Cómo entender el efecto Tinder en la economía Argentina

Cómo entender el efecto Tinder en la economía Argentina

Por Laila Wagner / Especial para Noticias Urbanas

Esta semana dos eventos culturales significativos se alinearon. El último lunes fue San Valentín y el martes el INDEC comunicó la inflación.


El hecho que sobresale en el informe es la suba mensual de alimentos, que fue del 4,9%, la mayor desde que asumió este gobierno. El ministro de Economía Martín Guzmán sostiene que la inflación en la economía argentina es “multicausal”. En declaraciones anteriores, el funcionario se expresó respecto al aumento del sector alimenticio y uno de los factores que destacó fue que los formadores de precios ajustan los importes de acuerdo a las elevadas expectativas del nivel de inflación que alientan las consultoras vinculadas a ciertos sectores del poder.

Aquí entra el Efecto Tinder en la economía, que se configura en relación a las señales que se envían desde mercados con información asimétrica, con el fin de lograr un objetivo.

Tinder es una red social que utiliza la geoubicación para permitir a los usuarios intercambiar información sobre sí mismos. En las aplicaciones de citas convergen dos elementos que merecen una mención: la expectativa y la especulación al servicio de la búsqueda de un otro.

Pensadores como Eva Illouz, autora de “Intimidades congeladas”, definen a este proceso histórico y económico contemporáneo como “capitalismo emocional”. Ése es el marco en el que operan las “love apps”, que entrañan una cultura en la que las prácticas emocionales y económicas se configuran mutuamente.

Buscar un encuentro o una pareja en estas redes sociales puede comprenderse como una inversión: se le dedica tiempo y esfuerzo, que se pueden perder o bien culminar con una ganancia. Y, como toda inversión, ésta está acompañada de cierta especulación, en la que el juego de posibilidades y probabilidades siempre está presente. La socióloga Paula Sibilia plantea que se trata de una lógica del intercambio de relaciones económicas, una suerte de “e-commerce afectivo” de competencia y consumo humano.

El documental “Tinder”, que es tendencia esta semana en Netflix se basa en la historia de Shimon Hayut, el estafador que obtuvo millones después de seducir y conquistar al menos a diez chicas por la app. Una cuestión clave en este enfoque de economía de conducta del Efecto Tinder son las estrategias de “información inflada” que se envían desde algunas consultoras, sólo con el fin de alcanzar una meta.

En el binomio economía y sociedad argentina, la especulación de los formadores de precios y el dato del aumento mensual del 4.9% en los alimentos tiene un impacto enorme sobre la calidad de vida de la población, el bienestar general y la posibilidad de comprar bienes básicos.

De todos modos, los resultados de la inflación tienen poco que ver con el amor. El paralelismo con el caso del gigoló de Tinder lo explica perfectamente. Pero, la expectativa es un condimento en común que poseen el amor y la especulación financiera.

 

 

 

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