Cristina propuso “repensar” el sistema de salud

Cristina propuso “repensar” el sistema de salud

Por Horacio Ríos


La pandemia que azotó al mundo desde los inicios de 2020 desnudó los muchos pecados cotidianos que comete el sistema económico que rige en Argentina y en casi todas las regiones del globo.

La desastrosa distribución de la riqueza, producto de una cruel doctrina en la que unos pocos saquean a muchos, sumadas a las restricciones por la pandemia, que les impidió a éstos ganarse el pan como antes de su llegada dejaron en evidencia que jamás los males se abaten de a uno solo sobre los pueblos.

No es la medida de restringir la circulación el origen de la crisis. La crisis es, en realidad, la pandemia. Las decisiones que tomaron casi todos los gobiernos partieron de una lógica terrible: 1) las restricciones impiden que funcione el comercio, la industria y todo tipo de intercambio, por lo que dificulta o impide a los que trabajan cobrar sus salarios sin ayuda estatal; 2) si no hay restricciones, todo funciona como si nada pasara…hasta que se disparan los contagios y obligan a volver a recluirse a las familias, los amigos y hasta a los vecinos.

En este marco, una de las principales falencias que se abatió sobre la Argentina desde la década del ’90, cuando el gobierno de Carlos Menem desreguló el mundo de la salud pública, tiene que ver con la generalización de los sistemas médicos privados, que captaron a los contribuyentes más pudientes, desfinanciando a los sistemas solidarios de salud.

De esta manera, quedó establecido un circuito conformado por unos pocos prestadores que tenían acceso a la medicina más sofisticada, mientras que el Estado se sumaba a la fiesta desfinanciando al sistema público, permitiendo al mismo que los efectores de salud provocaran, con sus precios excesivos, que se abatiera sobre este sector una crisis crónica, de la que desde entonces jamás pudo salir.

Una sola muestra: el sector de los medicamentos significa en Argentina el 31 por ciento de los presupuestos de salud, mientras que en el resto del mundo esta participación se reduce a no más del 15 por ciento.

Lo peor de esta situación es que en este inequitativo sistema nadie gana, en realidad. La presentación judicial que terminan de realizar esta semana en curso las prestadoras privadas más poderosas, encabezadas por Swiss Medical, se redujo a pedir que se les permita un diez por ciento más de aumento, que se suman a los constantes “mangazos” de este sector, que incrementó sus cuotas en un 14,10 por ciento en el año 2021.

Si se toma una cuota de base de $ 1.000 en enero de 2015 y se le van sumando a ésta los aumentos sucesivos que se les otorgaron a las prestadoras privadas, se llega en mayo de 2021 a un valor de $6.878,78. En ese período de algo más de seis años, el aumento que se les otorgó a estas empresas fue de 587,88 por ciento.

A esta devastadora realidad habría que agregarle la caída de la inversión en salud que ejecutó el Gobierno de Cambiemos, que acentuó la crisis del sector hasta límites insospechados, más allá de que se degradara al ministerio hasta el rango de secretaría.

En este marco, el lunes 14 de junio la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, planteó que “vamos a tener que repensar todo el sistema de salud. Dicen los que saben que tal vez vengan otras pandemias. Lo peor que nos puede pasar es negarnos a discutir la realidad”, en momentos en que el sistema de salud se encuentra al borde del colapso por las internaciones provocadas por el coronavirus.

Refiriéndose a la integración del sistema, la vicepresidenta se preguntó: “¿hoy no está integrado acaso a las patadas porque lo impuso la realidad, integrando a todos los sistemas porque las prepagas no saben dónde colocar a la gente porque no tienen camas y van a lo público y de lo público van a lo privado?”.

Un proyecto superador

Existe ya un proyecto de reestructuración del sistema de salud presentado por el Frente de Todos en 2019. Éste debe superar el recelo del mundo sindical, adonde temen verse afectados en el manejo de las obras sociales y la absoluta oposición de universo de las prepagas, adonde creen que el proyecto es una avanzada para estatizar sus empresas.

