El FMI, una deuda apócrifa y la Argentina de Odiseo

El FMI, una deuda apócrifa y la Argentina de Odiseo

Un préstamo fuera de grado. Una negociación difícil. Una solución imprescindible.


Si existiese un género literario que describiese acabadamente la negociación que llevó adelante en mayo de 2018 Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional, para que el organismo le prestara a la Argentina 57 mil millones de dólares, oscilaría entre el terror del Drácula de Bram Stoker, la increíble ciencia-ficción de Farenheit 451, de Ray Bradbury y las novelas de piratería, como el Corsario Negro de Emilio Salgari. A veces la literatura describe mejor que el periodismo algunos mundos.

De aquellos 57 mil millones primigenios, la Argentina sólo tomó casi 45 mil millones en 2018 y 2019, hasta que el Gobierno del Frente de Todos suspendió los últimos desembolsos, por varias razones, entre las que cabe mencionar el elevado monto, la absoluta imposibilidad de cumplir con los compromisos de pago pactados y, además, por las fraudulentas condiciones en las que fueron firmadas las condiciones del préstamo.

Por si fueran pocas las dificultades que planteaba la propia naturaleza del empréstito, los plazos de repago eran muy breves. El total a pagar hasta 2024, cuando vencían los plazos originales, era de 53 mil millones de dólares.

Los pagos de 2021 ya fueron realizados y totalizaron 400 millones de la verde moneda por intereses en noviembre y otros 1885 millones el 22 de diciembre, en concepto de capital. Para estos últimos se utilizaron del Derechos Especiales de Giro que depositó el FMI el 25 de agosto de 2021. En 2022 vencen 18.901 millones y en 2023, otros 19.144 millones, que suman 38.045 millones de dólares, por los que el acuerdo con el FMI es imprescindible, ya que no hay manera de pagar semejante suma en semejante plazo.

(Ir)Responsables

En un trabajo publicado hace pocos días por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), titulado “La corresponsabilidad del FMI en la crisis argentina 2018-2019: lo que no vas a encontrar en la revisión del organismo sobre el préstamo otorgado”, se echa luz sobre algunos aspectos no totalmente aclarados de la desastrosa (para los intereses nacionales) operación.

Sobre el préstamo Stand-By más grande de la historia del FMI, en el estudio queda claro que “si se hubiesen cumplido todos los desembolsos del acuerdo ajustado en octubre de 2018, que totalizaron aproximadamente USD 57.000 millones, se hubiese superado la mitad de lo que el FMI desembolsó durante la pandemia a 85 países”.

Además, se planteó que “si se consideran sólo los efectivos desembolsos, USD 44.000 millones por el FMI en Argentina, para rescatar a gobierno de Mauricio Macri de su propio modelo económico, se supera el total otorgado a todos los países que se encuentran fuera de la órbita del hemisferio occidental (según las categorías regionales del FMI) en pandemia”.

La licenciada en Ciencia Política María Florencia Ojea, analista económica de CEPA, manifestó a Noticias Urbanas que “en el acuerdo Macri-FMI hubo una serie de irresponsables omisiones. La primera, es que no existió un pedido formal de crédito y la segunda es que se incumplió el requisito de que el Banco Central realizara un análisis del impacto que tendría el préstamo en la balanza comercial. Pero lo más doloroso fue el uso que se hizo del crédito. Se financió a los capitales especulativos que entraron al país, que habían ingresado en pesos y luego se posicionaron en dólares para retirarse. Como la Argentina no tenía esos dólares y alguien los tenía que poner, recurrieron al FMI”.

También la circunstancia de la apelación al salvataje por medio del organismo fue cuestionada por Ojea. “En el Estatuto del FMI, esta operación está prohibida. Ese acuerdo fue sólo para financiar un modelo económico de valorización financiera y desregulación del movimiento de capitales. Desde 2003, estaba regulada la permanencia mínima de los capitales que entraban al país, a los que incluso se les exigía depositar un encaje del 30 por ciento. Con Mauricio Macri eso quedó reducido a cero. Podían entrar y salir libremente. Digo esto porque existía un modelo económico que este acuerdo vigorizó, mientras que los depositantes dolarizaban sus ganancias. Viene a cuento porque el FMI tuvo cuatro instancias de revisión durante 2018 y 2019. ¿Nadie se dio cuenta de que los dólares se habían fugado? Porque el 90 por ciento de los desembolsos se produjeron antes del diez de diciembre de 2019, pero lo pasaron por alto.

Luego, Ojea plantea que “se sabía desde el inicio que el crédito era impagable para Argentina. Nadie en su sano juicio podía pensar que una Argentina que es demandante de dólares podía pagar en los plazos acordados. El préstamo debía estar asociado con el porcentaje que Argentina tiene en el FMI, es decir, no le correspondía más que el 145 por ciento anual de su cuota anual y el 435 por ciento del total del crédito”.

Paralelamente, planteó la especialista, “se incumplieron tres de los cuatro requisitos que plantea el FMI para conceder un préstamo. El primero, que la deuda tenga una alta probabilidad de repago en el mediano plazo. La segunda es que el país debe tener perspectivas favorables para el regreso a los mercados de crédito, de tal manera que permita el repago al FMI. El último es que el acuerdo debía tener un amplio consenso político con la oposición peronista, cosa que tampoco ocurrió”.

En cuanto a la coyuntura política actual tras el rechazo de la oposición al presupuesto anual, Ojea expresó que “la actitud del bloque opositor es desconcertante, viendo lo que hicieron cuando fueron gobierno”.

Tras el documento emitido por las autoridades del FMI, Ojea fue categórica. “No alcanza con que el FMI haga su autocrítica. Deberían pactar con Argentina un acuerdo justo”.

La literatura y la economía

La disciplina que mejor explica al mundo actual se encuentra alejada de la ciencia: es la literatura. En el poema La Odisea, ya prefigura Homero la era moderna, a pesar de que la escribió 700 años antes de Cristo.

En ella relata las peripecias que debe sortear Ulises, rey de Itaca, antes de regresar a su tierra tras la Guerra de Troya. En los diez años que abarca el poema, el astuto héroe deberá cegar al gigantesco cíclope Polifemo, escapar de la enamorada ninfa Calipso, huir de los antropófagos Lestrigones, que se comieron a varios de sus soldados, pasar frente a la Isla de las Sirenas tapándose los oídos para ignorar su canto, tan seductor como mortífero, esquivar a los letales mosntruos Caribdis y Escilas, a los mortíferos rayos de Zeus, señor de los mares, pasar por el Hades (el infierno) y luego salir de allí, para , finalmente, llegar a su palacio en Itaca y matar a los pretendientes de su esposa Penélope, a quien creían viuda, para recuperar su trono, su corona y sus posesiones.

Las peripecias argentinas no difieren demasiado de aquellas a las que cantó el ciego aedo (poeta) Homero. Pero ni siquiera Ulises (Odiseo, para los romanos) debió sortear las horrorosas pruebas a las que somete el FMI a los mortales aque habitan en los países del Tercer Mundo, tan parecidos al Inframundo de Hades “El Invisible”, el señor de los Muertos.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...