¿Vuelve a brillar el espíritu de supervivencia del peronismo?

¿Vuelve a brillar el espíritu de supervivencia del peronismo?

Sergio Massa lanza el plan Precios Justos, pero las pistolas remarcadoras no dejan de disparar.


La reunión se realizó el martes último en el Centro Cultural “Néstor Kirchner”. El titular de la cartera, Sergio Massa, el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren y la secretaria de Energía, Flavia Royón, recibieron a los ministros y secretarios de Producción de 20 provincias.

¿El objetivo? Realizar un “relevamiento pormenorizado” de la situación de empleo, crecimiento y nivel de actividad productiva que muestran las economías regionales. Además, inauguraron un sistema de trabajo conjunto para coordinar políticas de crecimiento. Todo esto, con el fin de iniciar un camino que lleve a modificar la matriz productiva de la Argentina.

Concurrieron al encuentro el ministro de Producción, Ciencia e Innovación tecnológica de Buenos Aires, Augusto Costa; el ministro de Industria, Producción y Empleo de Chaco, Sebastián Lifton; el ministro de Industria, Comercio y Empleo de Catamarca, Lisandro Álvarez; el ministro de Producción e Industria de Neuquén, Facundo López Raggi; el secretario de Comercio e Industria de Santa Cruz, Leandro Fadul; el ministro de Desarrollo Productivo de Tucumán, Simón Álvaro Padrós; la ministra de Producción y Ambiente de Tierra del Fuego, Sonia Castiglione; el ministro de Producción y Desarrollo Económico de San Juan, Ariel Lucero; el ministro de Producción y Desarrollo Sustentable de Salta, Martín de los Ríos; el ministro de Industria de Misiones, Nicolás Trevisan; el ministro de Trabajo, Empleo e Industria de La Rioja, Federico Bazán; el ministro de Economía, Hacienda y Finanzas de Entre Ríos, Alberto Ballay; la ministra de Industria, Trabajo y Comercio de Corrientes, Mariel Gabur; el secretario de Producción de Río Negro, Fernando Malaspina; el secretario de Industria de Santa Fe, Claudio Mossuz; el subsecretario de Desarrollo Económico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Pablo Lera; la subsecretaria de Industria, Comercio y PyMEs de La Pampa, Vanina Fernández; el subsecretario de Industria de Santiago del Estero, Llamil Abdala; el jefe del Programa Innovación Tecnológica y coordinador de Producción de San Luis, Nasim Inayati y el coordinador de zonas francas de la empresa Jujuy, Energía y Minería-Sociedad del Estado (JEMSE), Ignacio Bruera, en representación de la provincia norteña.

Por su parte, acompañaron a de Mendiguren el subsecretario PyME, Tomás Canosa; la subsecretaria de Industria, Priscila Makari; la subsecretaria de Desarrollo Emprendedor, Natalia Del Cogliano y el jefe de Gabinete de la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo, Gabriel Vienni.

En el encuentro, tras la presentación de las autoridades del Gobierno Nacional, los responsables de las áreas productivas provinciales compartieron los diagnósticos sobre el estado de la economía real de sus provincias.

Como primer colofón de la reunión, los funcionarios provinciales informaron que desde fines de 2019, en 22 de los 24 distritos se generaron 230 mil empleos en el sector formal privado. Paralelamente, el sector industrial lleva 27 meses seguidos generando empleo formal, habiendo incluido ya a 1.230.000 trabajadores.

De Mendiguren se refirió a continuación a los indicadores económicos, destacando el crecimiento pos-pandemia. En este sentido, puntualizó que la actividad económica en agosto del año en curso resultó en un ocho por ciento mayor a diciembre de 2019, cuando todo comenzó, a la vez que el mismo rubro registró una expansión del 6,9% interanual en el segundo semestre de 2022. Por su parte, la actividad industrial en agosto de este año fue un 17% más alta que en diciembre de 2019.

A su vez, el secretario de Industria y Desarrollo Productivo adelantó que la inversión creció en el primer semestre de 2022 en un 28%, medido contra el primer semestre de 2019 y fue un 15% mayor con respecto a 2021. También creció la inversión si se la mide contra los dos últimos trimestres de 2021 y los dos primeros de 2022, que alcanzó a incrementarse en un 46,5% más que en el cuarto trimestre de 2019, lo que equivale al máximo nivel en la historia, medido en términos reales, actualizando el valor de la moneda y de los precios de la producción en sí mismos.

¿Vuelve la heterodoxia?

Según el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, heterodoxo es aquel que “se aparta de la doctrina oficial de una religión” o alguien que “discrepa con la doctrina fundamental de un sistema político o filosófico”

En algunos cenáculos políticos se baraja la información de que el ministro de Economía, Sergio Massa, se encuentra diseñando con su equipo un programa heterodoxo, que recién se daría a conocer tras la aprobación del presupuesto.

Con este programa, el tigrense intentaría domar a una macroeconomía que se desbocó después de los cuatro años de la administración de Cambiemos y que su antecesor, Martín Guzmán, jamás logró reencarrilar.

El programa constaría de un acuerdo de precios y salarios por un lapso de cuatro meses, con el que se intentaría desacelerar el arrastre por inercia de la inflación. Para esto, se fijaría un sendero claro para el dólar y las tarifas, con el objetivo de desindexar la economía.

El interrogante es si este Gobierno -que ya comenzó a sufrir de manera magnificada el “Síndrome del Pato Rengo”- es capaz de obligar a los empresarios a bajar los precios, a los sindicalistas a renunciar a un porcentaje de sus aumentos paritarios y, finalmente, pero no menos importante, que sus propias contradicciones no le cierren el camino. De todos modos, lo relevante es que la propuesta sea lúcida y que exista firmeza para llevarla a cabo.

La primera respuesta fue cruel. En la etapa previa a la entrada en vigencia del programa Precios Justos, el plan de congelamiento de los productos de la canasta básica, los fabricantes de alimentos, bebidas y artículos de limpieza se negaron a aceptar la propuesta del Gobierno de no remarcar por encima del cuatro por ciento.

No sólo eso, sino que enviaron a los supermercados listas de precios que contenían aumentos de entre el siete y el 15 por ciento. Sólo unos pocos aceptaron la propuesta de Massa. Además, como para marcarla la cancha, los dueños de las pistolas remarcadoras advirtieron que no entregarán mercadería a los comercios que rechacen el aumento.

Se daba por seguro que, al menos en un principio, el programa de limitación de precios iba a encontrar escollos, pero estos hechos superan el peor escenario posible. Los empresarios están cebados con el saqueo a los bolsillos de sus clientes y sacarlos de esa zona de confort será una misión difícil de cumplir.

¿Habrá una firmeza paralela de parte del Gobierno? En un principio, ya se lanzó alguna amenaza. Si el Síndrome Vicentín vuelve a atacar, habrá miles de víctimas, que son los sectores más vulnerables de la sociedad. Si no hay productos aviares, el 2023 quedará cada vez más lejos. Hasta hoy, el instinto de supervivencia peronista, ése que lo mantuvo con vida en tiempos aciagos, brilla por su ausencia.

 

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