La debilidad política amenaza la estabilidad que busca el Gobierno

La debilidad política amenaza la estabilidad que busca el Gobierno

A pesar de todo, aún quedan optimistas para octubre.


El diálogo que mantuvieron el último fin de semana Mauricio Macri y Alberto Fernández derivó en una tregua política que algunas partes interesadas del Gobierno ponen en duda por estas horas, por los comentarios posteriores del candidato del Frente de Todos.

“La Bolsa porteña no encuentra piso. El modelo económico de Macri generó recesión, pobreza y destrucción de valor en nuestras empresas más emblemáticas. YPF está en los valores más bajos de su historia. Vamos a estabilizar la economía y salir de la recesión, poniendo nuevamente todo el potencial que tenemos en valor para el bienestar de los argentinos”, escribió Fernández desde España, donde alterna las actividades académicas con reuniones políticas, entre ellas un encuentro con el mandatario español, Pedro Sánchez.

Las críticas alborotaron a los despachos que dependen del Presidente; a aquellos que todavía “piensan” que es posible revertir los resultados electorales de las PASO si la economía se estabiliza bajo la gestión de Hernán Lacunza, devenido hoy el hombre más importante del Gobierno y uno de los que dialogan con la oposición.

Al ministro de Hacienda le toca el diálogo con los equipos económicos de Roberto Lavagna y Alberto Fernández. El control cambiario implementado esta semana, sugerido por el líder de Compromiso Federal, es una muestra de la apertura política que reina en el Palacio de Hacienda desde que Lacunza tomara la posta. El ex ministro de María Eugenia Vidal comparte, además de ser el vocero, un diagnóstico similar al que esgrime en privado Rogelio Frigerio, a quien le toca nuevamente generar consensos y acuerdos políticos con la oposición, en medio del fuego amigo que llega desde la Jefatura de Gabinete y los radicales Mario Negri y Luis Naidenoff, que se terminan de sumar a la Mesa de Acción Política.

Lacunza y Frigerio terminaron de convencer al Presidente de la Nación de dilatar el envío al Congreso de la Nación del proyecto para “reperfilar” la deuda pública y, en consecuencia, la exposición de Lacunza ante el Senado que estaba prevista para este miércoles. Así, el Gobierno gana tiempo en las negociaciones para alcanzar un grado de “consenso” y evitar que el Parlamento se convierta en tierra fértil para las confrontaciones y las chicanas que pongan nuevamente en vilo la calma cambiaria.

“A Hernán los opositores lo respetan; en privado tienen un buen diálogo con él, pero le avisaron que si se presentaba el miércoles en el Senado le iban a tener que pegar porque todavía no se había llegado al consenso necesario”, señalaron a Noticias Urbanas desde las cercanías del triunvirato negociador que conforman el ministro del Interior junto a su viceministro Sebastián García De Luca y al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, el más incómodo, que fue castigado por la Casa Rosada y por el Gobierno bonaerense.

“Nosotros no vemos que se haya roto la tregua. Estamos en campaña y tampoco podemos pretender que Alberto no hable. Ya es bastante que no hablara sobre las últimas medidas. ¿O también vamos a pretender manejarle la agenda? Está todo muy frágil y la prioridad es mantener el equilibrio con el tipo de cambio”, agregaron. Hasta el momento, no está descartado que, logrado el consenso con referentes parlamentarios de la oposición, el proyecto salga por decreto presidencial.

Según aclaran, todavía no es momento de adelantar las “salidas alternativas”, porque hoy todos los esfuerzos están en lograr el “consenso” para sea votado en el Congreso. Por otra parte, el conflicto con los gobernadores, que presentaron amparos por las medidas oficiales quedará para más adelante, una vez superado el tema parlamentario.

Lacunza, protagonista absoluto en la última reunión de gabinete, también asumió nuevamente el liderazgo interno para explicarles a los diputados nacionales del oficialismo cómo deben defender el proyecto parlamentario. No hay margen para las metidas de pata. Tras el encuentro en la Residencia de Olivos encabezado por el Presidente, Mario Negri habló con la prensa y dijo que “en el orden de prioridades está la estabilidad económica” por encima de la campaña electoral. 

Palabras más, palabras menos, esto es lo que diría después Macri en una actividad con los principales empresarios del país, que aplaudieron el trabajo del nuevo ministro de Hacienda, con mayor énfasis que el discurso presidencial. Al referirse a los flamantes controles cambiarios, Macri aseguró que son “medidas que no nos gustan y que sólo se justifican en la emergencia y durante un tiempo limitado” y explicó que su implementación tiene como propósito “evitar daños mayores”, aunque contemplando que “no afecten al ciudadano de a pie, especialmente a los de ingresos medios y bajos”. El Presidente entendió que la mejor campaña posible de cara a octubre es que no vuele todo por el aire. 

En el mientras tanto, Marcos Peña sigue insistiendo entre los fieles sobre la necesidad de reforzar la fiscalización, instalando fantasmas de papel que no asustan a nadie. Hace unos días estaba anunciada su presencia en un encuentro nacional de dirigentes femeninas del PRO, al que finalmente decidió no asistir.
En el encuentro en Parque Norte, que finalmente lideraron “les ministres” Carolina Stanley, Patricia Bullrich y Francisco Quintana hubo reproches por la mala comunicación y por cómo se debía defender la gestión nacional en tiempos de aumento de pobreza y crisis económica.

Hoy, la bajada de línea es la estabilidad económica y repetir que el Presidente “escuchó a los argentinos” tras los catastróficos resultados de agosto. Desde la organización, esgrimieron que “hubo factores que complicaron” pero que “la política es así” y que ahora el objetivo principal es “estabilizar la economía y llevar calma”, palabras que luego empezarían a repetirse en el discurso presidencial, reafirmando que todo lo que se diga en público, desde el primer mandatario hacia abajo, lleva la firma de los consejeros de la Jefatura de Gabinete.

“En octubre va a haber mayor participación y habrá gente que votó terceras opciones que nos va a respaldar a nosotros. También pasó que los fiscales se iban antes de tiempo. Ahora nos toca ser más moderados para llevar calma”.

¿Y Lilita Carrió aporta a esa calma? “No sé, pero necesitamos de su energía porque es una gran motivadora para nosotros. La marcha de la semana pasada también ayudó porque fue emocionante y le sirvió a Mauricio para recuperar ánimo y sentirse respaldado ante tanta pálida”.

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