En los tiempos actuales todo es político. Algunos malintencionados creen que las decisiones de los funcionarios no tienen ideología. Pero toda decisión que toman, tiene una carga política porque beneficia a unos y perjudica a otros.
El tema de los prófugos y el tiroteo sucedido la semana pasada también tiene un origen político que va más allá de la problemática del narcotráfico. Las decisiones del gobierno de María Eugenia Vidal tomadas en materia de seguridad a través del ministro del área, Cristian Ritondo, demostraron no ser las más acertadas.
Los cambios en la cúpula de la policía bonaerense, que en realidad mantuvieron a la línea histórica que respondía a la cuestionada conducción de Hugo Matzkin, y el mantenimiento de ciertos funcionarios del exministro Alejandro Granados en el ministerio de Seguridad de la provincia no fueron acertadas.
“El Pro intento una negociación que les garantizara una transición ordenada. Se les venía encima el Operativo Sol y los partidos en Mar del Plata con las dos hinchadas, y prefirieron mantener a quienes conocían del tema, como si ningún otro policía pudiera manejar esas situaciones. A eso se sumó que fueron confirmados en sus puestos altos jerarcas con relaciones con Aníbal Fernández. Por eso, el gobierno de Vidal no se puede hacer el distraído con lo que pasa. Tienen parte de culpa. Pero están a tiempo de cambiar las cosas”, le dijo a Noticias Urbanas un comisario de la Bonaerense.
Este medio accedió a información sobre el tiroteo sucedido la semana pasada y sobre las fallas de una detención que parecía inminente y que dejó muy mal parado a Ritondo, luego de que dijera que la captura era inminente.
“Por los datos que van surgiendo en la investigación es muy difícil que los que dispararon contra los policías hayan sido los prófugos. Las imágenes muestran que la camioneta se detuvo luego de pasar el retén policial, ponen las balizas, se bajan y disparan. ¿Porque dispararon si ya habían pasado el control policial? Además, no son principiantes, saben que si matan a un policía van a tener a toda la policía encima y la pena a la se exponen será mucho peor. Un código no escrito que conocen todos los delincuentes es que si se mata a un policía, los policías te van a responder de la misma manera. Otro dato es que, según varias de las informaciones, uno de ellos tenía el pelo largo lo cual no concuerda con ninguno de los tres prófugos”, le dijo a Noticias Urbanas un investigador policial.
Esta declaración sirve para explicar cómo los prófugos pasaron de estar cercados en Ranchos a ser vistos al otro día en Quilmes. Es evidente que se trataría de otras personas.
“Estos tipos pudieron ser contratados por alguien para embarrar aún más la cancha”, la fuente no se atreve a mencionar a Aníbal Fernández. Pero es evidente que lo deja trascender.
Otro dato del tiroteo que fue pasado por alto fue que el fiscal nunca dijo se trató de los prófugos, a pesar de que Ritondo lo confirmaba por los medios.
Ahora quedó bien claro, como lo adelantó Noticias Urbanas en notas anteriores, que no sólo el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) tiene problemas. Las denuncias en la comisaría de Quilmes de la mujer de Cristian Lanatta, apenas se fugaron, sobre la visita del marido, que terminó robándole le una camioneta a punta de pistola y el temor que le causó a la mujer toda la situación, demuestran que la policía sabía perfectamente que los prófugos se paseaban por su localidad como si estuvieran de veraneo.
Los comentarios de los funcionarios provinciales del Pro sobre una mano política detrás del hecho se parecen más a los dichos de cuando estaban en la oposición que a lo que se esperaba de quienes gobierna. Todavía están a tiempo y tienen crédito. Deben enmendar los errores que, como quedó demostrado, en materia de seguridad se pagan muy caros.
