En la Casa Rosada esperan que los errores ajenos le den la victoria

En la Casa Rosada esperan que los errores ajenos le den la victoria

Apostarán a polarizar aún más, concentrando la presión sobre Schiaretti y los gobernadores que puedan atraer hacia sus filas.


La confianza de los estrategas de la Casa Rosada se explica en una maquinaria electoral invicta, que todavía no ha cosechado derrota alguna; en las variables macroeconómicas controladas y en los errores no forzados y la desorientación de la campaña del frente opositor de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

“Es muy probable que ganemos en primera vuelta si se mantienen las tres cosas: nuestra buena campaña, la macroeconomía y que ellos sigan cometiendo errores”, aseguraron a Noticias Urbanas desde algunos despachos oficiales en los que se trazan algunas de las tácticas electorales que explican, según ellos, la recuperación de la imagen del Presidente de las últimas semanas.

La proyección es que en el peor de los casos la fórmula de Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto pierda en las PASO por cinco puntos. Un porcentaje que apuestan a recuperar y superar en octubre a partir de un escenario todavía más polarizado que ahora. “Todavía se puede polarizar más. Dependerá de si se diluye totalmente o no Roberto Lavagna en Córdoba, donde el kirchnerismo tiene su techo en 30 puntos”, aseguran.

Córdoba, como en el 2015, aparece en la lógica de los macristas como una de las llaves para el triunfo. En su recorrida nacional por grandes centros urbanos, Macri eligió una vez más la tierra de Juan Schiaretti para salir a mostrar gestión y hacerle oídos sordos a la prohibición electoral. Aprovechó su visita para cenar con el Gobernador, más que funcional a las aspiraciones de Juntos por el Cambio, pese a sus gestos ambiguos con Fernández.

“No creemos que haga nada para que gane el kirchnerismo; su juego es conservar lo que tiene en juego y está preocupado solamente por eso”, aseguran desde el Gobierno. El Presidente seguirá concentrado en las grandes ciudades de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, mientras que en la Provincia de Buenos Aires concentrará sus esfuerzos en ciudades grandes del interior como Mar del Plata y Bahía Blanca, para “consolidar” votos que obtuviera en el 2015.

María Eugenia Vidal intentará hacer eje en un Conurbano que hoy parece estar teñido de votos kirchneristas. En paralelo, Rogelio Frigerio y Miguel Ángel Pichetto siguen involucrados en los armados provinciales. Esta semana, estuvieron en Tucumán, Neuquén y Río Negro donde lograron cerrar un acuerdo con Alberto Weretilneck, que se comprometió a articular con el macrismo cuando se consagre como senador nacional.

También hizo lo suyo el puntano Adolfo Rodríguez Saá, que para dejarlo bien en claro se sacó una foto con Macri y Pichetto en la Rosada. La maniobra, con la que esperan consolidar votos, tiene como segunda intención ampliar la tropa parlamentaria y sus aliados para los primeros seis meses de un nuevo mandato, en el que esperan poder tratar en el Congreso de la Nación algunas de las reformas estructurales que demanda el FMI.

“No hay muchos gobernadores con la cara pintada por el kirchnerismo; de esos doce que almorzaron entonces con Alberto Fernández, sólo la mitad están realmente comprometidos por ellos. El kirchnerismo encuentra su techo en las PASO; nosotros podemos seguir creciendo de cara a octubre”. También explican que del otro lado, la “estrategia es hablarle al voto que ya tienen” y que “no le están hablando al indeciso”.

“Nosotros, en cambio, tenemos un equipo de gente con muchas campañas encima. Y ellos es como no funcionan como equipo y por eso cometen errores como los que cometen. Cada uno va por su lado”, reflexionan sobre el adversario a vencer.

El Gobierno sigue con la suya, más allá de cualquier prohibición, porque entienden que el Código Electoral tiene “zonas grises” sobre qué pueden hacer y qué no los funcionarios que también sean candidatos en las elecciones. “Lo que claramente no podemos hacer son inauguraciones y tampoco lanzar programas o planes de gobierno”, aseguran para defenderse de las acusaciones. Hecha la ley, hecha la trampa.

El artículo 64 de la Ley Electoral prohíbe contundentemente cualquier acto que promueva la “captación del sufragio” durante los 25 días previos a las elecciones y, nobleza obliga, cada uno de los discursos presidenciales hay que enmarcarlos en esa tónica. “Nunca antes estuvimos tan cerca de cruzar el río entre pasado y futuro”, sostuvo, por ejemplo, en la localidad santafesina de Sunchales.

Entre las recorridas y las reuniones de gestión, Macri también dedica tiempo a grabar mensajes destinados a distintos sectores para llamar la atención de los indecisos, una de las claves para los planes del oficialismo. Es otra de las ventajas que creen tener sobre el Frente de Todos. “El estilo de comunicación que tuvo el kirchnerismo desde su origen era parte de un mundo que no había cambiado tanto. Ya estamos en otro mundo”.

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