El Instituto Patria prepara a Magario para salir al rescate de Kicillof

El Instituto Patria prepara a Magario para salir al rescate de Kicillof

El Gobernador pierde credibilidad y apoyo, y Cristina le pone fichas a la Vicegobernadora bonaerense.


Los primeros meses como gobernador de la provincia de Buenos Aires se le están complicando a Axel Kicillof, y está pagando un alto costo político.

El territorio bonaerense es reconocida como “la madre de todas las batallas” por ser la cocina de los grandes acuerdos políticos, o desacuerdos. Y es necesario que quien se pare al frente tenga cintura para negociar con las distintas esferas y los distintos colores políticos: desde las PASO, el cristinismo negoció con el massismo para recuperar la espalda electoral que le permitiera recuperar la primacía que el Pro le había quitado al peronismo/kirchnerismo en las elecciones del 2015 y las intermedias del 2017.

Allí el PJ bonaerense se corrompió, molesto por el ingreso de massistas en espacios preparados para el peronismo y esperaban su “revancha” una vez “recuperada la Provincia” por el Frente de Todos.

Sin embargo a Kicillof le está costando construir con los intendentes peronistas relaciones consolidadas y su problema con los bonistas hace que el Gobernador esté por caer en su propio default.

La falta de diálogo con los alcaldes y otros funcionarios, inclusive de la órbita nacional, para poder negociar con los acreedores hace que se aísle en su propia soberbia con tintes marxistas e ímpetu de estrenarse como mandatario provinciar digno de no ser rescatado.

En el Instituto Patria se prendieron todas las alarmas ante el hermetismo de Kicillof con su entorno y los caminos que elije para “enderezar” una Provincia endeudada. Desde allí, Cristina Fernández de Kirchner sigue de cerca el coste político que su exministro de Economía acrecenta ya que, de seguir así, podría manchar a Alberto Fernández.

Allí también comienza a resonar un nombre de confianza para manejar las estrategias políticas y las relaciones con los intendentes, ya que fue intendenta y presidenta de la Federación Argentina de Municipios (FAM). Se trata de la vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario. Otra vez las mujeres corren al auxilio. La historia se repite.

 

La relación con intendentes

Los jefes comunales se quejan por la “apatía” en la relación con el mandatario. “No voy a lotear el Gobierno”, había dicho el mismo Kicillof en un claro gesto de resistencia a aceptar las presiones de los intendentes peronistas para que designe a sus hombres y mujeres en distintas posiciones del Gobierno. De hecho, su desconfianza para con los intendentes desembocó en que casi ninguno de ellos ascendiera a cargos más cercanos al Gabinete provincial. Kicillof no para de trabarles el acceso a la Gobernación, que no pisan desde hace ya tiempo, y se quejan de no poder tener un diálogo fluído con él, que incluso les recortó partidas.

Para peor, Kicillof, urgido por cierta emergencia presupuestaria, tomó al menos dos medidas que sembraron la alarma y difundieron cierto afán vindicatorio en las filas de los jefes comunales. La primera fue derivada de la Ley de Emergencia, en la que el mandatario intentó apropiarse de los fondos que las comunas reciben directamente de Nación.

La furiosa reacción de los intendentes ante la posibilidad del despojo obligó a Axel a dar marcha atrás. Como resultado, sólo quedó la imposición a los municipios de informar a La Plata sobre cada uno de los ingresos de fondos, títulos y valores que provengan de Nación.

La otra medida estuvo dictada por una extrema necesidad, que da cuenta del desastre que dejó tras de sí María Eugenia Vidal. En diciembre, los intendentes fueron obligados a adquirir Letras del Tesoro provincial, ante la proximidad de vencimientos de deuda que no contaban con los fondos provinciales correspondientes.

Kicillof hasta hirió su liderazgo en la región cuando asistió al municipio de Moreno junto al presidente Alberto Fernández para presentar el Programa Nacional Argentina Unida por Educación y Trabajo, por el que los cooperativistas de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y los titulares de los planes sociales se lanzarán a la refacción de 759 escuelas, sin darle participación a los intendentes en la dirección de los trabajos. En primera fila se puedo ver a Juan Grabois, Emilio Pérsico y a Fernando “Chino” Navarro. Esta “invasión” de los movimientos sociales está siendo alertada por los jefes comunales. 

El Gobernador, luego se dirigió a San Antonio de Padua, donde en el acto de presentación de la mencionada iniciativa lo dejaron plantado varios intendentes en un claro mensaje político de disconformidad.

 

La deuda con los bonistas y trabajadores

La disconformidad con Kicillof no solo proviene de su entorno político, sino que comienza a germinar en inversores y los mismos bonaerenses.

Las conversaciones entre el gobierno de la provincia de Buenos Aires y los bonistas llegaron a su punto cúlmine esta semana, a sabiendas de que el Ejecutivo debía darles una nueva propuesta de pago que los seduciera sin empujar a la Provincia a un eventual default.

Esta deuda a los tenedores de bonos debería haber sido pagado la semana pasada, pero se extendió y este miércoles 5, vence el período de negociación estipulado en las condiciones de emisión del bono para demoras en los pagos y, superada esa fecha, el distrito se verá obligado a alcanzar un acuerdo, hacer el pago íntegro o caer en default.

Finalmente, no llegó a conseguir el consenso necesario, en especial con el fondo Fidelity, y ahora deberá pagar como si no hubiese habido nunca negociaciones y con “fondos propios de la Provincia”, sin ayuda de Nación. Al día siguiente, dio a conocer que no habrá por el momento aumento salarial a los docentes.

Si bien las y los bonaerenses conocen la pesada deuda heredada por la Provincia, critican las “prioridades” del Gobernador y su intento fallido de solucionar los problemas bonaerenses desde cierta soledad.

Por otro lado, crece la incertidumbre que genera en el sector financiero, nacional e internacional, pero muy especialmente en ese lugar que prepara su potencial reemplazo y/o asistencia: el Instituto Patria. 

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