Las elecciones provinciales siguen mostrando hegemonía peronista

Las elecciones provinciales siguen mostrando hegemonía peronista

En el último domingo de las elecciones a gobernador, por fin dos candidatos opositores rompieron la hegemonía oficialista.


La sorpresa llegó sobre el final. Y por partida doble. En el último domingo de las elecciones a gobernador, por fin dos candidatos opositores rompieron la hegemonía oficialista. El caso más resonante, claro, resultó el del peronista Omar Perotti, que cortó una racha de 12 años de gobiernos socialistas y devolvió el poder santafesino al PJ. El otro que dio el batacazo fue Gustavo Melella, aunque en su caso se trató de un radical K que desplazó a una peronista K, Rosana Bertone.

Esas victorias opositoras fueron la excepción contra una docena de triunfos de oficialismos locales. La mayoría, a manos de mandatarios peronistas. Parecieron encontrar la fórmula, después de que dos candidatos que reportaban a Cristina (Ramón Rioseco y Martín Soria) sufrieron sendas derrotas en Río Negro y Neuquén, cuando recién despuntaba el año electoral. Desde entonces, ya no hubo división entre PJ y K, y así el peronismo unido, además de ganar en Santa Fe, mantuvo las gobernaciones en Formosa, Entre Ríos, San Juan, Córdoba, La Pampa, Tucumán, San Luis y Chubut.

Los mencionados Río Negro y Neuquén engrosaron la lista de victorias oficialistas de partidos locales (Juntos Somos Río Negro y el Movimiento Popular Neuquino), junto con Misiones. En este último caso, el candidato Oscar Ahuad, del Frente Renovador de la Concordia, podrá anotarse una medalla: en esta previa de las PASO nacionales, fue el que mayor porcentaje consiguió, arriba de 73%.

En ese ranking, lo siguió el eterno formoseño Gildo Insfrán, que en su séptimo triunfo local llegó a los 70 puntos. En volumen, sin embargo, lo más valioso lo logró el cordobés Juan Schiaretti, que superó el millón de votos para su reelección en la segunda provincia con más electores del país.

Otros tres peronistas que ganaron cómodos fueron el entrerriano Gustavo Bordet, el sanjuanino Sergio Uñac y el tucumano Juan Manzur. Algo más apretado estuvo Alberto Rodríguez Saá, en su particular pelea contra su propio hermano (Adolfo) y un ex delfín de ambos, el convertido en macrista Claudio Poggi.

Pese a esa supremacía peronista, no está todavía claro cómo jugarán los apoyos los gobernadores a la fórmula Fernández-Fernández. Algunos amenazan con ir con boleta corta: el caso más emblemático sería Córdoba, por su volumen.

En la otra vereda, lo del Gobierno en esta previa fue más bien pobre. Sólo se anotó un triunfo -con menor porcentaje que en 2015- el jujeño radical Gerardo Morales. También se encamina bien en Mendoza -el oficialismo superó como fuerza al peronismo en las PASO y es favorita para la general del 29 de septiembre- y también ganó en las legislativas de Corrientes.

Se sabe, por la debilidad del presidente Mauricio Macri, el PRO decidió pegar los comicios locales en las dos Buenos Aires a la presidencial. Allí, la que corre más riesgo es María Eugenia Vidal, que tiene una pelea sin revancha en octubre contra Axel Kicillof. Lo de Horacio Rodríguez Larreta parece más despejado, porque en la Ciudad hay balotaje y por mérito propio: con una gestión muy valorada, encabeza cómodo las encuestas. La otra que vota el 27 de octubre es Catamarca, gobernada por el peronismo.

¿El resto? Santa Cruz hizo coincidir su elección general con las PASO nacionales, el 11 de agosto; Chaco vota para la general el 29 de septiembre, junto con Mendoza; Salta tiene primarias el 6 de octubre y la general el 10 de noviembre. Y aún debe definir la Rioja, que iba a votar el 12 de mayo pero suspendió sus comicios cuando se cayó el intento de re-reelección del peronista Sergio Casas. Allí, casi con seguridad, éstos se realizarán en coincidencia con la elección presidencial.

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