Una izquierda agrietada busca, al menos, un diputado nacional

Una izquierda agrietada busca, al menos, un diputado nacional

Divididos, aspiran a mantener sus cuatro bancas legislativas en la ciudad y a lograr una banca al Congreso.


Mientras la mayor atención de los medios y la política porteña se concentran en la pelea de la grieta, la interna de Juntos por el Cambio y en si Javier Milei se convertirá en “la” sorpresa de la elección, la izquierda enfrenta su propio desafío. En 2017, la última legislativa intermedia, entre dos listas sumaron más de 10 puntos, consiguieron tres bancas para la Legislatura y quedaron en la puerta de sumar una diputación nacional. ¿Podrán repetir?   

Para estas PASO del 12 de septiembre, la izquierda en la Ciudad irá -una vez más- fragmentada. El Frente de Izquierda Unidad (FIT-U), que integran el Partido Obrero (PO), el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), es la expresión más amplia y la única que renueva bancas nacionales: son dos en la Cámara baja, pero por la provincia de Buenos Aires.

Por eso, el principal desafío será conseguir una banca de diputado nacional por la Ciudad, algo que se les escapó por poco en las últimas dos elecciones, donde la división les jugó una mala pasada. Myriam Bregman, dirigente del PTS, es quien encabeza la lista en esa categoría para el FIT-U.

La performance electoral de la izquierda en las legislativas siempre resulta mejor que en las presidenciales. En 2017, con el nombre Frente de Izquierda y los Trabajadores, superó las PASO con el 3,8% de los sufragios. En esa oportunidad, Marcelo Ramal estaba a la frente de la lista para diputados nacionales y para la general necesitaba poco más de dos puntos extra para llegar al Congreso.

Pero la sombra del histórico Luis Zamora, el primer dirigente trotkista que llegó a ser diputado nacional en la historia argentina, volvía aparecer encabezando la lista  Autodeterminación y Libertad, que también superaba el piso de las Primarias con el 3,7% de votos.

Las dos opciones compitieron en la general, el FIT obtuvo un 5,80% y se ubicó en cuarto lugar, por encima de 1 País, la fuerza de Sergio Massa, que en la Ciudad llevaba a Matías Tombolini como primer candidato a diputado porteño.

Sin embargo, ese buen resultado no alcanzó para que Ramal llegara al Parlamento nacional. Desde el FIT apuntaron entonces a Zamora, que con AyL sacó un 4,30% y tampoco le sirvió.

En esa elección, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires renovaba 30 bancas y la izquierda buscaba ampliar su representación. En esta categoría, el FIT, con Gabriel Solano (PO) a la cabeza obtuvo en las PASO un 4,4%; y AyL, con Marta Martínez al frente, un 3,5%.

En las generales, el FIT incrementó sus votos, obtuvo un 6,8% de votos y no solo ingresó Solano como legislador, sino que también lo hizo Bregman. Con el 3,9%, AyL consagró a Martínez con un escaño.

Dos años después, las presidenciales presentarían algunas modificaciones en el panorama de la izquierda. El PO se partió en dos, quedándose Solano con el sello oficial y expulsando del partido a Jorge Altamira, su fundador, a Ramal y a varios militantes más.

Atravesada esa tormenta partidaria, el frente incorporó al MST y cambió su nombre a Frente de Izquierda Unidad. Bregman entonces encabezó la lista a diputados nacionales por la Ciudad y en las PASO sacaría sólo un 2,8%.

Enfrente tenía en la misma categoría a un viejo conocido: Zamora, quien obtuvo un 2,99%. En las generales, Bregman creció a 6,13% y le faltaron tan sólo 8.700 votos para ser diputada nacional. Por su parte, Zamora bajaría a un 1,23%.

Pese a esa experiencia, donde claramente la fragmentación los perjudicó, para las primarias 2021 la oferta de la izquierda es aún más amplia. El FIT-U no logró la unidad ni siquiera puertas adentro y la interna será con Bregman y Solano de un lado, como primeros precandidatos a diputados y legisladores porteños respectivamente, contra las candidatas de la lista del MST: Celeste Fierro y Carolina Cáceres.

Zamora volverá a presentarse con AyL como primer precandidato diputado nacional, mientras que para la categoría de legisladores porteños estará, una vez más, Marta Martínez, quien buscará revalidar su banca.

También hará su debut electoral Política Obrera, el sello partidario de la Tendencia del Partido Obrero fundada por Altamira, tras la ruptura con el PO oficial. Ramal será el primer candidato a diputado nacional, mientras que Valentina Viglieca será quien encabece la lista a legisladores.

El Nuevo MAS, en tanto, cuya principal referente nacional es la ex candidata presidencial Manuela Castañeira (irá en Provincia), llevará a sus dirigentes Federico Winokur y Marina Hidalgo Robles como primeros candidatos a diputado y legislador por la Ciudad.

En resumen, la izquierda sufre el mismo síndrome de la dispersión que tantas veces la atacó y una duda (renovada): ¿podrán finalmente conseguir una banca de diputados nacionales en CABA? Y más: ¿podrán renovar, al menos, las tres de legisladores porteños que ponen en juego?

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