El principal acusado por el asesinato, en el 2002, del joven Ezequiel Demonty, el oficial de la Policía Federal, Gastón Somohano fue condenado a reclusión perpetua, y el oficial Gabriel Barrionuevo y el suboficial Alfredo Fornasari fueron sentenciados a prisión perpetua, según el fallo dado a conocer este lunes 18 de octubre por la noche, por el Tribunal Criminal 8, que llevó adelante el juicio. El resto de los policías recibieron penas de entre 3 y 5 años.
Los principales acusados fueron condenados por el delito de tortura seguido de muerte. Por su parte, la familia se mostró satisfecha con la sentencia que les cabió a Samohano, Barrionuevo y Fornasari, pero esperaban penas más duras para el resto de los policías.
El abogado José Vera, patrocinante de la familia Demonty, aseguró esta noche que se respetará el fallo porque se encuadró bajo la figura de "tortura seguida de muerte", y consideró que la resolución fue "inédita". Señaló, además, que sólo apelarían si no se hubiera encuadrado el delito bajo la figura de torturas.
"Para nosotros es importante. Queremos ver un castigo ejemplificador a las fuerzas de seguridad por el trato a los ciudadanos, más allá de la condición social que tengan", señaló el letrado.
Ezequiel Demonty había sido obligado a tirarse al riachuelo, en la madrugada del 14 de septiembre, por un grupo de policías que lideraba Somohano. Su cuerpo sin vida apareció a los dos días, luego de morir ahogado, a causa de los golpes que había recibido de los policás, antes de tirarse al río. Por el hecho fueron juzgados nueve policías.