Enroque de Guzmán para pagarle al FMI y poder emitir

Enroque de Guzmán para pagarle al FMI y poder emitir

Economía colocará una letra intransferible al Banco Central y sale a contabilizar los DEG como ingresos propios.


El Gobierno pagará el miércoles el primer vencimiento de capital del préstamo Stand By con el Fondo Monetario Internacional firmado en 2018. Serán casi 1.900 millones de dólares que serán cubiertos con los propios recursos que el organismo repartió a sus países miembro hace poco menos de un mes en el marco de un paquete de asistencia mundial por el Covid.

La Argentina deberá abonar 1.326 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG), la moneda del organismo que es medida de cuenta para los préstamos que hace a sus países socio. Será el primer pago neto de capital al Fondo Monetario, ya que trimestralmente el país suele pagar sumas menores que corresponden a distintos cargos de intereses. En diciembre aparece un segundo pago por ese mismo monto.

Esta etapa de la devolución del crédito Stand By, cuando comienzan los pagos de capital, es la que busca evitar transitar el Gobierno con la negociación en marcha. Una reestructuración del crédito a 10 años, en el marco de un programa de facilidades extendidas, permitirá al Poder Ejecutivo evitar las dos escalas más onerosas en la hoja de ruta del repago al organismo, que implicaría unos USD 19.000 millones por año en 2022 y 2023.

El Ministerio de Economía se guardó bajo siete llaves cuál sería la utilización que le daría a los USD 4.300 millones que recibió el 22 de agosto por parte del Fondo Monetario. Este fin de semana ya lo dejó en claro: a través de un decreto presidencial, el Gobierno estableció un asiento contable que le permitirá utilizar los DEG del FMI tanto para reducir el déficit fiscal como para usar los dólares equivalentes para pagar el miércoles. Es decir: lo usará dos veces.

Se trata, en rigor, de un recurso ya aplicado por la gestión de Cristina Kirchner en 2009. La idea central es incorporar al presupuesto de este año esos recursos, de modo de poder aumentar el gasto en las próximas semanas sin incumplir la carta orgánica del Banco Central, que pone un límite a los adelantos transitorios que puede girar al Tesoro nacional para financiar el desequilibrio de las cuentas públicas.

Concretamente, los primeros 5 artículos del DNU permiten “incorporar al cálculo de recursos corrientes” del actual presupuesto 422.174 millones de pesos. Para eso, el Gobierno habilitó a través de ese decreto realizar dos maniobras en simultáneo.

En primer lugar, el Poder Ejecutivo contabilizará como un ingreso extraordinario los USD 4.300 millones que envió el Fondo Monetario el 22 de agosto. Una vez calificado de esa forma, le venderá los DEG al Banco Central a cambio de una letra intransferible (es decir, solo la puede tener en su poder el BCRA y no cotiza en el mercado), con la cual se hará acreedor de los dolares equivalentes.

Con esos dólares el Ministerio de Economía estará en condiciones de pagarle el miércoles los casi USD 1.900 millones que vencerán ese día, lo que además no tendría impacto en la cuenta de reservas del BCRA. Pero el beneficio no terminará ahí: el Tesoro además habrá obtenido esos $422.000 millones que, al ser incluidos como ingreso extraordinario, pasarán a disminuir el nivel de déficit fiscal de las cuentas públicas.

Los DEG del FMI disminuirán el déficit primario (que recientemente el ministro de Economía, Martín Guzmán, precisó en 4% para 2021) en poco más de 1% del PBI. El déficit primario “contable” de 2021 sería de cerca de 3% del PBI, un número al que se llegará por medio de ese ingreso por única vez como son los DEG del Fondo Monetario.

Se trata de un asiento contable con muchas particularidades técnicas, pero que en definitiva le permitirá al Gobierno utilizar dos veces el mismo envío del Fondo Monetario.

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