas organizaciones sociales y políticas, quien contó a NU que han formulado en conjunto una “propuesta de protocolo” para paliar la emergencia sociosanitaria recrudecida por el perjuicio que la pandemia genera no solo en términos de salud sino también económicos. El mismo será presentado al Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) ya que se trata del “organismo responsable” de esta temática por estar este barrio atravesando aun el proceso de reubanización, y al Ministerio de Desarrollo Social y Hábitat de la Ciudad.
“Venimos haciendo el seguimiento de lo que sucede en la Villa 31 y la 11-14, y por eso nos encontramos en situación de alerta, por lo que pensamos en propuestas para cuidar nuestro territorio y resolver las dificultades que venimos atravesando desde que empezamos a participar en el proyecto de reurbanización, que quedó inconcluso, pero que hemos mejorado a través de nuestra intervención activa“, indicó Quevedo.
Consistencia del protocolo
Tal como detalló la trabajadora social a este medio, este protocolo cuenta con seis ejes que “pueden salvarles la vida”. El primero es la “vigilancia epidemiológica” y apunta a construir un “mapa de riesgo de la Villa 20”: “El primer ítem responde a la detección temprana del caso. Para esto, ideamos una herramienta organizativa. Se trata de una encuesta que será distribuida a través de los grupos de WhatsApp de los vecinos. La idea es que sea una persona de cada grupo familiar la que responda una serie de preguntas relacionadas a la salud y la ubicación de las personas que pertenezcan a los grupos de riesgo dentro del barrio, manteniendo así un sistema de información sumamente actualizada”.
El segundo eje es la identificación de casos sospechosos. “Lo que pedimos es que quien sospeche ser portador del virus se traslade por sus propios medios al hospital Grierson, se le haga el test correspondiente y sea recibido por la Unidad Febril de Urgencia. Esto es porque las ambulancias no entran al barrio y tampoco responden siempre al 107“, explicó Quevedo, al tiempo que remarcó la importancia de que también se testee a “los familiares y contactos estrechos” de aquellos casos que resulten confirmados y se les brinde medios para su subsistencia.
“Si un caso da positivo, es importante que se ponga a disposición, de ser pertinente, el acceso a un subsidio habitacional, al refuerzo de ciudadanía porteña, planes de alimento, tickets sociales o a aquel programa que el Ministerio de Desarrollo Social tiene para poder asistir a las personas que estén atravesando la infección del Covid-19 y que no tengan garantizado el plato de comida o el pago de alquileres”.
El escrito también menciona la necesidad de intensificar y reorganizar las recorridas de desinfección de las calles principales y aledañas del barrio, incluyendo la desinfección de los 50 metros a la redonda de un nuevo caso infeccioso registrado.
Finalmente, entre los puntos a destacar de este protocolo, las y los vecinos reclaman el acceso a “información periódica” actualizada y de calidad:
“Necesitamos saber cuántos casos hay en Villa 20, qué tipo de seguimiento se le está haciendo, cuál es el estado de salud del vecino. No queremos saber dónde vive ni cómo se llama, sino que es vital esta información porque nos da la posibilidad de tomar los recaudos necesarios a la hora de circular en el barrio”.
Lea aquí el protocolo completo.
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— Unidad Vecinal Villa 20 (@20Unidad) May 15, 2020
