Tras el nocaut con el FMI, Macri buscó aire interno de la mano de Vidal

Tras el nocaut con el FMI, Macri buscó aire interno de la mano de Vidal

El paso por Estados Unidos, dejó a la Argentina en una situación muy delicada.


En una decisión de fuerte contenido político y de extrema dureza con el presente y el futuro argentino, el titular interino del Fondo Monetario Internacional (FMI) David Lipton afirmó este miércoles que “la relación financiera con Argentina puede que tenga que esperar un tiempo”. De esta manera, confirma el freno a las negociaciones y por supuesto al desembolso de 5.400 millones de dólares que fue a negociar Macri directamente a Nueva York y dejó picando un problema para cuando llegue Fernández en caso de confirmar su triunfo.

Esta decisión del FMI de dejar “en suspenso” futuros desembolsos a favor de la Argentina tendrá “efectos secundarios”. Así lo reconocían ayer en el equipo económico luego del primer día de reuniones en Washington. Concretamente, habrá un impacto sobre los futuros préstamos que deben desembolsar tanto el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) como el Banco Mundial. Todavía será más complicado que en el futuro cercano aprueben nuevas líneas, al menos hasta que no se normaliza la relación con el Fondo.

De acuerdo al programa financiero 2019, este año debían llegar U$S 4.500 millones y el año próximo otros U$S 3.000 millones del BID y el Banco Mundial.

Lo único que se pudo acordar es que el 14 de octubre en Washington recibirán a una delegación técnica argentina para continuar las tratativas.

Mientras tanto a su regreso al país luego de su fugaz paso por la ONU y la reunión con Lipton, Macri enfocó de nuevo el tema de la reelección y tras el acuerdo al que arribaran con María Eugenia Vidal se presentaron juntos en Florencio Varela.

“Transitaremos esto de la mejor manera, porque la pelea y la descoordinación nunca son buenas y solamente pueden empeorar las cosas”, fue uno de los razonamientos que primaron en el encuentro de Marcos Peña con la Gobernadora, donde no  estuvo el primer mandatario.

Mientras el equipo económico afila la lapicera para estrenar nuevas medidas, como el bono para el sector privado, que finalmente saldrá por decreto presidencial y el envío al Congreso de una nueva Ley de Alquileres, la campaña diseñada por Marcos Peña y Jaime Durán Barba sale a la calle, con el “sí, se puede” como bandera, con un Presidente “más cerca del pueblo” en sus actos, aunque escondido en los nuevos spots. Durán Barba tras estas directivas volvió a Ecuador para no irritar a sus enemigos internos.

Por su parte, habrá funcionarios, legisladores y sus aliados radicales poniéndole la cara a los timbreos organizados desde el edificio de Balcarce 412, donde funciona la sede nacional del PRO. Al ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, le tocó recorrer las calles de Escobar, por ejemplo. Incluso, el ex ministro de Trabajo y hombre de consulta de los “sin tierra”, Jorge Triaca, formó parte del staff que debió participar del contacto directo con los vecinos.

En Florencio Varela, antes de sus discursos y rodeados de cámaras oficiales, Macri y Vidal compartieron un viaje en colectivo por el nuevo Metrobús. Se sacaron fotos con vecinos pero evitaron el contacto directo: el Presidente se sentó delante de la Gobernadora, otra construcción simbólica que evoca a otros tiempos, cuando el desdoblamiento -o no- de las elecciones bonarenses y las versiones del Plan V tensaron como nunca antes la relación entre ambos.

“Por eso quiero agradecerle a Mauricio y a todo su equipo que hicieron realidad este Metrobús”, agregó la mandataria, antes de ofrecer autocrítica y reiterar que “hay equipo” con el Presidente. Macri fue más allá y directamente empezó su discurso sumándose al cantito de “Vidal gobernadora” para luego hacer rugir su garganta y mostrar su tono más áspero para apelar al voto con una épica que no se corresponde con sus chances de dar vuelta los resultados de las PASO, en las que el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, quedara virtualmente a un paso de la Casa Rosada.

Con caravanas del “Sí, se puede” a lo largo y a lo ancho del país, 30 encuentros en 30 ciudades, los estrategas electorales esperan un milagro o achicar la diferencia para que haya algo más de sustancia si el 28 de octubre decreta que el macrismo volverá a ser oposición.

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