El embajador de Rusia criticó las operaciones mediáticas contra su país

El embajador de Rusia criticó las operaciones mediáticas contra su país

Dmitry Feoktistov explica la campaña de propaganda en contra de la Federación de Rusia por lo sucedido en Ucrania.


El embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov, explicó lo que sostiene es una campaña de propaganda en relación con las acusaciones contra la Federación de Rusia de los crímenes de guerra en Ucrania. A continuación reproducimos el comunicado oficial 🔽

El el último tiempo los medios de comunicación mundiales, incluyendo los argentinos, publicaron una serie de artículos sobre los acontecimientos en las ciudades de Bucha y Kramatorsk con las acusaciones contra la Federación de Rusia de las violaciones del derecho internacional humanitario. La Embajada de la Federación de Rusia preparó una información detallada con la explicación del nuestro punto de vista sobre lo que está ocurriendo con el fin de difundirla posteriormente en los medios de comunicación. Sin embargo, los periódicos y los portales digitales, a los que remitimos dicho material, rechazaron su publicación. Teniendo en cuenta la importancia excepcional del mencionado tema quisiera señalarlo a la atención de las autoridades y el público de la República Argentina.

Últimamente las provocaciones de un tipo cualitativamente nuevo se han convertido en el arma principal de la campaña de información desatada contra Rusia. Se trata de simulacros organizados por varios países occidentales e implementados por ultranacionalistas ucranianos, que buscan acusar y crímenes de lesa humanidad.

En la mañana del 3 de abril estallaron los canales de noticias mundiales con la información sobre la “atrocidad inconcebible”, que supuestamente cometió Rusia en la ciudad de Bucha (a 29 km de Kiev). Se alegó que después de que los militares rusos habían abandonado la ciudad, las Fuerzas Armadas de Ucrania al entrar encontraron una imagen terrible: cadáveres con las manos atadas a la espalda, fosas comunes, gente intimidada. Inmediatamente llovieron sobre Rusia acusaciones de crímenes contra la población civil y violaciones del derecho internacional humanitario. ¡Esto se produjo antes de que tuviera lugar cualquier investigación objetiva de lo sucedido!

Esta versión difundida por los principales medios de comunicación, fue inmediatamente refutada por el Ministerio de Defensa de Rusia, que afirmó que ningún residente local resultó dañado durante la estancia del personal militar ruso en Bucha. La presentación de los eventos por parte de los medios occidentales hace caso omiso de hechos evidentes. Hasta el 30 de marzo, mientras Bucha estaba bajo el control de los militares rusos, y después de su retirada, hasta el 3 de abril, las personas que vivían allí se circulaban libremente por las calles y utilizaban comunicación celular. Las salidas de la ciudad permanecían abiertas. Incluso el alcalde de Bucha, en su mensaje de video fechado el 31 de marzo, informó que el ejército ruso había abandonado la ciudad, pero no dijo ni una palabra sobre cualquier fusilamiento de civiles.

Todas las llamadas “pruebas de crímenes” en Bucha aparecieron solo al cuarto día, justo cuando los oficiales del Servicio de Seguridad de Ucrania y representantes de la televisión ucraniana llegaron a la ciudad. Es de destacar, que los cuerpos de las personas en las fotografías sacadas después de al menos cuatro días no se endurecieron y no tenían manchas cadavéricas características. Posteriormente New York Times publicó las imágenes satelitales obtenidos de la empresa estadounidense Maxar (contratista del Departamento de Defensa de los EE.UU.), que supuestamente confirmaban la presencia de civiles muertos en las calles de Bucha del 11 al 19 de marzo de este año, pero no resisten ningún análisis. Los cuerpos no se habrían conservado en la forma en que aparecieron en las fotografías de los medios occidentales.

Lo que sucedió en Bucha es una provocación escandalosa, por eso el 4 de abril Rusia exigió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para presentar los hechos de manera objetiva y exponer las mentiras del régimen de Kiev.

Sin embargo, la presidencia británica del Consejo de Seguridad de la ONU rechazó nuestra iniciativa dos veces en 24 horas.

En cambio, se convocó una sesión plenaria de la Asamblea General de la ONU, dónde los EE. UU. y sus aliados plantearon sin ningún tipo de debate serio la cuestión de la suspención de la membresía de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Los autores de esta iniciativa antirrusa no se avergonzaron en absoluto por la falta de pruebas objetivas que confirmarían la participación de nuestro país en esta monstruosa atrocidad. En gran medida, esto fue la razón por la que muchos Estados se distanciaron del proyecto de resolución correspondiente presentado por los Estados Unidos: 24 Estados votaron en su contra y 58 se abstuvieron.

Lo que nuestros oponentes no duden en usar los trucos rusofóbicos más sucios lo confirmaron de nuevo los eventos que tuvieron lugar el 8 de abril en Kramatorsk (544 km de Kiev). En sincronía, los medios de comunicación salpicaron en un día una nueva porción de noticias falsas contando que las Fuerzas Armadas rusas lanzaron un ataque con misiles contra la estación ferroviaria de la ciudad, donde se había acumulado una gran cantidad de refugiados en espera de evacuación. Como resultado, según los últimos datos, 59 personas murieron y un centenar resultaronheridas.

Al igual que en el caso de Bucha, no se presentaron pruebas de la culpabilidad de nuestro país. Pronto quedó claro que el cohete que cayó sobre Kramatorsk era un misil ucraniano Tochka-U (Rusia dejó de utilizar este tipo de armas hace años).

Incluso se logró establecer su número de serie, lo que confirmó inequívocamente que este misil no era ruso, sino ucraniano. Tan pronto como surgieron estos hechos, las voces de los “activistas de derechos humanos” se desvanecieron rápidamente, y se trató de olvidar toda la historia lo antes posible. Está claro que nuestros oponentes en el Occidente no están preocupados por la realidad, sino por implementar la política de incitar a la histeria antirrusa.

Seguramente habrá otras provocaciones, de las cuales se acusará nuevamente a Rusia. Consideramos como muy real una amenaza de terrorismo químico por parte de los neonazis que operan bajo los auspicios del actual régimen de Kiev y las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania controladas por ellos. Numerosas acciones escenificadas por los grupos extremistas armados patrocinados por los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN durante el conflicto sirio confirman la alta probabilidad de que se materialice aquel escenario.

Hemos reiterado muchas veces que las Fuerzas Armadas de nuestro país están operando en Ucrania con sumo cuidado, atacando solo la infraestructura militar con armas de alta precisión. La población civil ni es ni será objeto de estos ataques. Es una declaración de principio expresada por el Comandante Supremo, el Presidente Vladímir Putin.

En el contexto de la campaña de información masiva desatada contra Rusia, instamos a los socios argentinos a que adopten un enfoque objetivo para evaluar lo que está sucediendo en Ucrania, separen los hechos de las falsificaciones y no sedejen influir por los esfuerzos del Occidente colectivo que buscan denigrar a nuestro país.

Los intentos de difamarnos y aislarnos no funcionarán, no se logrará poner de rodillas al pueblo ruso. Estamos luchando por una causa justa, la victoria será nuestra.

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