En una Argentina sin dólares Guzmán aguanta sin devaluar, por ahora

En una Argentina sin dólares Guzmán aguanta sin devaluar, por ahora

El ataque contra la moneda incluye a exportadores que subfacturan y no liquidan dólares y a importadores que los sobrefacturan.


Las convulsiones que debió soportar la economía en los últimos quince días desnudaron varios de los defectos que arrastra la Argentina desde hace tiempo. Y la falta de dólares no es el único.

En realidad, no existe una crisis económica sino “que estamos en un período de inestabilidad cambiaria por la caída en las reservas del Banco Central. Como hay poco margen para parar a los operadores, éstos siguen buscando una devaluación. Esto provoca una alta demanda de dólares, a causa de esta expectativa de que haya un dólar alto”, evalúa el economista de Centro de Economía Política Argentina, Juan Pablo Costa.

Paralelamente, el especialista opinó, en una entrevista con Noticias Urbanas, que “la cotización de la soja subió mucho en el último tiempo y esa expectativa provocó la demora en la liquidación de las exportaciones. Por eso se pueden ver llenas las silobolsas, porque los exportadores tienen los dólares, pueden esperar para vender los granos hasta que aumenten aún más y luego esperarán la devaluación para ingresarlos. Ante esto habría que efectuar una aclaración y es que el precio del dólar no está bajo, que es cuando se especula más con la devaluación. El dólar hoy está más alto que en 2016, cuando Macri lo llevó de nueve a 15 pesos. La presión de los exportadores tiene como objetivo que se acorte hasta igualarse la brecha entre los dos tipos de dólar, el oficial y el financiero”.

En la Argentina real, mientras tanto, lejos de las maniobras fraudulentas de algunos operadores de la economía, 20 millones de ciudadanos cobran salarios menores a 250 dólares –es decir, algo más de ocho dólares diarios-, que equivalen a lo que necesita un grupo familiar para no ser pobre. Mientras tanto, en Argentina se exportan 70 mil millones de dólares anuales, que dejan un beneficio aproximado de 15 mil millones en manos de los sectores que manejan la economía primaria.

Las razones son disímiles para Costa. “En parte, esta operación tiene razones políticas, pero no son la únicas razones. La brecha cambiaria es negativa porque arrastra expectativas de devaluación, precisamente. Por eso, aumenta la demanda de divisas. El otro problema que existe es que proliferan las maniobras comerciales, entre los exportadores que buscan la devaluación subfacturando sus operaciones y, consiguiendo de esta manera dólares negros, que venden en el mercado paralelo y los importadores, que sobrefacturan sus operaciones y guardándose la diferencia en dólares oficiales, que también terminan en el mercado negro. Así, el Estado se perdió de percibir más de siete mil millones de dólares en los últimos meses”.

El economista consideró que “el nudo del problema es la falta de oferta de dólares, porque los exportadores no los liquidan”. Interrogado sobre la solución al problema, Costa respondió con sencillez. “Hay que aceitar la fiscalización –espetó-, porque hay que incrementar la llegada de divisas. El país vende su producción en el extranjero, pero los dólares sólo entran por el mercado negro”.

Sobre los operativos que se producían en el Microcentro y en otros lugares simultáneamente con el reportaje, Costa consideró que “tienen origen judicial y en varios de ellos actúa la Policía de la Ciudad. No están en la mira, al menos por ahora los importadores y los exportadores, sino los que operan en negro”.

En la Argentina real, mientras tanto, lejos de las maniobras fraudulentas de algunos operadores de la economía, 20 millones de ciudadanos cobran salarios menores a 250 dólares –es decir, algo más de ocho dólares diarios-, que equivalen a lo que necesita un grupo familiar para no ser pobre. Mientras tanto, en Argentina se exportan 70 mil millones de dólares anuales, que dejan un beneficio aproximado de 15 mil millones en manos de los sectores que manejan la economía primaria.

Simultáneamente, operadores políticos de la economía compraron, entre el ocho y el nueve de octubre, 400 millones de pesos en bonos de deuda argentina con vencimiento en 2030, llevando el popular “contado con liqui” de 146 a 155 pesos. Esto fue sólo una prueba, ya que posteriormente, en los días que siguieron, entre el 14 y el 15 de octubre compraron mil millones más, para llevarlo de 156 a 170 pesos. Luego, cayó un poco y en el día en que esta crónica ve la luz -21 de octubre- cotizaba a 174 pesos.

En el mercado paralelo –mal llamado “blue”, como no les gustaría ni a John Lee Hooker, ni a Memphis Slim ni a Muddy Waters-, por su parte, el dólar azul (o triste) alcanzaba los $183. Todo para que el peso argentino se devalúe aún más.

Esa gente educada y amable, aunque amoral, manejó el país durante cuatro años y no quieren soltar el control remoto. Por ahí corre la pulseada ahora mismo.

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