La propuesta que está en el Congreso se denomina “Ejes Centrales para un Programa de Salud 2020/2024”. En los considerandos del texto, sus redactores manifestaron que “la universalización de la educación y de los servicios de salud con calidad y gratuidad, califican hoy en el mundo un proyecto de gobierno, como se pone de manifiesto en los países centrales en donde fuerzas en el extremo del espectro político forcejean sobre estos dos componentes, en ocasiones conceptualizados como derecho o como mercancía”.

Los redactores establecieron cinco Ejes Estructurales: Reestructuración del Sistema de Salud; Política Nacional de Medicamentos; Fuerza Laboral en Salud; Salud Laboral y Sistema de Información y seis Ejes Temáticos: Salud Mental; Salud y Género; Salud y Ciencia y Tecnología; Salud y Saberes Ancestrales; Salud de las Niñás, los Niños y los Adolescentes; Salud Ambiental y Salud de las Personas Mayores.

La propuesta incluye la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud Argentino (SNISA), que sería un sistema mixto articulado en red, integrado por los municipios, las provincias, con “una alianza estratégica con el mundo del trabajo y de la seguridad social, con mecanismos de regulación ágiles y transparentes para el subsector privado y con un Ministerio de Salud a nivel nacional que ejerza rectoría, construya soberanía sanitaria y cuente con instrumentos que garanticen el derecho a la salud y la equidad global del sistema en todo el territorio nacional”.

Los organismos que regirían el cumplimiento de este mecanismo serían la Superintendencia de Servicios de Salud, PAMI, ANMAT y la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS), además de la jerarquización del Consejo Federal de Salud (COFESA). Se crearía además un Fondo Nacional de Salud y los prestadores estatales cobrarían por sus servicios a las obras sociales y a los prestadores privados. En este punto, se propone la creación de la Red de Establecimientos Públicos de Salud en Toda la Argentina (REsPueSTA) y el de las Obras Sociales nacionales y provinciales. También se crearían los Consejos Vecinales de Salud, que vehiculizarían la participación comunitaria.

En este marco, el lunes 14 de junio la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, planteó que “vamos a tener que repensar todo el sistema de salud. Dicen los que saben que tal vez vengan otras pandemias. Lo peor que nos puede pasar es negarnos a discutir la realidad”, en momentos en que el sistema de salud se encuentra al borde del colapso por las internaciones provocadas por el coronavirus.

La Política de Medicamentos establece, en primer término, a éstos como bienes sociales que son parte de un derecho y no meras mercancías. Propone relanzar la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos de Medicamentos y coordinarlos con el Sistema Científico-Tecnológico, definir un vademécum básico nacional y revitalizar el Programa Remediar.

Además establece utilizar el poder de compra del Estado para promover compras centralizadas conjuntas entre Nación, las provincias, PAMI, las obras sociales sindicales y provinciales, de las Fuerzas Armadas y del poder legislativo, judicial y universitarias que adscriban al SNISA. A esto se sumaría el desarrollo nacional de medicamentos y productos médicos, en el marco de una política de sustitución de importaciones.

La política laboral en salud propone una paritaria nacional y la creación de una carrera sanitaria también nacional para formar 100 mil nuevos enfermeros. Se crearía además la Escuela Nacional de Gobierno en Salud.

La salud laboral exigiría un área de esta disciplina, que funcionaría en el área del SNISA y reemplazaría al sistema de riesgos de trabajo, con la participación de los trabajadores. Además, el servicio de medicina laboral sería utilizado para mejorar la salud y no como “medios de persecución del ausentismo”.

En el área de sistemas de información, se crearía la historia clínica única en todo el territorio del país. También se fortalecerían los equipos locales de investigación epidemiológica.

Estas son algunas de las propuestas de los Ejes Estructurales, que serían complementados con los Ejes Temáticos.

De implementarse esta propuesta –que ya cuenta con enemigos declarados antes de comenzar a discutirse- el gran Ramón Carrillo, creador de la Salud Pública argentina sería reivindicado en los hechos y desagraviada su memoria, ya que murió el 20 de diciembre de 1956 en Brasil, lejos de la Argentina, sumido en la pobreza y vilipendiado por los militares que habían derrocado a Juan Domingo Perón un año antes.

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