Fallaron todas las estrategias, incluso la de la polarización

Fallaron todas las estrategias, incluso la de la polarización

En la Casa Rosada preveían un escenario similar al de 2015, pero desde entonces algo cambió.


Mauricio Macri había planificado la elección de este año como un movimiento de dos pasos. Por la polarización, imaginó para las primarias un escenario similar al de la primera vuelta de 2015, cuando perdió con Daniel Scioli por menos de 3 puntos. 

Para octubre, en cambio, supuso una pelea de tensión máxima -al nivel del balotaje que lo consagró presidente-, con uno de los dos candidatos de la grieta superando el 45% de los votos y ganando ahí mismo. Le pifió casi tan feo como los encuestadores.

El Presidente, en realidad, no hizo un comicio tan diferente al de la elección general de 2015: en términos porcentuales bajó apenas un punto. Lo que no previó ni él ni su entorno es que el Alberto Fernández de 2019 arrasaría con el Scioli de 2015. En números gruesos, el Frente de Todos retuvo los votos del ex gobernador y captó la mayoría del apoyo de Sergio Massa 2015. Esos 20 puntos del candidato de UNA se dividieron en partes desiguales: unos 12 volvieron al kirchnerismo y 8 retuvo el nuevo exponente del peronismo no K, Roberto Lavagna.

Lo que no previó ni él ni su entorno es que el Alberto Fernández de 2019 arrasaría con el Scioli de 2015. En números gruesos, el Frente de Todos retuvo los votos del ex gobernador y captó la mayoría del apoyo de Sergio Massa 2015. Esos 20 puntos del candidato de UNA se dividieron en partes desiguales: unos 12 volvieron al kirchnerismo y 8 retuvo el nuevo exponente del peronismo no K, Roberto Lavagna.

El plan de Macri falló en un punto central: como la polarización ya se vislumbraba más profunda, en las PASO debía captar un sector clave, los “desencantados”. Así identificaron hace más de un año en el Gobierno a los votantes que eligieron al líder de Cambiemos en 2015, pero recién en la segunda vuelta. Voto amarillo claro. Unos cuatro millones de votantes, la misma diferencia que le sacó Alberto a Macri el último domingo. El oficialismo no pudo recuperar ni uno.

Eso explica el mensaje del Presidente y los anuncios de este miércoles. En un intento para mantener una mínima chance para octubre, Macri apuntó a mejorar la situación básicamente de la clase media. Se supone que allí se concentra la mayor parte de esos millones de desencantados. En contraposición, del anuncio quedaron afuera los jubilados, un grupo vulnerable, sobre todo en la pirámide más baja. Son votantes que el oficialismo ya cuenta como propios. ¿Los perjudicó una especulación electoral?

El primer impacto de los anuncios no fue el mejor para la economía. Como en los días anteriores, el dólar volvió a subir y los mercados mostraron su peor cara. O su cara habitual en un país con inestabilidad. Tampoco la respuesta política habría sido la deseada: Alberto Fernández dijo que no tiene sentido juntarse ahora con Macri.

Quedan más de 70 días de incertidumbre -no electoral, probablemente- para la elección de octubre.

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