El peronismo se manifestará en el Día de la Lealtad, con barbijos y en la calle

El peronismo se manifestará en el Día de la Lealtad, con barbijos y en la calle

Habrá también actos virtuales. El presidente le hablaría, por primera vez después de la campaña, a su propio electorado.


E l peronismo se dispone por estos días a abandonar la hibernación en la que quedó sumido luego de la aparición del Covid-19, cuyo combate relegó otras cuestiones más importantes que el virus, pero que no tienen la misma presencia en los medios que éste.

La toma de decisiones es un arte que tiene muchas aristas, a veces desconocidas por la mayoría. Toda medida que toma cualquier Gobierno desata necesariamente una serie de reacciones que tienen que ver con el entramado del poder y de los negocios empresariales.

Para la historia del peronismo, es inédita tanta inmovilidad. En gran parte, esto se debe al ejercicio de la responsabilidad a la que obliga el aislamiento decidido por el presidente y su equipo de Gobierno.
Pero la desmovilización está a punto de terminar. Un grupo de dirigentes del Partido Justicialista que tiene inserción en el Instituto Pensamiento, Acción y Trabajo para la Integración Latinoamericana (PATRIA), propuso acabar con el encierro político y convocar el 17 de octubre a una masiva movilización, en un hecho político que tiene muchas aristas.
Su interlocutor fue Oscar Parrilli, que no mostró disconformidad con la propuesta, pero tampoco la apoyará en público.
El primer objetivo de la propuesta –que fue tomada por Héctor Daer, miembro del Consejo Directivo de la CGT, que se sumó a la medida- es reunir y galvanizar a la heterogeneidad que conforma el Frente de Todos, que se encuentra encerrada y dispersa, comunicándose a través de las redes y haciendo política a través de absurdos sistemas, como el zoom y las videollamadas.

El primer objetivo de la propuesta –que fue tomada por Héctor Daer, miembro del Consejo Directivo de la CGT, que se sumó a la medida- es reunir y galvanizar a la heterogeneidad que conforma el Frente de Todos, que se encuentra encerrada y dispersa, comunicándose a través de las redes y haciendo política a través de absurdos sistemas, como el zoom y las videollamadas.

El segundo objetivo es la necesidad de que la conducción –en este caso, Alberto Fernández- le hable a su propia tropa. Es necesario unificar criterios, fijar objetivos e ir dibujando un programa que convoque a la militancia para defender un proyecto que hasta ahora se muestra “misterioso” (por lo poco explicitado).

El tercer objetivo es llenar la Plaza –o las plazas, si se decidiera no reunir multitudes en un solo lugar, porque se sabe de la masividad del peronismo-, para acallar a los que hablan de que “al peronismo le ganaron la calle”.

En la convocatoria estarán, además del kirchnerismo, el PJ y el Movimiento Obrero, los movimientos sociales y el amplio mapa de las agrupaciones pero-kirchneristas que le dan forma al heteróclito e impuro Frente de Todos, que se encuentra poblado por corrientes ideológicas de disímiles orígenes. A ellos hay que sumar a los intendentes peronistas del conurbano, a los que definieron humorísticamente como “los amigos que llegan a comer cuando el asado está listo”.

El moyanismo, que sostiene tradicionalmente una tensa relación con “los gordos” de la CGT, apoyará la movilización.

Uno de los exégetas de la propuesta afirmó a Noticias Urbanas que “es necesario que Alberto se sienta acompañado por todos los que lo apoyamos sin reservas, para que se ponga al frente del reclamo de la mayoría del Pueblo. Además, así se va a encontrar con los distintos sectores del Frente de Todos, alineados y preparados. La relación del PJ con algunos sectores no es la mejor, pero eso ocurre siempre que existe un frente tan heterogéneo como el Frente de Todos. No nos preocupa, estamos acostumbrados. Pero hay que juntarse y ésta es la oportunidad”, remató.

 

Pero la desmovilización está a punto de terminar. Un grupo de dirigentes del Partido Justicialista que tiene inserción en el Instituto Pensamiento, Acción y Trabajo para la Integración Latinoamericana (PATRIA), propuso acabar con el encierro político y convocar el 17 de octubre a una masiva movilización, en un hecho político que tiene muchas aristas.

 

Es el peronismo, necio

Dentro del PJ se comienza a notar la necesidad de mostrar la presencia, para avisar que la prudencia no es “blandura” ni vacilación, que son defectos que nunca formaron parte del ADN del peronismo.

Seguramente, el formato final no va a ser totalmente callejero. Habrá concentraciones, pero no se alentará la masividad. Complementariamente, habrá mucha pantalla y una virtualidad que es la marca de estos tiempos. Los peronistas tampoco quieren alentar el contagio que generan las aglomeraciones.

Las convocatorias que hasta ahora realizó la oposición no generan mayor inquietud entre los impulsores de la movilización. Todas tuvieron poca magnitud, no en el sentido presencial, sino en cuanto al volumen político. Si se valoran las declaraciones de los asistentes, el amplio espectro de sus intereses mostraba que, si bien se manifestaron contra el gobierno, no todos se identificaban con JxeC. Y es mejor no saber la identificación de algunos de ellos. Sólo la lupa que pusieron las cadenas noticiosas logró amplificar aquellas manifestaciones.

Paralelamente, las actitudes de los asiduos del Obelisco, que llevaron desde el insulto a algunos periodistas hasta el intento de destrucción de alguna propiedad privada –algo que todos decían defender- los llevaron a transitar por una especie de “limbo destituyente” que ningún partido puede defender. Al fin y al cabo, la democracia es su razón de existir, aunque algunos aún no se hayan enterado.  

Finalmente, el martes se reunió el Consejo Directivo de la CGT, que decidió por unanimidad conmemorar el Día de la Lealtad con un gran acto en el Salón Felipe Vallese de la central obrera, al que será invitado el presidente.

Los sindicalistas sesionaron de manera virtual, tal como lo harían el 17 de octubre, encabezados por el binomio de conducción conformado por el Héctor Daer y Carlos Acuña.

Voceros sindicales explicaron que el acto será un mix entre el modo presencial y la virtualidad, con presencia en Azopardo 802, sumando vía zoom a gobernadores, legisladores, intendentes y trabajadores. Todavía no se sabe si Alberto Fernández participará concurriendo a Azopardo o lo hará por vía digital.

El acto contaría con reuniones presenciales y virtuales en todo el país, en los que “se respetarán todos los protocolos sanitarios”.

“La idea es realizar un gran acto conmemorativo de la gesta que liberó al coronel Juan Domingo Perón de su encierro en la isla Martín García, en 1945, que partió en dos la historia argentina y permitió incorporar a los trabajadores al libro entonces en blanco de la evolución política”, manifestó un vocero del Movimiento Obrero.

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