Se agravó el hipo e internaron a Bolsonaro después de 10 días

Se agravó el hipo e internaron a Bolsonaro después de 10 días

El Presidente de Brasil estará en observación durante 48 horas en en el hospital militar de Brasilia.


El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue internado en la mañana de este miércoles en el Hospital de las Fuerzas Armadas, en Brasilia, para someterse a exámenes que determinen el origen de un hipo que sufre desde hace 10 días.

El presidente explicó su dolencia y los motivos en un directo con sus seguidores la semana pasada. “Tengo hipo las 24 horas del día”, comentó. Su dicción, incluso, se vio afectada por las contracciones. En sus apariciones públicas, cuando hablaba entrecortaba sus palabras debido a los pequeños espasmos.

“El presidente sintió mucho dolor a las 4 de la mañana y la primera dama, Michelle, llamó a los médicos”, contó el periodista Alexandre García.

Según un informe del palacio del Planalto, Bolsonaro “está bien y animado”. Sin embargo, estará en observación de 24 a 48 horas, aunque no determinaron si será en el hospital o fuera.

No es la primera vez que el mandatario, de 66 años, es noticia por su estado de salud. Desde su campaña presidencial en 2018 hasta el día de hoy, fue sometido a seis cirugías, de las cuales cuatro ocurrieron en lo que va de su mandato.

Al menos cuatro de las seis de las intervenciones quirúrgicas tuvieron que realizarse a raíz de secuelas tras un ataque en el cual fue gravemente herido mientras llevaba adelante su campaña para la presidencia de Brasil.

Durante un acto de campaña en 2018 en Juiz de Fora, en el estado de Minais Gerais, mientras saludaba a sus simpatizantes entre una multitud de personas, Bolsonaro recibió una puñalada en la zona abdominal que atravesó su intestino y le provocó una gran pérdida de sangre.

El año pasado, volvió al quirófano para dos procedimientos ajenos al ataque: una vasectomía en enero y una intervención por cálculos renales en septiembre.

Su infección de coronavirus desde el 7 de julio de 2020 también se complicó. El presidente explicó que padeció fiebre de 38 grados, además de “molestias, cansancio, un poco de dolor muscular”. Durante al menos dos semanas, sus resultados de las pruebas del virus continuaron arrojando positivos. Tras su alta, el 30 de julio confirmaron que su mujer había contraído la enfermedad.

Pero la hospitalización de Bolsonaro despertó también algunas suspicacias políticas, ya que supuso la cancelación de la agenda de este miércoles, que incluía la reunión con el presidente del Supremo Tribunal Federal, Luiz Fux, y los presidentes de la Cámara y del Senado, Arthur Lira y Rodrigo Pacheco.

El mandatario brasileño ha estimulado una crisis política entre los tres órganos debido a su fuerte oposición al sistema electoral que se utilizará en las generales del próximo año. Bolsonaro ha repetido, sin pruebas, que el sistema adoptado en Brasil puede ser vulnerable a los fraudes. “Si no hay elecciones limpias, no habrá elecciones el año que viene”, amenazó el jueves pasado. Repitió la misma amenaza al día siguiente: “No tengo miedo de las elecciones, pero solo entrego el poder a quien me gane con votos fiables. De la forma que es hoy corremos el riesgo de no tener elecciones el próximo año”, dijo el presidente.

El lunes, el presidente de la Corte Suprema ya se había reunido con Bolsonaro para atajar sus comentarios, que incluyeron ofensas a otro ministro de la Corte, Luis Roberto Barroso, que también es presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE). Bolsonaro le dijo a sus electores, que van a diario a la puerta del palacio del Planalto, que Barroso era un “imbécil” y que era del TSE de donde partía el presunto fraude en las elecciones.

Fux le pidió a Bolsonaro respeto a las instituciones y a la Constitución. “Ante los últimos hechos, debatimos lo que es importante para la democracia brasileña, el respeto a las instituciones y los límites impuestos por la Constitución Federal”, dijo Fux a los periodistas a la salida de la reunión con el mandatario este lunes. La expectativa para la reunión de este miércoles era reforzar las barreras al presidente. El mismo Barroso, a quien Bolsonaro ofendió, advirtió al presidente que sus amenazas a las elecciones configuran un crimen de responsabilidad, lo que puede abrir la puerta a un impeachment proceso de destitución.

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