Modernización sí, flexibilización no

Modernización sí, flexibilización no


La Argentina es vanguardia en derechos laborales, con un sindicalismo fuerte, organizado y solidario. No obstante, siempre viene bien una modernización. Se habla de un simple “blanqueo”, pero se busca bajar ausentismo, fraccionar vacaciones, renovar tecnología, reducir horas extras, negociar individualmente, evitar judicialización y hasta que trabajen las embarazadas, entre otros “simples” tópicos.

Al ser diferentes temáticas, vale la pena opinar por separado de cada una.
En primer lugar, nadie está de acuerdo con la informalidad laboral, por eso un blanqueo es bienvenido, siempre que implique registrar a cada trabajador en su respectivo convenio laboral, reconociéndole los mismos derechos de sus pares; porque blanquear a un trabajador sin equipararlo con sus compañeros es contrario al principio de igual remuneración por igual trabajo.

Estamos de acuerdo que ausentarse del trabajo debe ser excepción y no regla, por lo que el adicional por presentismo resulta idóneo para combatir la deserción; también un buen ambiente laboral, premiar las acciones positivas, sancionar las equivocadas y posibilitar el ascenso continuo del trabajador.

Fraccionar vacaciones no está mal, considerando que los períodos de descanso ya no superan los 20 días, por tanto, quien acumule más días podrá repartirlos en varias épocas del año.

La incorporación de tecnología es imparable y obliga a capacitación continua, por tanto, los sindicatos acompañamos el reentrenamiento y la reasignación de funciones para que el trabajador no sea excluido y se garantice su puesto y crecimiento.

La tendencia mundial es trabajar menos horas diarias y semanales y administrar el descanso y la recreación para una mejor calidad de vida, por tanto es bueno reducir horas extras y, si resultara necesario, contratar en blanco más personal.

Por suerte, los embarazos ya no transcurren en forma traumática, posibilitando trabajar hasta horas previas al parto. Siempre que exista un ambiente laboral sano, las embarazadas querrán trabajar, lo que incluso es saludable para ellas y sus bebés. Tal vez sean necesarios más días de descanso posparto.

Pero es claro que la modernización debe enmarcarse en la negociación organizada y colectiva; la negociación individual es inequitativa y perjudicial para el trabajador. Quien crea que puede salvarse individualmente se equivoca, solo se hundirá, porque el empleador abusará de su condición dominante.

Los convenios deben ser colectivos, igual que los derechos, y los sindicatos debemos reconvertirnos para seguir defendiendo los ideales e intereses universales que supimos conseguir. Los sindicalistas tenemos que evolucionar, reorganizando la defensa de nuestros trabajadores. Si no lo hacemos, puede que lo hagan de prepo (y sin nosotros).

Los empleadores también deben cambiar. Son igualmente responsables de la litigiosidad. Prefieren pagar un juicio antes de reconocer un derecho. La “industria del juicio” es tan perjudicial como la “industria del despido y del ninguneo”.

A las autoridades pregunto, ¿por qué una reforma laboral cuando la economía no despega? ¿No sería mejor cuando el país marche y exporte? Reformar primero para que lleguen las inversiones después no ha dado resultado en nuestro país.

Recuerdo cuando aseguraron que desregular la comercialización de medicamentos e instalar cadenas de farmacia haría bajar su precio. Nada más alejado.

Los capitales llegarán si tenemos políticas de Estado firmes y duraderas, como la sindicalización y protección del trabajador, que es marca registrada en la Argentina. Hoy está en juego el modelo sindical de Perón (no el de Kirchner) y se lo defiende actualizando nuestro papel en la sociedad, sin perder calidad laboral ni presencia sindical. Debemos hacer una defensa pensada, no solo corporativa.

Bienvenido el trabajo registrado y de calidad –incluso durante embarazo–, sin ausentismo, con capacitación y vacaciones fraccionadas, pero los convenios son y seguirán siendo colectivos, según cada actividad o profesión, porque solo con sindicatos fuertes y modernos crecerá el empleo y bajará la judicialización.

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