“La mejor herramienta que tenemos para proteger derechos laborales es la registración”

“La mejor herramienta que tenemos para proteger derechos laborales es la registración”

NU entrevistó a Pilar Escalante, subsecretaria de Políticas de Igualdad del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.


E l 98% de las y los trabajadores de casas particulares son mujeres y, como tiende a suceder con aquellos sectores feminizados, prima la precarización, el trabajo en negro y los sueldos bajos.

Es por esto que el Ministerio de Trabajo junto al Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación lanzó el programa “Registradas”. El mismo consiste en un incentivo por parte del Estado, que subsidiará hasta 15 mil pesos del salario de la trabajadora durante seis meses y se complementa con el compromiso de la parte empleadora de continuar realizando el pago durante un plazo mínimo de cuatro meses luego de finalizado el beneficio. Asimismo, las trabajadoras dispondrán de una cuenta gratuita en el Banco de la Nación Argentina y podrán acceder a beneficios bancarios, además de contar con los correspondientes aportes, contribuciones y una Aseguradora de Riesgos de Trabajo.

“Este programa busca promover la creación de puestos de trabajo para las trabajadoras de casas particulares. A partir de las nuevas registraciones que se hagan, el Estado va a estar acompañando durante seis meses con el pago de parte del salario de esa trabajadora”, explicó, en diálogo con Noticias Urbanas, Pilar Escalante, subsecretaria de Políticas de Igualdad del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.

A su vez, indicó que este programa significa un doble beneficio, es decir, para la empleada y lxs empleadorxs: “Esto está pensado, además, para familias de clase media, ya que los empleadores, para recibir el beneficio, no pueden estar por encima del mínimo de Ganancias, es decir, no pueden percibir un ingreso mayor a 175 mil pesos. Esto nos permite pensar en que es una política progresiva frente a lo que teníamos, que le daba beneficios sólo a aquella persona que contratase a trabajadoras, pero que estuviese por encima del mínimo de Ganancias”.

En resumen, el objetivo apunta a la recuperación económica, a la generación de empleo formal e inclusión social para los y las trabajadoras de casas particulares:

“La recuperación económica se está ejecutando progresivamente y estamos trabajando para que se dé también en los sectores más feminizados. Necesitamos, como Estado, inyectar dinero y promover la economía de cuidado, porque es una economía que da empleo a las mujeres. Al mismo tiempo que trabajamos por la distribución de las tareas de cuidado, necesitamos fortalecer los trabajos que ya hacen las mujeres, para que los hagan en las mejores condiciones posibles”.

 

Situación actual de las trabajadoras

Las mujeres que hoy trabajan en los rubros de personal para tareas específicas y/o generales en una casa particular, caseras/os y asistencia y cuidado de personas, representan cerca del 17% de las asalariadas de todo el país.

En promedio, trabajan 17 horas semanales, reciben un sueldo aproximado de $13.300 y se calcula que la informalidad en el sector supera el 69%, lo que provoca, entre otras dificultades, un límite para acceder a la bancarización y obstáculos para permanecer en el empleo. Además, el 64% de las trabajadoras de casas particulares vive en hogares que se encuentran por debajo de la línea de la pobreza, según la Dirección de Mapeo Federal del Cuidado del MMGyD.

“Estos sectores laborales históricamente feminizados, asociados a la economía de los cuidados, son tareas que en la sociedad están invisibilizadas, subvaloradas y, por ende, hay altos índices de precarización, con muy baja registración, y con bajos salarios. Por eso es que estamos frente a un sector muy vulnerable”, detalló Escalante, quien subrayó que, además, “durante la pandemia se perdieron 280 mil puestos de trabajo” en estos rubros.

La Subsecretaria incluso recordó los casos que trascendieron mediáticamente de violencia contra empleadas domésticas.

“Nos ha tocado ver un montón de situaciones de mayor precarización y vulneración de derechos, efectuados por personas famosas haciendo chistes sobre cómo la trabajadora se había quedado en el country y no había ido a la casa a cumplir con la cuarentena, cuando eso no es otra cosa que la privación de la libertad. Vimos hasta trabajadoras traficadas adentro de un baúl de auto”.

“Ante eso, la mejor herramienta de protección que tenemos para los derechos laborales es la registración. Hoy por hoy, arriba del 70% de las trabajadoras no están registradas. Y es por esto que surge el programa Registradas”, expuso Escalante.

 

Costos e inscripción

El empleador/a es quien debe registrar al empleado/a para pagar sus aportes, contribuciones y la otra parte del salario que no cubre el Estado.

En este punto, es importante tener en cuenta dos requisitos: las trabajadoras a registrar deben trabajar 12 horas semanales o más en el mismo hogar y el empleador/a no debe percibir un sueldo mayor a 175 mil pesos. “Esto nos permite pensar en una proyección a mediano plazo de mayor estabilidad y trabajo, sumando a las economías familiares, valor y valorización”, argumentó la entrevistada al respecto y agregó que el tope de sueldo percibido es porque este beneficio está pensado sólo para la clase media. El Gobierno subsidiará entre el 30% y el 50% del salario de la empleada a registrar, hasta 15 mil pesos por mes, dependiendo del nivel de ingresos de la parte empleadora.

En cuanto a la inscripción, ya se encuentra abierta y finaliza el 31 de diciembre de este año y el proceso es sencillo. “Lo hacen a partir de la web de AFIP, ingresan con clave fiscal, van a Aportes y Contribuciones, ahí el empleador solicita ser parte del programa Registradas. Se hacen todos los chequeos de la información, se le envía un mensaje, tanto al empleador como a la empleada, de que han sido incorporados a este programa. Se especifica cuál es el porcentaje del sueldo que se va a estar depositando, el número de CBU -porque se abre una cuenta sueldo gratuita a nombre de la trabajadora en el Banco Nación- y es en esa cuenta donde el empleador tiene que depositar el resto del salario”.

En cuanto a los costos de registración, que suelen alejar a las y los empleadores de poner en blanco a sus empleadas, Escalante aseguró que se trata de “mitos”, ya que “tiene un costo de entre 500 y 2 mil pesos mensuales, aproximadamente”.

“Cuando realmente empezamos a desandar esos mitos del costo de registración, vemos que acá lo que pesa más es una dinámica cultural de desvalorización del trabajo en el hogar que efectivamente un costo económico”.

En este aspecto, Escalante subrayó que la registración no es opcional sino obligación del empleador/a. “Muchas mujeres trabajadoras sienten una carga por no estar registradas, como si esto fuese un problema de la trabajadora, cuando es un problema del empleador”.

En caso de negativa ante la registración o ante conflictos laborales, la Subsecretaria aconsejó ingresar a la página del Ministerio de Trabajo, donde se puede encontrar información sobre el Tribunal de Trabajo, donde puede solicitarse asistencia.

“Es el tribunal el que, justamente, asiste en conflictos de trabajo, pero sobre todo quiero comentarles a los empleadores de este programa que pueden conocer cuáles son sus deberes y cuáles son los derechos de las trabajadoras, porque la registración cuida esa relación, le pone un marco legal”, detalló.

Para más información puede ingresarse al siguiente👉 LINK , o bien enviar consultas específicas a registradas@mingeneros.gob.ar.

“Recibimos muchísimas consultas, lo cual también habla del interés y de la necesidad de un programa como éste”, finalizó Escalante, esperanzada en que el interés en blanquear a las empleadas de casas particulares continúe en lo que resta del año.

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