Macri envuelto en la incertidumbre

Macri envuelto en la incertidumbre

En la polarización extrema, el Gobierno tiene más para perder que para ganar, más allá de un leve crecimiento de la figura del Presidente.


En la recta final, Mauricio Macri cierra su campaña con un acto en la capital cordobesa, el distrito donde había arrasado en el balotaje de 2015 frente al ex candidato kirchnerista Daniel Scioli y que también había sido elegido por los estrategas como la última escala antes de las urnas.

La postal se repetirá el jueves, cuando el Presidente hable desde el escenario montado sobre la Avenida Vélez Sarsfield, con el agregado, cuatro años después, de la movilización militante que logró reconciliarlo con el contacto popular. En menos de un mes, Macri logró dejar atrás la conmoción que había exhibido tras los resultados de las Paso y mostrar otro semblante para la batalla final, una misión poco probable, según todos los sondeos publicados en los últimos días, que aseguran que la fórmula presidencial del Frente de Todos ampliaría aún más su diferencia.

En la polarización extrema, el Gobierno tiene más para perder que para ganar, más allá de un leve crecimiento de la figura del Presidente, pero consolida sus posiciones para el futuro. Está claro que nadie en política (y mucho menos un Presidente) se asume derrotado antes de la elección definitoria. La épica sólo puede ser sostenida con votos: si no gana, Macri deberá engrosar el 32,5 por ciento, si es que tiene como premio consuelo consagrarse como el máximo líder de la oposición.

De todos modos, ese rol se lo querrán disputar algunos referentes de Juntos por el Cambio, que apuestan a retirarlo políticamente para inaugurar una nueva etapa que consagre a una “oposición moderada”, por la que ya empezaron a trabajar algunos integrantes de la maltratada ala polític, que encabeza Emilio Monzó.

Los “moderados” entienden que si Horacio Rodríguez Larreta consagra su reelección es el sucesor natural para heredar al “dueño de la empresa”, como lo llaman a Macri por su relación con el PRO. Hay radicales como Alfredo Cornejo, todavía líder de la UCR, que comparten la misma idea de futuro. Son unos cuantos en el oficialismo los que quieren erradicar para siempre los métodos de Marcos Peña y Jaime Durán Barba.

Y eso, sin profundizar en las heridas entre la Nación y la Provincia de Buenos Aires, desde donde aseguran que María Eugenia Vidal no sacará los pies del territorio bonaerense si se consuma la derrota frente a Axel Kicillof. Por ahora, la campaña posterga las definiciones. Incluso el jefe de Gobierno porteño es otro que esconde las cartas y deja que los “marginados” operen sobre los planes que tienen para él.

Incluso, Rodríguez Larreta fue uno de los oradores que tuvo el acto del sábado frente al Obelisco, de altísima concurrencia aunque muy lejos del “millón” de personas  que se anunciaba desde el oficialismo y con el que esperaban emular el histórico cierre de Raúl Alfonsín en 1983.

“Hoy estamos acá para decirles a todos los argentinos y al mundo entero que sí se puede. Y estamos acá para decir que no nos vamos a quedar callados viendo cómo nos roban el futuro. Ya lo vivimos muchas veces, con el dedito, con el atril y esas cosas que muchos argentinos rechazamos”, sostuvo el Presidente durante su consagración definitiva como un líder capaz de convocar a miles y miles de personas…como nunca antes lo había hecho.

Sobre esa base electoral, concentrada especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, en los sectores más conservadores y antiperonistas, es que algunos dentro del Gobierno no tienen dudas: no habrá retiro político para Mauricio Macri, cada vez más cómodo con asumir (y sin maquillar) la agenda de una derecha republicana que promete seguir embanderada en la polarización extrema.

Luego del último debate presidencial, tan sobrevalorado por algunos comentaristas políticos, Macri llevó su prédica por Rosario, Mar del Plata y San Salvador de Jujuy y se prepara para el cierre en la capital cordobesa, donde se espera la presencia de los gobernadores radicales Gerardo Morales y Gustavo Valdés, además de otros referentes nacionales, y por supuesto de su compañero de fórmula Miguel Ángel Pichetto.

“Acá nació el cambio, ustedes son el motor del país”, dice siempre que puede Mauricio Macri cada vez que visita la provincia que lo convirtió en el presidente de la Nación, donde volvió a imponerse en las primarias frente a Alberto Fernández, con un 47,9 por ciento contra el 30,3 del Frente de Todos.

En agosto, sacó cinco puntos menos que en 2015, donde allí un peronismo dividido, con Daniel Scioli por un lado y Sergio Massa por otro, fue arrasado por la ola amarilla.

Pero todo cambia y aquel pasado venturoso devino en este presente incierto, en el que los augures prometen el triunfo de otro candidato. ¿La esperanza cambia de color?

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