Pasantías laborales: un debate que la sociedad adeuda

Pasantías laborales: un debate que la sociedad adeuda

Por Edgardo Núñez / Especial para Noticias Urbanas

Los gremios docentes porteños volvieron a poner en el tapete la iniciativa oficial.


El debate sobre las pasantías que realizan los estudiantes secundarios de CABA en distintas empresas no es nuevo. De hecho, el grueso del revuelo se dio entre el 2021 y el 2022, cuando varios sectores pertenecientes a la educación estuvieron en contra de esta reforma educativa y pedagógica que plantea una idea, al menos en principio, sencilla: que cumplan horas de trabajo en empresas, aún sin tener remuneración y con faltas contabilizadas.

Ante la modificación y la puesta en marcha, el tema hizo la plancha un tiempo hasta que hace unos días se viralizaron unas fotos en que alumnos secundarios realizaban tareas de reposición en un famoso supermercado, perteneciente a una cadena francesa, con una pechera que decía: “Realizando una experiencia de aprendizaje en Carrefour”.

Otra vez, distintas voces se manifestaron sobre el tema y, con la muestra gráfica sobre el trabajo de los adolescentes, fueron varios los sectores que consideraron que, más que una pasantía de aprendizaje, es utilización de mano de obra gratuita, precarización del puesto y violación de varias leyes laborales.

Uno de los organismos que analizó la situación es la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) que, a través de su secretario de Educación Secundaria, Marcelo Parra, en diálogo con Noticias Urbanas recordó que desde su espacio se había rechazado la propuesta fuertemente porque se basaba todo en “un criterio empresarial y precarizador”.

“El año pasado se comenzó con las prácticas pre profesionalizantes, y nuevamente genera mucho ruido por las condiciones”, remarcó el secretario y explicó esto que sucedió “primero porque son obligatorias, y en la ciudad había una ley de pasantías que resguardaba la obligatoriedad, es decir que podías y o no, segundo que no son rentadas, y tercero y fundamental es que está muy diluido el por qué y el para qué”.

En esa línea, Parra enfatizó “se largaron sin inversión, entonces intentan desarrollar un proyecto que requeriría inversión, porque se necesitan más docentes a cargo, tener un vínculo con el lugar al que van a hacer su práctica”. No obstante, reconoció que no hay una postura negativista de lleno, y consideró que no está mal que un “estudiante de quinto año tenga una vinculación con el mundo del trabajo, con el mundo de los estudios superiores, pero tiene que tener un criterio pedagógico y escolar”.

La discordia irresuelta

Parra aseguró que desde la UTE se hicieron varias denuncias y el programa continúa. “Nosotros entendemos que a veces se acerca mucho a un clima de precarización laboral”, subrayó y apuntó contra uno de los más grandes problemas que traen estas pasantías; y es la cobertura de puestos de trabajo por los estudiantes.

Ante la consulta sobre el revuelo de las imágenes, opinó que causan este nivel de debate porque las medidas no fueron discutidas con la comunidad educativa y “todo esto es un paquete que se anuncia en el año 2017 como una gran reforma y después avanzó a los ponchazos, de manera imprevisible, sin inversión, sin tener el criterio pedagógico que sustente esa esas prácticas”.

Proyectos viables

Ante el panorama de crítica, la Unión reconoció que si bien no pudieron exponer una propuesta que llene las demandas, existen en la ciudad buenas experiencias: “Acá hay una ley de que hace muchos años la implementan las escuelas técnicas, por ejemplo, y están muy reguladas por una ley de prácticas pre profesionales”.

“En estas experiencias hay acompañamiento muy cercano de docentes de la escuela y se tiene un vínculo muy estrecho y permanente con el lugar donde los estudiantes van a ser las prácticas, algunas han funcionado bien y las escuelas se han puesto al hombro del todo esas prácticas educativas”, remarcó.

En esa línea, concluyó que para realizar esta experiencia de la mejor manera se necesita más inversión, no debería ser obligatorias, tiene que ser a contra turno y no deben restar horas de clase a las estudiantes.

Desde UTE hay inclinaciones a favor de la inserción laboral, al igual que la política educativa del Gobierno de la Ciudad, ese es quizás el pequeño punto en común que pueda regular la discusión. En los próximos meses, se seguirán manifestando desde la Unión para que exista una modificación que contemple los ítems mencionados y, en un año electoral, habrá que esperar para ver si el Gobierno de la Ciudad destina los recursos necesarios para realizarlos. Mientras, los estudiantes deberán cumplir sus horas laborales.

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